"No somos Cataluña": los separatistas italianos avanzan con suavidad hacia la autonomía

En la imagen, el presidente de Lombardía, Roberto Maroni, posa tras una entrevista con Reuters frente a la sede del gobierno regional en Milán, el 12 de octubre de 2017. REUTERS/Alessandro Garofalo

Por Mark Bendeich y Sara Rossi

MILÁN (Reuters) - Mientras los inversores se retiran nerviosos de Cataluña ante el temor de que la rica comunidad autónoma se separe de España, otra región europea en la que los políticos habían hecho campaña por la independencia busca ahora atraer parte de esa inversión, aunque hablando de autonomía, no de secesión.

La región italiana de Lombardía, motor industrial del país donde se encuentra la capital financiera de Milán, celebra el domingo un referéndum por una mayor autonomía. Su presidente, otrora un orgulloso secesionista, espera que el resultado atraiga más inversión.

Esto podría pasarle factura a Cataluña, que compite contra Lombardía en la carrera por atraer a los trabajadores que huyen de otro doloroso divorcio europeo: el Brexit. Las dos regiones se disputan la nueva sede del regulador farmacéutico europeo, que debe dejar Reino Unido y encontrar un nuevo hogar dentro de la Unión Europea.

"No somos Cataluña", dijo el presidente de Lombardía, Roberto Maroni, divisando Milán desde su despacho acristalado del piso 36 de la reciente construida sede regional.

"Nos quedamos dentro de la nación italiana con más autonomía mientras que Cataluña quiere convertirse en el estado número 29 de la Unión Europea. Nosotros no. No de momento".

Habla de Cataluña como competidora en algunos aspectos pero dice que no está invitando de forma deliberada a sus empresas. "No estamos celebrando que haya firmas que estén abandonando Cataluña. Veremos lo que pasa pero no he recibido ninguna solicitud todavía por parte de empresas catalanas".

Maroni es un miembro líder de la Liga Norte, que tiene sus orígenes en la campaña de los años 90 por la independencia del estado de Padania, una zona que se extiende por el norte de Italia más o menos siguiendo el curso del río Po desde Lombardía, en el oeste, hasta Venecia, en el este.

La Liga Norte ya no hace campaña activa por la secesión, pero como partido gobernante de Lombardía y también de la región de Véneto alrededor de Venecia, está celebrando en ambos lugares referendos por una mayor autonomía, incluyendo un mejor acuerdo financiero con el gobierno central.

EL DINERO IMPORTA

En el caso de que el 'sí' ganase, el resultado no sería considerado vinculante por Roma, pero Maroni dijo que le otorgaría un mandato sólido para negociar un acuerdo mejor.

"Es obvio que cuanto más poder de negociación tengamos, más dinero podremos traer a casa", dijo Maroni.

Roma dice que el referéndum es innecesario, aunque permitido bajo la constitución italiana, la cual permite a las regiones abrir negociaciones por una autonomía mayor. El partido gobernante en Italia, el Partido Democrático, es también neutral en este tema, aunque al menos uno de los alcaldes del partido en Lombardía está pidiendo votar por el 'sí'.

Como Cataluña, Lombardía supone una quinta parte de la economía nacional y se queja de que el centro está drenando sus finanzas.

Pero, a diferencia de Cataluña, donde cientos de empresas han trasladado sus sedes sociales a otras regiones de España desde el referéndum del 1 de octubre, el presidente de Lombardía está abordando la cuestión de forma más moderada y utilizando la campaña por una mayor autonomía como cebo para la inversión.

Maroni dice que Lombardía paga cada año 54.000 millones de euros más en impuestos de lo que recibe de Roma y que quiere reducir esa diferencia a la mitad.

El presidente lombardo añade que gastaría parte de ese dinero en investigación y el desarrollo, en la promoción de negocios familiares y start-ups, y la exención temporal de impuestos para atraer a grandes firmas internacionales.

Maroni podría, por ejemplo, decirles a las grandes multinacionales que quieren invertir en Europa: "Sabed que si venís a Milán, no os haré pagar impuestos durante dos o tres años".

Roma, sin embargo, no está dispuesta a dejar que la región italiana con más poder económico disfrute de esa lluvia de ganancias sin arriesgar el colapso económico del ya empobrecido sur, dicen los expertos.

"Es un juego de suma cero", dijo el profesor Luca Ricolfi, un experto en federalismo de la Universidad de Turín.

"ITALIA NO PODRÍA SOBREVIVIR"

Gian Claudio Bressa, secretario de Asuntos Regionales en Roma, dijo que no era cuestión de simplemente devolver dinero.

Las regiones deben demostrar que pueden tomar el relevo del gobierno nacional para hacerse cargo de los servicios públicos y hacer un mejor trabajo a la hora de financiarlos. Tan solo entonces se le otorgaría más financiación a una región más autónoma, para ayudarla a costear dichos servicios adicionales.

"Italia es un estado unitario basado en la solidaridad fiscal mutua entre regiones", dijo Bressa.

"Para poder obtener más dinero del estado central, Lombardía debería demostrar que los servicios ofrecidos son mejores en comparación con los proporcionados por el estado. Si 27.000 millones de euros fuesen utilizados para algo distinto a esos servicios, Italia desde luego no podría sobrevivir".

Aunque hubiese un importante porcentaje de votos por el 'sí' en los referéndum del domingo, los expertos no esperan un cambio rápido o dramático.

Lombardía podría considerar una victoria el conseguir que se le transfiriesen algunas responsabilidades más y le otorgasen alrededor de 1.000 o 2.000 millones de euros de financiación adicional, dijo Ricolfi, de la Universidad de Turín.

Políticamente, sin embargo, exacerbaría las tensiones entre el adinerado norte y el empobrecido sur, además de debilitar las costuras que unen a una nación que antes de su unificación en el siglo XIX estaba constituida por un grupo de pequeños estados regionales que hablaban una variedad de distintos dialectos.

"Si se abre la caja de lo que pagan las regiones del norte, cabe esperar una respuesta negativa en el sur de Italia", dijo Giovanni Orsina, profesor de historia en la Universidad Luiss-Guido Carli en Roma.