“Tebas Land”, una puesta en escena trascendente sobre el teatro, la vida y la movediza franja de la verdad

De “Tebas Land” lo primero que hay que decir es, “vayan a verla, no se la pierdan, es una obra magistral”. Arca Images lo ha vuelto a hacer. Ha puesto en los escenarios de Miami una joyita.

Luego de una temporada el pasado año, esta vez la pieza del dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco, bajo la dirección del Carlos Celdrán y con las actuaciones de Ariel Texidó y Daniel Romero está de regreso en el Westchester Cultural Art Center y ofrecerá sus dos últimas funciones el sábado 16 y el domingo 17 de noviembre.

S, un autor y director teatral -que Blanco identifica utilizando únicamente esa letra- quiere escribir una obra basada en la vida de Martín, un prisionero acusado de parricidio. Federico es el actor que S ha escogido para interpretar al recluso.

Pero lo que vemos en escena va mucho más allá. Vemos la transparencia del teatro de Celdrán a través de una cuidadosa selección de los elementos en escena, de una arquitectura escenográfica de potente y eficaz imagen; a través de las modulaciones de las actuaciones y del delgado hilo de acero de la historia.

Nos exponemos a un sutil y complejo juego del teatro en el cual se habla de la naturaleza humana y de su transformación a través del arte, de la fragilidad entre lo real y la ficción. “Tebas Land” es una potente y hermosa obra – que el montaje de Carlos y las brillantes actuaciones de Romero y Texidó enfatizan - sobre el teatro, la vida y la movediza franja de la verdad.

Los actores Ariel Texidó como S (de espaldas) y Daniel Romero como Martín, un prisionero acusado de parricidio, en “Tebas Land”.
Los actores Ariel Texidó como S (de espaldas) y Daniel Romero como Martín, un prisionero acusado de parricidio, en “Tebas Land”.

Desde el inicio, queda claro el espacio delimitado entre la luneta y el escenario. “Nosotros estamos aquí y ellos allí”, dice Martín. Para el público, ese “nosotros” es la ficción, pero para Martín es la realidad.

S (también alter ego de Blanco) es interpretado por Texidó en una actuación limpia e inteligentemente contenida, rompiendo la cuarta pared y, al mismo tiempo, la levanta, le habla directamente al público y se presenta como director y autor. Enfatizando incluso el espacio-tiempo real, agradece a Arca Images y señala a su directora, Alexa Kuve, sentada en primera fila.

No hay nada fortuito en subrayar que esos límites entre lo real y la invención serán alterados constantemente. Dicha esta aclaración, S penetra en el escenario limitado por una cerca metálica. Dentro, el teatro, el espacio de la representación que Martín cuida que esté bien cerrado: la cancha de baloncesto donde se encuentran S y Martín, el lugar de ensayo, el sitio donde se reconstruye el asesinato del padre y donde asistimos al proceso creativo de las dos “Tebas Land”. Al mismo tiempo que el teatro está atrapado en una especie de jaula, S lo vulnera con sus entradas y salidas y las explicaciones directas al público. Es un juego de espejos, donde lo real se trastoca, se distorsiona o se clarifica.

Los actores Daniel Romero (izq) y Ariel Texidó (dcha) en “Tebas Land”.
Los actores Daniel Romero (izq) y Ariel Texidó (dcha) en “Tebas Land”.

Levitando sobre la historia de Martín, el mito de Edipo. Ambos personajes – Martín y Edipo, de Sófocles – están condenados por un error trágico: el de no saber (o el de no poder ver en sentido figurado). Pero el desconocimiento no los salva del castigo y del acto de matar.

La introducción de Edipo por S, provoca una discusión ética sobre la justicia. El hecho de que Federico pusiera en duda una supuesta verdad es una de las razones por las cuales S lo escoge para el papel. Y esa duda atraviesa la obra a través de los tres personajes. Tres personajes pero solo dos actores.

Varios guiños nos refieren a realidades superpuestas en las que tanto Martín como Fede (Federico) se trastocan, como si traspasaran un invisible umbral en el que se confunden el asesino y el actor, un trasiego de cuerpos donde a veces vemos los dos en uno: el rosario, los tenis, las gafas, el pelo mojado, etc. Y es justamente, en ese juego de dualidades donde las minúsculas acciones, los bordados gestos encarnados en la piel de Daniel Romero muestran la grandeza de su actuación.

Los actores Daniel Romero (acostado) y Ariel Texidó en “Tebas Land”.
Los actores Daniel Romero (acostado) y Ariel Texidó en “Tebas Land”.

Un momento que merece destacarse es el instante en que S le pone las gotas en los ojos a Martín. La epilepsia le ha provocado a Martín un malestar en la vista y S se brinda para echarle las gotas. Es un instante de tierna intimidad donde vemos a un padre curando a su hijo, o la mano del arte sanando el alma. La escena se conecta con una anterior, donde se ha comentado sobre unas gotas de agua sobre el cuerpo de Martín al recordar a su padre. Minúsculos y múltiples hilos en un denso fresco de dolor, vida, muerte, esperanza y sanación. Aquí se condensa una de las ideas de la obra en torno a la capacidad restauradora del arte y lo relativo a la figura del padre.

El autor también acude a otras relaciones traumáticas para crear paralelos filiales: Mozart o Dostoievski, por ejemplo. Otro elemento que cohesiona puntos aislados en esta caja de Pandora que es la pieza es el número 21: la edad de Martín, los golpes a su padre, el concierto para piano número 21 de Mozart. También es interesante la revelación del significado de los nombres: Martín, el guerrero; Federico, el pacificador, Sergio, el guardián. Son otras puertas para la interpretación en una pluralidad de lecturas.

El actor Daniel Romero en “Tebas Land”.
El actor Daniel Romero en “Tebas Land”.

Un aspecto clave es la exposición al proceso creativo de S. No sólo asistimos a la Tebas Land de Sergio, sino también a la de S. Conocemos detalles del futuro montaje: el empleo de las entrevistas, del archivo forense – materiales presentes en el teatro documental de Blanco.

Como espectadores, somos testigos de cómo S intercala aspectos de su propia vida, ficcionaliza y reinventa otra realidad. Por ejemplo, el uso de la canción “Amada amante” de Roberto Carlos. El espectador, contrariamente a Edipo y a Martín, conoce lo real y la invención. Al final, todo se difumina cuando vemos el rostro del recluso/actor iluminado por la pantalla de la tablet que S le ha obsequiado. Percibimos la voz de Federico/Martín leyendo a Sófocles y escuchando a Mozart, como si de esta manera, el arte venciera a la ceguera simbólica.

El público no puede evitar desconectarse a través de las situaciones que oscilan entre la tristeza, la desolación, pero también el humor. Todo gesto, palabra, imagen cuentan y queda abierta la puerta ante el misterio y la complejidad de la naturaleza humana y del teatro mismo. Si Edipo se arrancó los ojos al conocer la verdad, Martín encuentra en los suyos un nuevo renacer.

Últimas funciones de “Tebas Land”, del dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco, bajo la dirección de Carlos Celdrán y producción de Arca Images. (en español con traducción simultánea en inglés). Westchester Cultural Arts Center, 7930 SW 40 St., Miami, Fl. 33155. Sábado 16 y domingo 17 de noviembre, ambos días, a las 5 p.m. Boletos: $30 (admisión general) y $25 (para personas de la tercera edad, estudiantes con identificación válida y grupos de 10 o más). Boletos disponibles en www.arcaimages.org, el día del espectáculo solo en el teatro y en Tiicketplate.com. Más: www.arcaimages.org

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