Sudáfrica despliega el ejército para sofocar disturbios tras encarcelamiento de Zuma

Foto del lunes de policías realizando detenciones en medoi de las protestas en Sudáfrica, en la localidad de Katlehong

Por Tim Cocks y Alexander Winning

JOHANNESBURGO, 12 jul (Reuters) -Sudáfrica sacó soldados a las calles el lunes para controlar la violencia que estalló a raíz del encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma, tras días de disturbios que han dejado al menos seis personas muertas.

La policía dijo que la revuelta se había intensificado y que 219 personas fueron arrestadas después de que el controvertido exmandatario desafiara su condena de 15 meses de prisión en el máximo tribunal del país.

El humo de edificios en llamas se arremolinaba en el aire mientras los artículos de las tiendas robadas yacían esparcidos al costado de la calle en Pietermaritzburgo, en la provincia natal de Zuma, KwaZulu-Natal (KZN).

Las protestas a favor de Zuma, que estallaron tras su entrega la semana pasada, se han convertido rápidamente en saqueos e incendios provocados, principalmente en KZN, pero también en Gauteng, donde se encuentra Johannesburgo.

Algunos centros de vacunación para el COVID-19 en Gauteng y KZN fueron cerrados debido a preocupaciones de seguridad, dijeron el gobierno provincial y una asociación de farmacias independiente, lo que retrasó aún más la lenta campaña de inmunización.

"Lo que estamos presenciando ahora son actos oportunistas de criminalidad, con grupos de personas instigando el caos simplemente como una excusa para saquear y robar", dijo el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa en un discurso el lunes por la noche.

Delincuentes parecen estar aprovechando la ira que algunos sienten por el encarcelamiento de Zuma para robar y causar destrucción, dijo la policía.

Zuma, de 79 años, fue sentenciado a fines del mes pasado por desafiar una orden del tribunal constitucional de declarar una investigación sobre la corrupción a alto nivel ocurrida durante sus nueve años en el cargo hasta 2018.

(Reporte adicional de Wendell Roelf en Ciudad del Cabo, Tanisha Heiberg, Helen Reid, Nqobile Dludla y Shafiek Tassiem en Johannesburgo, Siyabonga Sishi en Pietermaritzburgo and Karin Strohecker en Londres. Editado en español por Rodrigo Charme)