Somos realmente malos entendiendo a los gatos
Te acercas para acariciarlo, se revuelve rápidamente y te propina un arañazo. Lo coges para subirlo al sillón, te mira desairado, te bufa e intenta arañarte nuevamente. Millones de personas tienen un gato como mascota y resulta que, según los datos de un estudio estadístico realizado online a más de 6300 personas, en 85 países diferentes, no se nos da nada bien leer las expresiones, posturas y gestos de nuestras propias mascotas.
La mecánica del estudio es sencilla y cualquiera puede participar contestando a unas sencillas preguntas. Lo único que tienes que hacer es mirar algunos vídeos cortos de gatos y responder si crees que tienen una actitud positiva o negativa… Cada video se centra en la cara del gato: sus ojos, hocico y boca, las imágenes apenas duran unos segundos y a continuación debes dar tu respuesta sobre cómo crees que se siente el gato.
En estos vídeos asistimos a dos tipos de situaciones: Las positivas donde los gatos se encuentran a gusto y se acercaron a su dueño, por ejemplo, para recibir golosinas. Las situaciones negativas representan momentos en los que los gatos buscan evitar el contacto o retirarse de una persona. Con un pobre 59% de acierto (solo un poco más alto que si las elecciones se hubieran realizado al azar),los datos del estudio no nos dejan en muy buen lugar y ya sea porque no se nos da bien o porque los gatos son inescrutables, resulta que no somos muy buenos entendiendo las expresiones de nuestras propias mascotas.
El estudio arroja otro dato interesante: en promedio, las mujeres son mejores que los hombres leyendo las expresiones faciales de los gatos. No debería sorprendernos puesto que otros estudios anteriores demostraron que las mujeres son más exactas que los hombres interpretando señales y expresiones en otras personas, en bebes y también en perros.
Evidentemente, existe un grupo que sobresale por sus buenas capacidades de interpretación en el estudio: los veterinarios. Las personas que ejercen estas profesiones se encuentran diariamente con una gran cantidad de gatos y deben aprender a interpretar su comportamiento para reconocer enfermedades y evitar lesiones.
Pero el dato más interesante es que tener un gato de mascota no parece ser una ventaja para entenderlo… el estudio revela que los dueños de gatos no son mejores interpretando sus caras y expresiones que las personas que nunca han tenido un gato. Esto puede deberse a que los dueños de gatos aprenden las complejidades de su propio gato a través de interacciones continuas, pero probablemente no pueden recurrir a experiencias variadas cuando se enfrentan a una serie de gatos desconocidos.
Si quieres intentar tú mismo completar la encuesta y participar en el estudio (y de paso averiguar si eres bueno leyendo las expresiones de los gatos) puedes hacerlo en este enlace.
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Referencias científicas y más información:
Lauren Dawson “Are you a cat whisperer? How to read Fluffy’s facial expressions” The Conversation
Popular Science “We’re surprisingly bad at reading cats’ facial expressions”