Cómo sobrevivió el esquiador italiano que quedó enterrado por una avalancha durante 20 horas

El esquiador que sobrevivió a una avalancha en Italia
El esquiador que sobrevivió a una avalancha en Italia - Créditos: @https://www.instagram.com/carlucciosartori/

BOLZANO, Italia- “La noche fue tremenda. Tenía miedo, no quería morir. Sabía que no debía rendirme, sabía que no debía dormirme, de otro modo sería el fin”. Con ese dramático testimonio, Carluccio Sartori, el esquiador véneto contó cómo sobrevivió tras haber quedado enterrado por una avalancha durante 20 horas.

El hecho se dio en Val Badia. “No soy creyente -aseguró- pero aquella noche recé a mi madre”. Sartori, de 54 años, todavía está internado en la unidad de terapia intensiva en Bolzano, pero su estado de salud está bien.

“Cuando la avalancha estaba por detenerse, comencé a nadar para permanecer en la superficie, pero mis movimientos eran muy limitados y un hombro me dolía y la mochila me obstaculizaba”, explicó.

Apenas la avalancha se detuvo, Sartori -con el único brazo libre- tiró intentó despejar la nieve sobre él y, después de una profunda bocanada de aire, comenzó a formar una suerte de embudo en la nieve.

“Pedí ayuda, pero no obtuve ninguna respuesta”, siguió en su dramático relato.

Sartori consideró que ante un escenario de esta magnitud, si se dormía se dificultaría su supervivencia. “ Por este motivo, durante toda la noche hice una especie de micro gimnasia, moviendo sistemáticamente una extremidad tras otra, como podía bajo la nieve” , precisó.

Luego de tantas horas, gracias al calor del cuerpo, la nieve se desprendió y Sartori consiguió realizar movimientos siempre más amplios y, en un cierto momento, liberó también el otro brazo.

Jamás olvidaré el sonido del helicóptero. Cuando observé a los socorristas me relajé”, aseguró.

Sartori extendió palabras agradecimiento también a los médicos y enfermeros de la Unidad de Cuidados Intensivos de Bolzano, dirigida por el especialista Marc Kaufmann, que este invierno salvó a otros cinco pacientes en grave estado de hipotermia.

“En casa me matan si ahora digo que continuaré esquiando, por ello ante las cámaras de televisión digo basta”, bromeó, lo que desencadenó un momento de alegría en la sala de terapia intensiva.

Carluccio ganó su batalla, aunque reconoce que es “muy, pero muy afortunado”. “Por todo lo que resta de mi vida veré las estrellas y la Osa Mayor y pensaré en aquella noche”, concluyó.

Con información de ANSA