¿Es posible un teatro para bebés online?

En los últimos años hubo un auge del teatro para bebés, tanto en la cantidad de propuestas, como en la indagación dramatúrgica que las sustentaba. Experiencias inmersivas como la de Flotante, de Azul Borenstein y Natalia Chami, propuestas lúdicas como la de Mamulequeques, de la titiritera Lupe Lombardozzi, convocaban en los tiempos del teatro presencial a padres ávidos de compartir una experiencia estética con sus hijos pequeños.

La circulación de estas obras fue ampliando su recorrido, de la mano entre otros de la productora Estación Primera Infancia, gestada por Gabriela Hillar, pionera del género con Proyecto Upa, y la titiritera Daniela Fiorentino, que llegó a organizar para público de 8 meses a 3 años funciones de una veintena de grupos en media docena de escenarios de Buenos Aires en 2019.

A comienzos de temporada se esperaban varios estrenos, entre ellos Tropical, de la misma compáñia de Flotante. Pero la cuarentena recluyó a todos, niños, padres y actores, en sus casas y cerró las salas teatrales. Con el tiempo fueron surgiendo muchas propuestas teatrales por las redes sociales, también para chicos. Pero para los más pequeños, casi nada. El lenguaje corporal de la mayoría de las propuestas, con la participación inmersiva para los pequeños, así como las recomendaciones de mantenerlos alejados de las pantallas al menos hasta los tres años hicieron desistir a muchos de pasarse al formato digital.

Una encuesta internacional realizada por la red Small Size entre las 82 compañías de 34 países dedicadas al teatro para niños de entre 0 y 6 años que la integran dio por resultado que una mayoría relativa del 37 por ciento descartaba la posibilidad de ofrecer alternativas digitales a su público durante las restricciones por la pandemia, en tanto que el 32 por ciento contemplaba esa opción y un 31 por ciento se mostraba indeciso.

La red en sí, en tanto, expresó su prevención ante los riesgos que implica el aiuslamiento social para la "salud cultural" de la primera infancia: "Las prácticas digitales son extremadamente peligrosas, especialmente para los niños pequeños, y perturban el vínculo entre el padre y el hijo", afirmaban desde la red en una carta abierta de abril de este año.

Entre nosotros, recién ahora se anunció para bebés la emisión de una versión grabada de Ito, de la compañía rosarina Vamos que nos vamos, que dirige Carla Rodríguez, celebrando por esta vía los diez años del estreno de la obra (sábados de agosto a las 11 y a las 18, acceso en www.vamosquenosvamos.com.ar). Quedó en tanto para el año que viene el plan de estrenar una obra nueva, Ota.

"Nos fue posible llevar Ito al streaming porque tiene una línea argumental, cuenta una historia en la que la palabra es también protagónica", dice Carla Rodríguez. La mirada de las actrices enfoca la cámara para llegar a los ojos de los bebés, primeros planos de los muñecos tejidos buscan acercar la de los pequeños a las figuras que protagonizan la historia del gusanito que se vuelve mariposa para salir a conquistar el mundo. "Quisimos transformar la carencia de acceso al teatro en una posibilidad, siendo fieles a la propuesta teatral original con recursos de edición que permitan que pueda ser recibida por la pantalla por el pequeño espectador", explica la directora de la obra.

Desde la productora Primera Infancia, en tanto, decidieron no pedirle a ninguna de las compañías con que trabajan una opción online. "Para nosotras el teatro es una experiencia de convivio al cien por ciento", explica Fiorentino. "Todo lo que sucede como experiencia inicial y escencial con los más pequeños ocurre en ese presente en vivo."

"Nos pareció propicio en este contexto en cambio ponerle voz e imagen a los hacederos pioneros en nuestro país, para dar visibilidad a su trabajo", agrega, refiriéndose a la edición de breves entrevistas a los principales creadores del teatro para la primera infancia, tanto de Argentina como del resto de América Latina, que se emiten por Facebook (@estacionpri) e Instagram (@estacionprimerainfancia) a partir de esta semana.

Una de estas referentes, Azul Borenstein, señala en diálogo con La Nación que en el caso de Flotante decidieron no avanzar en una traslación de la obra al formato digital, a pesar de recibir pedidos en ese sentido. "La obra es una experiecnia que tiene que ver con la propia exploracion de los bebés, decidimos por tanto no abrirla por cámara", dice. Buscó en cambio armar una actividad dirigida a padres en confinamiento "con la que puedan armar una minitribu, compartir con ellos una actividad ligada al arte", que pudieran trasvasar luego a la interacción con sus hijos en casa. "Pero no encontré con quién hacerlo, es tan nuevo el lenguaje que ninguno de los tres artistas a los que se lo propuse se animó", dice Borenstein.

"A veces hay que aprender a estar en silencio, hay que entender primero qué pasa", reflexiona en comunicación desde Lima, donde reside, trabajando tanto allí como en Buenos Aires. La salida, intuye, puede darse primero por escenarios al aire libre. Está trabajando en Perú en un proyecto para la playa, para toda la familia, en la que la distancia sea parte de la estructura narrativa más que una imposición del protocolo antivirus.

Lupe Lombardozzi coincide en ser reticente a promover la exposición de los más pequeños a los dispositivos digitales. "Me cuesta pensar en llegar por pantalla a eso tan bello del contacto directo con el niño más pequeño, la mirada directa a esos ojitos que te observan, el tacto, lo sensorio. Será para cuando volvamos a los teatros", dice.

"Pero tal vez sí podamos convocar a los padres a eso que hacemos en el escenario, a una experiencia estética que aporte un poquito de luz a su estado emocional para que puedan traspolarlo al niño", agrega Lombardozzi, quien concibe el teatro para bebés como una experiencia comunitaria, de padres e hijos. "Vamos a ser los últimos en volver al teatro, tal vez haya que desarrollar algo para el verano fuera de las salas teatrales. Pero no elijo pararme en el tren con la pantalla para los más chicos. Prefiero ver cómo regalarles a los padres las herramientas para generar un momento del ritual teatral en sus casas."