La solución desesperada de la casa real japonesa para encontrar sucesor

Japan's Emperor Akihito (L) and Empress Michiko wave to well-wishers upon their arrive at Ujiyamada Station for a visit to Ise Jingu shrine, ahead of his April 30 abdication, in Ise in the central Japanese prefecture of Mie, on April 17, 2019. - Akihito will step aside and make way for his son Crown Prince Naruhito on April 30. (Photo by ISSEI KATO / POOL / AFP)        (Photo credit should read ISSEI KATO/AFP via Getty Images)
La familia imperial de Japón sigue arcaica y buscando soluciones machistas a su linaje (Photo credit should read ISSEI KATO/AFP via Getty Images)

La princesa Mako de Japón ha decidido casarse con su compañero de universidad y renunciar, como la ley obliga, a su título real y a seguir perteneciendo institucionalmente a la familia imperial.

Al ser mujer, Mako no hubiese podido acceder como emperatriz al Trono del Crisantemo por culpa de una arcaica ley imperial que, por lo visto, no están dispuestos a modificar ni aún viendo que el linaje se está quedando sin sucesores varones.

Lejos de plantearse una reforma de la ley (y, ya de paso, de las creencias de género) para que la hija del emperador pueda ser emperatriz, el Gobierno japonés rechaza dicha iniciativa y sigue buscando alternativas para que solo hombres puedan seguir accediendo al trono.

La solución que se bajara actualmente es tan surrealista que parece una broma y, sin embargo, es cierta. El Gobierno estudia la posibilidad de que miembros de la familia imperial adopten a niños para, así, aumentar la línea de sucesión.

Evidentemente y como era de esperar, no van a ser niños “plebeyos” necesitados de afecto sino que esos críos deben haber nacido en una de las 11 ramas colaterales de la familia imperial. Dichas ramas, según recoge ‘Vanity Fair’ llevan años vetadas para el acceso al Trono del Crisantemo por un decreto legal.

Los medios nipones ya apuntan a que el tío del emperador Naruhito podría apodar a un heredero junto a su esposa, el pequeño detalle que al parecer le da igual a la familia imperial y al Gobierno japonés es que este señor que va a adoptar, ¡tiene 85 años!

Es evidente que lo único que importa es mantener a flote la linea de sucesión a todo coste y, tristemente, haciendo gala de un machismo arrollador y preocupante. ¿Qué felicidad puede tener un niño con un padre tan mayor? Apenas le podrá disfrutar, es solo una pieza necesaria en un mecanismo político y eso puede conllevar una falta de ética brutal.

El príncipe Hitachi, posible adoptante, ocupa el último lugar en la actual línea de sucesión y por arriba tiene a su hermano y al sobrino del emperador. El emperador actual solo tiene hijas mujeres y, si su sobrino corre la misma suerte, el trono de Japón estaría condenado a “agotarse” dado que en esa familia, la mayor parte son mujeres.

La familia actual consta de 18 miembros ‘royal’ y de esos 18, solo hay 5 hombres. El resto son 13 mujeres y, todos, de edad avanzada entre los 55 y los 87 años. La única esperanza para la familia imperial es el joven príncipe de 15 años, eso sí, pero no es suficiente para perpetuar futuros emperadores.

Además de esta solución drástica de lanzarse a adoptar para que haya hombres en el linaje, también se ha planteado la opción de que princesas como Mako, que se casen por amor con plebeyos, puedan tener descendencia que acceda al trono.

Es decir, Mako y el resto de princesas no perderían su título imperial y, por lo tanto, su descendencia sí sería útil al anclaje familiar de cara al Trono del Crisantemo al cual, como hemos comentado, ellas no podrían acceder por su género femenino.

En pleno año 2021 es bastante triste tener que hablar en estos términos en vez de asumir, de una vez por todas, la igualdad entre hombres y mujeres dado que ambos son exactamente igual de válidos para desempeñar las labores de emperador o emperatriz de Japón aunque los varones de la familia imperial, se resistan a admitirlo.