Sin techo ni comida: la junta frena la recuperación de Birmania un mes después del Mocha

Paloma Almoguera

Singapur, 14 jun (EFE).- La suspensión por parte de la junta militar birmana de la distribución de ayuda en las zonas afectadas por el ciclón Mocha, que hace hoy un mes sacudió el estado de Rakáin (oeste del país), prolonga la agonía de una población sin apenas acceso a electricidad, techo ni comida.

"No hay electricidad por ahora. Y, debido a problemas de seguridad, las tiendas cierran antes de que anochezca", cuenta a EFE U Min Khine desde Sittwe, la capital de Rakáin y la zona más afectada por Mocha, que el pasado 14 de mayo golpeó con virulencia una de las partes más depauperadas de Birmania.

El hombre, de 40 años, relata que sus vecinos han intentado reparar sus viviendas con plásticos y que la comida escasea: "dependemos de las donaciones", afirma, y dice que la situación es tan precaria debido a la actual época del monzón que lo más acuciante es tener un techo bajo el que resguardarse.

"Ahora es más importante encontrar cobijo que comida", proclama.

La situación ya de por sí precaria en Rakáin es aún más incierta desde que la junta militar, instalada en el poder tras el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, suspendió la pasada semana los permisos a la distribución de ayuda humanitaria en las zonas afectadas arguyendo que necesita más comprobaciones para emitirlos.

DECISIÓN IMCOMPRENSIBLE

Una decisión que la ONU tachó ayer de "incomprensible", advirtiendo que puede causar un aumento de la inseguridad alimentaria y de los brotes epidémicos, estimando que más de un millón de personas requieren "ayuda de supervivencia".

El ciclón impactó una parte del país, entre la costa sur de Bangladesh y Birmania, en la que cientos de miles de miembros de la perseguida minoría musulmana rohinyá (cuyo acoso por el Ejército es investigado por posible genocidio por la ONU) viven en campos de desplazados cuyo acceso está aún más restringido por los militares.

La falta de pleno acceso y la semianarquía en la que está sumida Birmania tras la asonada hace que sea difícil conocer con exactitud el número de víctimas dejadas por Mocha, y, mientras la junta militar reconoció unos 150 fallecidos, la oposición civil eleva la cifra a más de 450.

Desde Mrauk-U, ciudad unos 150 kilómetros al noreste de Sittwe, también impactada por Mocha pero en menor medida, U Tun Tha Sein, quien trabaja en las tareas de reconstrucción, coincide en que el monzón eleva la emergencia.

NECESIDAD DE AGUA POTABLE

"Lo más urgente es encontrar techo y comida lo antes posible. Como las lluvias han llegado, no hemos podido reconstruir las casas dañadas por Mocha", dice a EFE, detallando cómo intentan cubrir las viviendas con urdimbres de bambú.

El hombre expresa la necesidad de disponer de agua potable y medicinas, y denuncia el bloqueo a la ayuda por parte de la junta.

"Es una patada más a la gente de Rakáin. Sentimos que los problemas se nos acumulan", apunta, en una zona afectada además por los enfrentamientos entre guerrillas étnicas y el Ejército.

La reacción actual de la junta militar recuerda lo que el régimen castrense de 2008 hizo tras el impacto del ciclón Nargis, el peor desastre natural en la historia de Birmania, dejando más de 138.000 fallecidos, aunque al final permitió el acceso a organizaciones humanitarias internacionales.

(c) Agencia EFE