Soy un perro. Este peleador espera mostrar en la UFC el verdadero poder del Inca Peruano

Daniel Marcos no sabe lo que es derrota, pero tampoco se pone presión por mantener ese cero a toda costa. Cuando entra a la jaula, este guerrero peruano solo piensa en ganar y no se imagina ceros o números que se interpongan entre él y su oponente.

Con dos victorias consecutivas dentro del octágono, Marcos enfrenta a un duro oponente este sábado en Aoriqileng -a quien llamen el “Asesino de Mongolia’’- en la velada UFC Vegas 86, que llegará a todo el país por la pantalla de ESPN+ (4:00 p.m.) desde el Apex Center de Las Vegas.

Marcos (15-0) consiguió su contrato en la UFC tras dominar a su oponente Brandon Lewis en la Contender Series y en su debut noqueó a Saimon Oliveira, antes de imponerse en una pelea muy reñida contra Davey Grant. Veremos si puede sumar su tercer triunfo en la mejor empresa de artes marciales del mundo.

¿Cómo has resumido el campamento para este combate?

“Sabemos que llegar a UFC y pelear con cualquiera es hacerlo contra alguien que está a un nivel superior. Aquí todos son fuertes. Sabemos que tiene tres victorias y tres derrotas. Lo hemos visto pelear. Peleas cortas, largas. No se ha enfrentado a alguien tan fuerte como yo. Creo en mis capacidades, en mi fortaleza mental y espiritual. Voy a salir a destruirlo, a acabarlo. Tengo mucha hambre y soy un perro’’.

Aoriqileng sale a meterle miedo al oponente desde el primer minuto.

“Sale a intercambiar rápido, pero si quiere intercambiar y quiere sentir mi fuerza, la va a sentir. Son tres rounds de cinco minutos. Voy a salir a desgastarlo, ahogarlo. Eso es lo que yo hago, como perro que soy. He visto sus peleas y estoy tranquilo. Se va a dar de la mejor manera. Si quiere hacerlo de una forma intensa, lo voy a llevar a aguas profundas y va a a sentir el verdadero poder del Inca Peruano’’.

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¿De dónde nace esa confianza?

“Esa confianza viene por Dios. Lo pongo delante de todo y confío mucho en él. Soy una persona que tiene mucha fe. Confío en el trabajo, soy disciplinado. Mi trabajo es entrenar, salir y pelear en la jaula. Soy mentalmente fuerte porque creo en mi trabajo, en lo que hago, en el equipo que pone la energía, el tiempo, la dedicación. Si ellos creen en mí, por qué yo no’’.

Estás invicto, ¿te preocupa perderlo?

“El récord es apenas una muestra sobre cómo vas avanzando, es un currículum. La gente te ve así, pero cuando entras a pelear en un deporte de contacto, con guantes de cuatro onzas, a cualquiera le cae una mano. Cuando yo entro a la jaula no hay récord, absolutamente nada, es cero. Gana el que mejor se desarrolle, el que traiga la mejor propuesta. No pienso en mi invicto. Solo confío en Dios. Tengo mucha fe. Mi familia está conmigo. Estoy sano’’.

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¿Cómo entras a las MMA?

“Tenía yo entre 19 y 20 años y trabajaba en una empresa que vendía celulares. Busqué junto con un amigo varios gimnasios para entrenar MMA y entré al del profesor Daniel Vázquez. Fue como que: esto es. Vi la jaula, la forma como cortaba el peso. Yo no sabía que era MMA, solo que era vale todo. No tenía para pagar esos cables que se pagaban en Perú para ver UFC. Jalábamos cables de los postes, pero la garra y la disciplina me han llevado adelante’’.

Mostraste un interés más allá de la realidad.

“No quise quedarme en el mismo lugar. El que nace pobre, pues naciste pobre, pero si mueres pobre eso ya es parte tuya porque no te sientes superior a lo que realmente puedes hacer y lo que puedes cumplir que son tus sueños. Tenemos piernas, cabezas y brazos, lo que Dios nos dio para cumplir esos sueños’’.

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Con esa garra y esos sueños, ¿a dónde esperas llegar?

“Quiero ser campeón mundial, siempre lo he dicho y haré todo lo que hace un campeón mundial: sacrificio de familia, sacrificio de comida, sacrificio de todo, pero siempre con Dios. Esa es la diferencia que tengo con otros peleadores. Si Dios conmigo, quien contra mí’’.