El Taller del Chucho, un semillero de la animación


León, Guanajuato.— El cine de animación llegó a las infancias leonesas durante el GIFF 2022, donde el realizador Luis Téllez y el productor Alberto Gauna —ambos del Taller del Chucho— impartieron el Taller de Cineminuto Animado.

Al taller asistieron poco más de 20 niñas y niños que con Téllez y Gauna se dedicaron, minuto a minuto, a realizar una pieza de animación en stop motion.

El proyecto de animación que trabajaron se hizo en equipos. A partir de la creación y selección de una historia, los miembros de cada grupo desarrollaron escenografía, vestuario, maquetas y personajes para después llevarlos a cuadro.

Entre las sorpresas que los talleristas del Taller del Chucho se llevaron en esta convocatoria fue descubrir talentos natos en creación de historias, ilustración, manejo de herramientas para animar, y cuán presentes tienen las infancias conceptos básicos en cine.

Luis Téllez es animador, director y productor dedicado al stop motion desde 1993. Hoy día es parte de los siete principales animadores elegidos por el director tapatío Guillermo del Toro en el Taller del Chucho, en la ciudad de Zapopan, Jalisco.

UN SEMILLERO PARA LA ANIMACIÓN

Si bien el Taller del Chucho se dedica a la formación de talento en vías de especializarse en determinada área del cine de animación, el taller que impartieron en el GIFF abre una oportunidad para crear semilleros en este género.

“Sobre todo del stop motion, que es lo que nos atañe en estos chicos y es parte del manejo que queremos tener con ellos: sembrarles la idea de que el cine es un arte colectivo. Si bien proviene a veces de una historia, de una idea, de una persona, eso no es una película.

“La película sucede hasta que la ve alguien. Para cumplirse ese ciclo se necesita de mucha gente”, añade Alberto Gauna en entrevista con Newsweek en Español.

Lidiar con las frustraciones también fue parte importante de este taller, donde Téllez y Gauna guiaron y acompañaron a niñas y niños a lograr su objetivo: crear una pieza fílmica en stop motion.

“A pesar de que su primer voto fue por una historia divertida, hay que hacer un análisis siempre de todas las historias porque una idea no es suficiente para hacer una película, aunque sea la mejor idea.

“En una película son miles de decisiones las que se tienen que tomar; sobre todo que son procesos larguísimos y costosos”, explica Téllez.

De acuerdo con Gauna y su experiencia como director de producción en el Taller del Chucho, en el cine se toman muchas decisiones y se renuncia a otras ideas porque no funcionan y lo que manda es la historia.

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Los organizadores descubrieron talentos natos en creación de historias, ilustración y manejo de herramientas para animar. (Foto: Verónica Santamaría)

CONECTAR CON LAS HISTORIAS

Elena e Isabel son dos de las niñas que formaron parte del taller. En entrevista contaron que disfrutan de la animación porque pueden hacer las cosas que les gustan, expresarlo y que todos lo vean.

Para Téllez, este taller fue una muestra de frescura a nuevos talentos y nuevas historias. Fue también la oportunidad de presenciar la formación visual que niñas y niños tienen ahora.

“Tienen animación por todos lados: en comerciales, con estrenos cada semana en streaming, en el cine, videojuegos, realidad virtual. Al final, es una frescura que también desconozco y me parece bonito poder conectar eso a nivel personal”, señala Luis Téllez.

Para Téllez es increíble que con todos los medios digitales al alcance de la niñez les siga fascinando cuando ven un personaje de plastilina que no tiene vida si no es a través de las manos de alguien.

“Todos los niños siguen diciendo ‘guau’. Creo que eso es muy inspirador [y] la vigencia de una técnica que a mí me gusta mucho: el stop motion. De la animación en general como herramienta para contar historias”, señala Téllez.

UN HOMENAJE A “VIVA EL REY”

Iñaki tiene nueve años y cuando sea grande quiere ser arquitecto y youtubero para mostrar los cortos de animación que realice. Llegó al Taller de Cineminuto Animado porque Luis Téllez es quien lo impartió.

Cuenta Iñaki que decidió entrar en el taller porque le gustó el cortometraje de Luis Téllez Viva el rey.

“Luis trabaja en un corto llamado Viva el rey que está en YouTube. De ese corto me gusta que es como un tablero de ajedrez y las piezas van moviéndose como un juego de ajedrez”, cuenta Iñaki.

Para Luis Téllez, que un niño como Iñaki haya llegado al taller conociendo su trabajo es algo gratificante y muy emocionante. Esto porque a lo largo de su carrera está habituado a realizar cortometrajes no pensando en las infancias.

“La animación que hacemos, por lo general, es una animación adulta. Él me dijo: ‘me gustó’, pero a mí, producirlo me costó mucho trabajo porque busqué financiamiento de inversionistas privados.

“La mayoría decía que los personajes son horribles, son de piedra, no tienen ojos, son monstruos. Entonces, esos adultos son como niños viejos, me refiero a viejos de hace muchos años. Entonces, un chavito los ve y dice ‘están padrísimos’; eso me encanta y es alentador”, añade Téllez.

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Lidiar con las frustraciones fue parte importante de este taller, donde Téllez y Gauna guiaron y acompañaron a los niños a lograr su objetivo: crear una pieza fílmica en stop motion. (Foto: Verónica Santamaría)

LUIS TÉLLEZ Y LA ANIMACIÓN

Viva el rey es un cortometraje de animación en stop motion que Luis Téllez dirigió y escribió. En 2019 obtuvo el Premio Ariel a Mejor Cortometraje de Animación.

Entre su filmografía se encuentra La increíble historia de la niña pájaro y el niño terrible (2010), La cosa que más duele en el mundo (2010), El gran viaje (2011) y Viva el rey (2017).

De acuerdo con Alberto Gauna, Production Management en el Taller del Chucho, la animación de los siete principales animadores de este espacio se caracteriza por ser vista como “una animación oscura”.

Son historias que vienen del corazón y algunas luminosas, a pesar de no tener finales alentadores, preciosos o felices porque retratan historias profundas. Incluso, son para un público no necesariamente infantil o adulto, sino al público que le llegue.

“Este chico, por investigar quién es Luis Téllez, se metió a YouTube, buscó el video, vio el cortometraje completo y le movió algo. Eso implica que no son animaciones adultas o para adultos, sino que son para un público que le llega.

“Es profundo que un niño lo pueda entender. Eso es alentador en muchos aspectos y un homenaje al trabajo de Luis”, concluye. N

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