Sofía, niña migrante, desapareció en el Río Bravo; a un año del hecho, autoridades incumplen con la búsqueda ordenada por la ONU

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A un año de que Sofía Caballero, niña migrante nicaragüense de tres años de edad, desapareciera cuando intentaba cruzar el Río Bravo de la mano de su madre, quien murió en el lugar, las autoridades mexicanas han incumplido las medidas determinadas por el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU (CED) en la acción urgente 1508/2022 dirigida al Estado mexicano a raíz del hecho. 

Entre esas medidas están el deber de establecer una estrategia integral con un plan de acción y un cronograma para la búsqueda exhaustiva de Sofía, asegurar que fuera evaluada periódicamente y cumpliera con la debida diligencia en todas las etapas de los procesos de búsqueda, determinar acciones de manera integrada, eficiente y coordinada con medios y procedimientos necesarios y adecuados para localizarla, así como proporcionar información sobre las medidas adoptadas para identificar a los eventuales perpetradores de la desaparición forzada de la niña. 

Sin embargo, según lo señalan este miércoles la Fundación para la Justicia (FJEDD), la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), la Texas Nicaraguan Community y Familias Unidas, a un año de los hechos, los primeros policías estatales que intervinieron en el lugar no han rendido cuentas y no existe un análisis de contexto en un lugar donde muchos migrantes han desaparecido o perdido la vida. En suma, aseguran, el caso ha evidenciado la falta de coordinación entre autoridades de búsqueda e investigación, así como la incapacidad para operar la búsqueda trasnacional en vida y forense. 

Las organizaciones también acusan que pasaron tres meses para que se formalizara la solicitud de asistencia jurídica internacional a Estados Unidos, para la búsqueda en ese país, mientras que la Fiscalía General de la República (FGR) se negaba a abrir una investigación por el caso. El 6 de diciembre de 2022, Animal Político publicó que un juez finalmente había ordenado a la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) abrir una carpeta de investigación por presunta trata en el caso de Sofía.

En aquel momento, además de las omisiones que ya habían sido señaladas por la FJEDD, su abuela y una de las abogadas que colaboran en el caso insistían en la falta de acción de las autoridades mexicanas para contactar a sus homólogas estadounidenses para iniciar una búsqueda en aquel país. 

 

¿Cómo desapareció Sofía?

El año pasado, Animal Político publicó que el 17 de mayo de 2022 Sofía Abigail Caballero Huete había llegado desde Nicaragua a Piedras Negras, Coahuila, para cruzar a Estados Unidos de la mano de su mamá, Irma Yaritza, y su tío, hermano de Irma. Eran parte de un grupo que sumaba cerca de 100 personas. Esa noche se dio el cruce por el Río Bravo.

Los tres iban en la parte delantera del grupo. El hermano de Irma la llevaba sobre los hombros y detrás venía su hermana. Ya cerca de llegar, a unos 10 metros del límite con Estados Unidos, el nivel del agua del río comenzó a subir y se tornó violento. El tío de Sofía resbaló y la niña se soltó, pero él alcanzó a hacer el intento de pasársela a su hermana, que iba atrás de él y todavía estaba de pie.

La situación se complicó aún más: el río volvió a sumergirlo y con mucho trabajo logró llegar a la orilla. Al voltear la mirada, había perdido de vista a su hermana y a su sobrina Sofía. El cadáver de Irma fue hallado al día siguiente, pero la niña nunca fue localizada.

“La familia de Sofía y las organizaciones acompañantes exigimos el cumplimiento inmediato de las obligaciones internacionales del gobierno de México en el caso, la implementación de un plan de investigación y búsqueda articulado, exhaustivo, diligente, estratégico y multidisciplinario, siguiendo los estándares internacionales de búsqueda diferenciada y transnacional. No debemos permitir que más familias vivan la angustia y el dolor que representa la desaparición de un ser querido. Todas las niñas tendrían que volver a sus casas, a sus familias”, subrayan las organizaciones.