El sueño de Gabriel Milito, su elogio a Sabella y cómo encontró a Mascherano

Gabriel Milito no vacila y afirma que Javier Mascherano será un plus para Estudiantes. En una extensa charla con LA NACIÓN, el DT profundiza sobre el emblema de la selección pero también explica su idea de juego, pondera a Sabella y confiesa su sueño.

Con la banca de los jugadores y la evaluación permanente de los hinchas, será el director técnico que tendrá la responsabilidad de aprovechar el momento del club platense para jerarquizar el equipo. Estudiantes se movió para despegarse de la medianía y Milito lo sabe.

No parece estar nervioso ni agobiado. Al contrario: luce sereno y sonriente. A la hora de hablar, sin embargo, se toma el trabajo de elegir cada palabra. Escucha las preguntas, las procesa, piensa y recién después larga sus respuestas.

-Estadio nuevo y una incorporación de primer nivel: ¿ilusión o presión?

-Presión no. Con futbolistas de recorrido y de calidad las posibilidades de que nos vaya bien son mayores. Yo estoy ilusionado. Vinieron refuerzos, hicimos una buena pretemporada y tengo la esperanza de que nos va a ir bien. Lo mejor de todo es que los que vinieron lo hicieron porque querían formar parte del proyecto y de un club muy lindo como es Estudiantes; con Mascherano pasó eso. En este club se da algo extraño y es una virtud enorme: todo aquel que pregunte por esta institución recibirá referencias buenas y eso no es común.

-Fuiste su compañero y lo conocés mucho. ¿Con qué Mascherano te encontraste?

-Está impecable. Sería más fácil decir que todavía tengo que verlo en un partido oficial, pero la verdad es que me encontré con el mismo Mascherano de siempre. Está igual: perfecto desde lo físico y con ese espíritu competitivo que lo caracterizó en toda su carrera. Estoy convencido de que no tendrá ningún problema en demostrar su categoría en el fútbol argentino. Él nos ayudará mucho porque el fútbol necesita de jugadores que contagien al resto, pero la idea es que también el equipo lo ayude a él. Es un deporte colectivo y hasta los mejores necesitan de sus compañeros.

-¿Y en el vestuario qué aporta?

-¡Valores! Con tantos años de trayectoria, Javi está lleno de características y ninguna resta: sacrificio, concentración, compañerismo, humildad... Sin dudas representa un plus para todos porque es un profesional de elite.

-Gran profesional y amigo. ¿Cómo manejás esa situación?

-Primero es un placer dirigir a un futbolista de su jerarquía y a mí me llena de satisfacción. Podría usar muchas palabras y todas positivas: es un privilegio, un orgullo, un honor. Todo entrenador siempre quiere tener buenos jugadores y a mí me toca dirigir a un estandarte de la selección. Es cierto que tengo una relación de amistad con él desde hace muchos años, pero las reglas son para todos iguales y él lo tiene claro. Siempre jugará el que mejor esté desde nuestro punto de vista.

-Ya explicaste que lo tenés en cuenta como mediocampista y como defensor. ¿En su debut de qué jugará?

-Va a empezar como volante, que es su posición natural, pero tranquilamente podría hacerlo como central en el futuro. Si lo hizo en ese lugar de la cancha durante siete años en el Barcelona, que puede contratar a los mejores jugadores del mundo, es porque está sumamente capacitado.

-¿Te entusiasma la idea de que también se sume Marcos Rojo?

-Por supuesto. Si bien la dirigencia hizo un excelente trabajo en este mercado de pases, a nosotros nos serviría mucho sumar un lateral izquierdo para que compita con Erquiaga. En el caso que sea Marcos representaría otro refuerzo de lujo. Está la voluntad de Estudiantes de repatriarlo, a nosotros nos encantaría tenerlo y él quiere volver, pero para que se dé falta que pueda solucionar su situación contractual con Manchester. Una aclaración para que lo del lateral no suene a excusa: pase lo que pase, estoy conforme con lo que tengo.

-El año pasado decías que eran un equipo en construcción. ¿Ahora ya se consolidaron?

-Llegar al ideal es complicado, pero creo que hemos evolucionado y que ahora hacemos cosas muy buenas como equipo. Confío en que las incorporaciones nos ayudarán a continuar con ese crecimiento.

-¿El objetivo es clasificar a una copa internacional o todavía están a tiempo de pelear el torneo?

-El objetivo es San Lorenzo y desde el domingo será Unión. No es ponerme el casete, es así. El fútbol argentino es muy parejo y cada partido es una historia diferente. Yo no considero que exista un rival que te marca para que estás; para mí cada fecha es un desafío distinto y solamente al final sabremos para qué nos alcanzó.

-¿Pero en tu cabeza no hay un objetivo general?

-No, de verdad que no. Lo que tenemos en la cabeza y estamos mentalizados para eso es jugar cada partido como te exige el fútbol argentino. Cuando no lo hicimos, aunque haya sido de manera inconsciente, sumamos poco; y cuando logramos el nivel óptimo de entrega, orden y concentración conseguimos los resultados esperados.

-¿Qué matriz o estilo de juego mostrará el equipo?

-Si bien hay una idea madre, pienso que hay otros dos factores fundamentales. En primer lugar, que aprendamos a adaptarnos a las diferentes situaciones que tiene un partido; por eso queremos un equipo con mucha capacidad de interpretación: hallar los caminos para meter goles si somos superiores y dominadores, y defender con solidez y jugar más a la contra si eso no sucede. Y en segundo orden, que los futbolistas se vacíen en la cancha. Más allá del plan original, los rivales también juegan y te crean dificultades. Ante eso, para imponerse, hay que saber cambiar la estrategia y además ser fuertes tanto de la cabeza como desde lo físico.

-¿Y cuál es esa idea madre o plan original?

-Una cosa son los sistemas, y nosotros no nos cerramos a emplear uno solo, y otra es el estilo que queremos para el equipo. Nuestra idea inicial, para cada partido, será tener la pelota el mayor tiempo posible y utilizarla para atacar mucho; ese plan tiene un asterisco y es que para llevarlo a cabo de manera eficaz hay que ser muy cuidadoso con las contras de los adversarios, porque de lo contrario cada pérdida puede convertirse en un problema. En síntesis: el plan es utilizar la posesión para atacar, pero con recaudos para no quedar mal parado.

-En los últimos días confesaste que te apoyás mucho en Sabella, ¿cómo es eso?

-Cuando lo veo, pasamos horas hablando de fútbol y eso a mí me sirve muchísimo. Si es por mí que venga al Country todos los días; sería magnífico porque es una persona encantadora y todo lo que te dice tiene un contenido. Además su mensaje está cargado de una humildad gigante y eso lo magnifica. Siento una gran admiración por Alejandro y tenerlo en City Bell me pone contento por dos cosas: primero porque significa que está bien de salud que es lo primordial y segundo porque conversar con él es un aporte valioso.

-¿Te entusiasmó que te mencionaran como una de las alternativas para dirigir al Barcelona?

-No me llamó nadie y no hablaría con ningún club porque tengo trabajo. Estoy feliz de ser el entrenador de Estudiantes y no analizaría ninguna propuesta, sea cual sea. Mi única ambición es construir un gran equipo acá.

-¿Y qué te falta para eso?

-Ahora que llegaron estos jugadores, solamente nos falta algo de tiempo para que ellos se terminen de adaptar a sus nuevos compañeros y a nuestra idea. Igualmente, creo que llegamos bien. Veo al plantel completo con muchas ganas de querer estar y eso es muy bueno: hace que todos estén preparados cuando tengan la oportunidad y en definitiva la competencia interna es la que potencia a los equipos.

-Si no te obnubila ni siquiera el Barcelona, ¿con qué soñás?

-Con estar a la altura de un club tan importante como Estudiantes.

Parece una frase para conquistar corazones. No. Lo dice en serio.