‘Uno está sobreviviendo en Hialeah’: Abundan demandas de desalojo en nuevos edificios de lujo

Jessica Mora se mudó a Hialeah hace dos años, junto a su esposo e hija, a un apartamento de dos habitaciones en Pura Vida, uno de los complejos urbanísticos más nuevos de la ciudad localizado en Okeechobee Road.

El costo del alquiler mensual de la unidad era $2,150, pero en la renovación del contrato al año siguiente le aumentaron $700 y desde entonces paga $2,850.

A finales del 2023 se separó de su esposo, hecho que la llevó a perder el equilibrio financiero. Eso la forzó a negociar un plan de pago con los administradores del edificio.

Dos meses después, en enero de 2024, los abogados del edificio la demandaron por impago.

Un análisis que realizó el Nuevo Herald de los registros públicos de los tribunales de Miami-Dade muestra que las tres construcciones más grandes y modernas de Hialeah, Pura Vida, Shoma Village y Manor Hialeah, en conjunto, han presentado un total de 165 demandas judiciales por desalojo residencial en el transcurso de los últimos 20 meses.

“El sur de la Florida es invivible, uno está sobreviviendo en Hialeah”, dijo Mora, venezolana de 36 años.

Al emigrar hace una década residió primero en Homestead hasta que su hija tuvo tres años, luego se mudó al Doral, pero los altos precios de los alquileres la obligaron a mudarse a una ciudad que creía más accesible, como Hialeah.

Ahora, se plantea regresar a Homestead, donde residen los abuelos paternos de su hija, e incluso marcharse del sur de la Florida, con la mirada puesta en Jacksonville.

Como consecuencia de la demanda, está pagando en tribunales cada mensualidad del alquiler mientras ansía que su contrato termine el 31 de mayo. Su caso no es el único.

Estos edificios autodefinidos como “apartamentos de lujo” ofrecen comodidades poco frecuentes en Hialeah: piscina, gimnasio, salas de conferencias y área de barbecue.

Sin embargo, este boom inmobiliario ha traído precios de alquiler que oscilan entre $2,050 por una unidad tipo estudio hasta $3,765 por una de tres habitaciones. En contraste, los habitantes de Hialeah son mayormente de clase trabajadora y el ingreso promedio por familia es de unos $49,000 anuales.

Imagen de la piscina de Shoma Village, estructura de dos torres de ocho pisos, que cuenta 304 unidades de alquiler, en Hialeah Drive
Imagen de la piscina de Shoma Village, estructura de dos torres de ocho pisos, que cuenta 304 unidades de alquiler, en Hialeah Drive

Estos grandes complejos urbanísticos están creando aumentos de alquileres en los alrededores, a pesar de ser propiedades mucho más modestas, afectando la dinámica financiera de la mayoría.

Los políticos locales han asegurado repetidamente que la disrupción urbanística de Hialeah, mutando de viviendas unifamiliares a grandes edificios, obedece a la necesidad de satisfacer un mercado de jóvenes profesionales que estaban abandonando la ciudad en busca de opciones más vanguardistas como las que ofrece Miami.

Pero, ¿puede esta comunidad pagar estos alquileres?.

LEA MÁS: El desafío de Hialeah: cómo crear un programa de vivienda asequible para trabajadores

Hialeah ha dejado de ser una ciudad económica

De acuerdo con los registros públicos, Manor Hialeah, el inmueble más nuevo, conformado por 642 unidades y ubicado en el distrito Amelia, ha desalojado a 16 familias de las 45 demandadas en ocho meses, un promedio de dos inquilinos por mes.

Alex Smith vivía allí pero prefirió mudarse a un edificio viejo en North Miami. “Es extremadamente costoso vivir en Hialeah, aunque hay muchas comodidades es ridículo el precio por apartamento, no estamos en South Beach”, comentó.

Instalaciones de Manor Hialeah, uno de los complejos más grandes y nuevos de la ciudad de Hialeah
Instalaciones de Manor Hialeah, uno de los complejos más grandes y nuevos de la ciudad de Hialeah

Mientras que en Shoma Village, una estructura de dos torres de 304 unidades, han sido desalojadas 13 familias. La propiedad, ubicada en Hialeah Drive, ha presentado 70 demandas por impago.

En el caso de Pura Vida, el edificio de 260 unidades donde vive la madre venezolana, se han presentado en los tribunales 50 casos de desalojo, completándose 19 de estos en un lapso de 17 meses, lo que representa 38% del total de las demandas, según los registros.

“El administrador de Pura Vida está haciendo lo posible por sacar a las personas que están aquí, ya muchos han sido desalojados”, argumentó Mora.

El Nuevo Herald se comunicó con los administradores del condominio quienes prometieron responder por correo electrónico, pero hasta la fecha no lo han hecho.

Los administradores de Manor Hialeah y de Shoma Village fueron contactados telefónicamente y dijeron que no tenían comentarios sobre las demandas por desalojo en sus propiedades.

Uno de los urbanistas de Pura Vida, Michael Wohl, director de la constructora Coral Rock, dijo a el Nuevo Herald que estaba muy sorprendido de escuchar las declaraciones de Mora y aseguró que él forma parte del Comité de Vivienda Asequible en Hialeah para buscar una solución a la crisis.

A juicio de Wohl, una alternativa a la crisis sería construir viviendas de uso mixto, una porción a precio del mercado y otra a precio de trabajadores.

LEA MÁS: Políticos de Hialeah enfrentados por urbanizador que integra comité de vivienda asequible. ¿Por qué?

Desalojos en serie, un mecanismo de presión

De acuerdo con datos The Eviction Lab, un centro de estudio sobre la vivienda de la Universidad de Princeton, en Hialeah ha habido más de 3,188 demandas por desalojo entre 2020 y mediados de 2023.

Juan Pablo Garnham, vocero de The Eviction Lab, indicó a el Nuevo Herald que en el sur de Estados Unidos, siendo Florida uno de los principales casos, existe una tendencia de “desalojos en serie”.

“Muchos propietarios no usan las demandas de desalojo para recuperar el dinero del alquiler, sino que es una estrategia para presionar a los inquilinos a que se vayan, presentando una demanda a una misma familia o individuo varias veces en un año”, advirtió Garnham.

Los datos analizados de los tribunales de Miami-Dade demuestran que cada uno de los tres nuevos complejos urbanísticos en Hialeah demandó en repetidas ocasiones a un mismo inquilino.

Shoma Village demandó a 20 inquilinos en más de una ocasión, incluso tres veces en un año, constituyendo un total de 44 de las 70 demandas que ha presentado hasta la fecha.

Pura Vida demandó a siete personas varias veces, para un total de 24 de las 50 demandas que están en los tribunales, mientras que Manor Hialeah presentó un total de 17 demandas a seis inquilinos, de las 45 causas en los tribunales.

La mayoría de las demandas de los tres inmuebles analizados fueron descartadas luego de que los inquilinos pagaron sus deudas. Sin embargo, los datos públicos muestran que más de 30% de estos juicios terminaron en desalojo o vacancias antes de emitirse la orden de desahucio.

El alcalde Esteban Bovo Jr. advirtió que el gobierno no puede intervenir y frenar esos desalojos, pero estimó que si sigue la inestabilidad inmobiliaria, en algún momento tendrá que corregirse.

“Si tienes un edificio con unidades vacías, porque el precio que estás pidiendo es demasiado alto y se ha demostrado porque han tenido que sacar gente, tarde o temprano el dueño del edificio tendrá que corregir”, precisó Bovo en entrevista con el Nuevo Herald.

Impacto de un desalojo a largo plazo

El temor de un desalojo, luego de una demanda, puede causar efectos físicos y psicológicos en las personas que se ven con la dificultad económica de cubrir los costos de vivienda, de acuerdo con un estudio de The Eviction Lab.

El centro ha encontrado una relación entre el desalojo y la salud e incluso la muerte prematura.

“Si pagar un exceso de alquiler puede aumentar sus posibilidades de morir prematuramente, un desalojo puede ser un golpe fatal”, indica el informe El aumento de los alquileres y los desalojos están relacionados con la muerte prematura.

De acuerdo con el análisis, solo el hecho de ser amenazado con un desalojo, incluso cuando ese caso no resultó en una sentencia de desalojo, se asoció con un aumento del 19% en la mortalidad. “Recibir una sentencia de desalojo se asoció con un aumento del 40% en el riesgo de muerte”, explica.

Nelsy Nuñez de Mora, residente de Hialeah de 56 años, lo ha padecido en carne propia. Dice que su salud se ha deteriorado ante el riesgo de sufrir un desalojo en Pura Vida, donde alquila una unidad de tres habitaciones.

“Me llevaron a corte a los cincos días de retraso. Mi esposo se había quedado sin trabajo y yo no puedo trabajar por problemas de salud”, dijo Nuñez, quien vive junto a su esposo, hija menor, yerno y dos nietos.

Cuando se mudaron en 2022 pagaban $2,300 de alquiler, actualmente la tarifa es de $3,160 mensuales.

“El gerente me ha dicho: ‘si tú no puedes pagar te puedes ir‘, pero no es tan fácil”, explicó Nuñez. “Romper el contrato implicaría pagar una multa de dos meses”.

Nuñez ha sido diagnosticada con fibromialgia, además ha sufrido recientemente “múltiples infartos en el cerebro”.

“Estoy convulsionando, he perdido fuerza y movilidad en la parte izquierda de mi cuerpo”, dijo. “Tengo episodios de lagunas mentales y todo eso ha sido por el estrés”.

Esta familia huyó de Venezuela en 2018 como consecuencia de una persecución política en contra del esposo de Nuñez, Carlos Mora, según reflejan diferentes medios de prensa venezolanos. Pasaron de ser comerciantes prósperos en su país de origen, a vivir con incertidumbre sobre el alquiler de su vivienda en Hialeah.

Estas docenas de casos presentados ante los tribunales impactarán en esas familias incluso si llegan a un acuerdo con los arrendatarios evitando el desalojo, lo que hará mucho más difícil en el futuro encontrar vivienda, vaticinan los expertos.

“El caso siempre aparecerá en el registro de desalojos pero mostrará que ha sido descartado, aunque solo algunos buscarán el archivo para conocer el veredicto”, explicó Jeffrey M. Hearne, director de litigios en Legal Services of Greater Miami, organización que brinda servicios legales civiles gratuitos.