Sobrevivir y volver a emprender en la actual Venezuela

Zonia Adrián tiene más de 20 años trabajando en Playa Guacuco, una de las playas más conocidas de la Isla de Margarita, Venezuela. Comenzó con la venta ambulante de prendas de vestir, accesorios y comida en la orilla de la playa, caminándola de extremo a extremo, bajo el sol radiante de la Perla del Caribe.

A pesar de la situación actual que vive el país, Zonia se aferra al progreso. Desde hace 3 años tiene su puesto de empanadas, comida típica del oriente del país, elaborada de harina de maíz. Los visitantes las disfrutan con rellenos tan simples como el queso o la exquisitez de frutos del mar.
Son muchos los sin sabores que atraviesa día a día con su trabajo. Entre ellos, tener que comprar la harina y demás ingredientes a precio “bachaqueado” o revendido, obteniéndolos diez o más veces el costo real del producto.

Sus clientes le demuestran alegría y agradecimiento por lo deliciosas que son sus empanadas y la agradable atención que reciben de su parte. No obstante, en vista de que la crisis que atraviesa Venezuela afecta la circulación de billetes en el país, esto le genera descontento, ya que por no contar con punto de venta en su establecimiento, Zonia les ofrece la posibilidad de realizar el pago a través de transferencias electrónicas; pero hay quienes honestamente se la realizan, incluso, desde sus casas, mientras que otros le hacen una mala jugada y no cumplen.

“Yo se lo dejo a mi Dios divino. A él solo se lo dejo”, dice, ya que comprende que muchos de quienes la visitan son padres de familia igual que ella y también atraviesan las mismas necesidades, producto de la realidad económica del país y esas personas no tienen cómo pagar la deuda. A pesar de todo, su ímpetu de trabajo no se lo quita nadie.

“Estoy haciendo un esfuerzo grande, más que todo por mi familia. A veces lloro cuando voy a casa de mi mamá. Y me dice ‘No tengo nada que comer, no hay nada”, enfatiza.

Zonia tiene tres hijos que ha levantado gracias a su esfuerzo y trabajo. Uno de ellos es Ingeniero Petrolero, vive en Argentina desde hace 8 años. Llora cada vez que le preguntan por él o si algún cliente le dice que uno de sus hijos se va del país. Para ella, es el precio que ha tenido que pagar por la crisis que vive Venezuela. Dice que él está bien, pero le hace mucha falta.

A Zonia la protege Dios. Le pide mucha fuerza para seguir adelante, a pesar de lo difícil que está la situación en el país.