ESTOCOLMO.- Impreso en platos, pósteres y medallas, el retrato del rey de Suecia Carl XVI Gustavo, que festeja sus 50 años de reinado, cubre las paredes del departamento de Kenth Lundqvist.

Este reino nórdico celebra del 13 al 16 de septiembre el jubileo de oro de su soberano que, a lo largo de los años, se ganó el respeto de los suecos.

“Comencé a interesarme por la monarquía desde que tenía seis años, cuando el rey y la reina se casaron (...), estaba frente a la televisión, maravillado”, recuerda Lundqvist, de 44 años, organista de profesión.

Este miembro de la asociación monárquica sueca, que cuenta con miles de miembros predice una gran alegría popular con motivo del desfile previsto el sábado en ese país de 10 millones de habitantes, conocido sin embargo por su discreción.

Carl XVI Gustavo y su esposa la reina Silvia recorrerán entonces el centro de Estocolmo en carroza, escoltados por 3000 soldados.

“El rey representa la continuidad, la tradición y los valores cristianos. Así que estar ahí junto a 500.000 personas para celebrarlo será una gran sensación”, dijo este habitante de Timrå, pequeña ciudad del centro de Suecia, país donde el papel del rey es fundamentalmente protocolario.

“No es un hombre de poder, sino un símbolo”, dijo a la AFP Roger Lundgren, especialista de la familia real.

El símbolo de una forma de normalidad sueca que explica, según él, el respeto del pueblo por su monarca.

“Es muy tímido, no busca protagonismo, cumple sus funciones lo mejor que puede. El rey es un poco como todos nosotros. No somos muy apasionados. Somos más bien tiernos, y él también”, añade.

Infancia difícil

Pese a los poderes limitados, Carl XVI Gustavo sabe utilizar su influencia, como lo atestigua su intervención tras el escándalo por la invitación del embajador de Rusia al próximo banquete de los Nobel. La Fundación Nobel renunció finalmente a convidar al diplomático ruso.

Este respeto de los suecos por su monarca se traduce en cifras. Según un reciente sondeo del diario Dagens Nyheter y del instituto Ipsos, 62% de las personas interrogadas afirman que apoyan a la monarquía, una tasa constante desde hace 20 años.

La personalidad y el recorrido personal del rey hubieran podido provocar controversia.

“Su padre murió cuando él tenía nueve meses. Cuando subió al trono en 1973, sucedió a su abuelo de 91 años. Se convirtió en rey a los 27 años”, dice Lundgren, autor de una reciente biografía del monarca.

El padre del príncipe, Gustavo Adolfo, duque de Västerbotten, murió en un trágico accidente de avión, cuando regresaba de un viaje a Dinamarca.

Unos meses antes de su llegada al trono, Carl Gustavo apareció con el torso desnudo en las páginas de un semanario popular.

Los primeros años de su reino estuvieron marcados por su pasión por los autos deportivos y su gusto por las fiestas y más tarde se habló incluso de que tuvo supuestas relaciones extraconyugales.

Princesa Victoria

Roger Lundgren considera que el comportamiento del rey cuando subió al trono fue el reflejo de un cambio de costumbres en la época.

“Era un periodo particular en Europa a inicios de los años 70. Había que ser moderno y su consigna era que se debía vivir con su tiempo”, dice.

Entre los opositores a la monarquía hay quienes consideran que esa modernidad debería reflejarse en un cambio de régimen.

Niclas Malmberg, presidente de la asociación de republicanos de Suecia, que afirma contar con 7500 miembros, escribió al rey para que aproveche el jubileo para hacer un giro hacia la República.

Apegados a su monarquía, los suecos no opinan lo mismo.

La princesa Victoria, hija de Carl XVI Gustavo y heredera del trono, goza de una popularidad récord. Según encuesta de Dagens Nyheter, la mayoría de las personas interrogadas desearían incluso que suceda desde ya a su padre.

Agencia AFP