Suprema Corte, vía para la conciliación

Manuel Espino

CIUDAD DE MÉXICO, junio 12 (EL UNIVERSAL).- La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cimentó una nueva cultura constitucional que en estos tiempos "complicados de polarización social", es una vía idónea para encontrar la conciliación entre los mexicanos, afirmó el presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar.

Al conmemorar este viernes los 10 años de la Reforma Constitucional de Derechos Humanos, el ministro aseguró que la cultura constitucional de derechos, generada sentencia tras sentencia por el máximo tribunal de justicia del país, funciona como instrumento pacificador de los conflictos.

"En estos momentos, particularmente complicados de polarización social, en que el país se encuentra dividido, esta nueva cultura constitucional de los derechos, que ha cimentado la Corte es una vía idónea para pacificar los conflictos, para encontrar la conciliación entre las mexicanas y los mexicanos para acercarnos al centro en el cual podamos compartir lo que nos une, al tiempo que buscamos alternativas para resolver nuestras diferencias", expresó.

Zaldívar Lelo de Larrea aseguró que el papel de la Suprema Corte ha sido, a través de los años, un elemento pacificador y, dijo, lo seguirá siendo en los meses y años por venir, en sus resoluciones y sentencias.

"Habría muchos ejemplos, a través de los cuales podría acreditar cómo este cambio cultural ha venido generando realmente un cambio en sectores muy importantes de la sociedad, el tema de las mujeres, particularmente, de la familia, del libre desarrollo de la personalidad y la democracia, con sentencias concretas".

Indicó que el Tribunal Constitucional ha tejido un lenguaje de derechos centrado en la dignidad humana, confrontando prejuicios y dogmas arraigados en la cultura jurídica mexicana. "La cultura constitucional brinda a las y los ciudadanos un marco de referencia para defender sus causas, expresar sus reclamos y cuestionar las decisiones del Estado. Asimismo, define los términos en los que deben justificarse las leyes y la política pública".

En la evolución de la jurisprudencia mexicana, el también presidente del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) consideró que el siguiente paso es "acabar con la pobreza y disminuir la brecha de desigualdad, es una responsabilidad impostergable del Estado mexicano.

"Como tribunal constitucional estamos llamados a convertirnos en un factor decisivo de cambio social y construir una jurisprudencia encaminada a la satisfacción de las necesidades materiales básicas de las personas, particularmente de quienes menos tienen y permanecen en un olvido intolerable".

Expuso que con una cultura constitucional bien cimentada, los participantes en debates profundamente polarizados pueden resolver sus diferencias en términos constitucionales.

"Así es que la cultura constitucional que ha asentado la Suprema Corte funciona como un instrumento pacificador, como un espacio de diálogo que permita resolver el conflicto sobre una base de acuerdos mínimos, a través de un marco compartido de valore. La cultura constitucional profiere al conflicto un valor productivo para el cambio social, con todo, nuestra cultura constitucional refuerza el sentido de solidaridad de una comunidad tan necesaria en tiempos de polarización".

Arturo Zaldívar puntualizó que el país tiene una deuda "terrible" en materia penal, pues la prisiones del país están repletas de gente pobre, de personas que no tienen los recursos económicos para acceder a un abogado de calidad que los defienda.

"Nuestras prisiones están llenas de inocentes a los cuales se les fabricaron delitos por medio de la tortura, por ello hago este paréntesis, desde que llegué a la presidencia de la Corte y ahora con la Reforma Judicial, impulsaremos como nunca y lo seguiremos haciendo, la defensoría pública para que, en todos los rincones del país haya abogados y abogadas del pueblo, que defiendan a la gente más desprotegida, más discriminada, más olvidada", añadió.