El sobrecoste de agradar a la monarquía que ahora cobra otro significado

Los continuos escándalos y las polémicas protagonizados por los miembros de la Casa Real ponen con regularidad en jaque tanto al actual rey, Felipe VI, como a la institución. La última noticia que acapara titulares y críticas es la vacunación de las infantas Cristina y Elena en Abu Dhabi aprovechando una visita a su padre, instalado allí desde el pasado mes de agosto poniendo kilómetros de distancia tras salir a la luz varias irregularidades fiscales cometidas por el rey emérito.

Cambiar el nombre al hospital de Parla por el de Infanta Cristina implicó un sobrecoste. (Foto: Google Maps)
Cambiar el nombre al hospital de Parla por el de Infanta Cristina implicó un sobrecoste. (Foto: Google Maps)

Una inmunización contra el coronavirus saltándose el orden establecido por el plan de vacunación del Gobierno que ha molestado tanto a la sociedad como a algunos políticos. Otros, como los populares Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, no se han sumado a las críticas. La explicación que han dado ambas Infantas a través de un comunicado conjunto es que “hemos acudido a visitar a nuestro padre y, con el objeto de tener un pasaporte sanitario que nos permitiera hacerlo regularmente, se nos ofreció la posibilidad de vacunarnos, a lo que accedimos. De no ser por esta circunstancia habríamos accedido al turno de vacunación en España, cuando nos hubiera correspondido”.

Ellas, residentes en Suiza y Madrid, han podido visitar a su padre en otro país y, además, vacunarse para seguir haciéndolo con mayor regularidad y seguridad. Mientras, en España, muchos no pueden ir a ver a los suyos residentes en otra Comunidad Autónoma y esperan su turno de vacunación que, no siendo población de riesgo ni ancianos, tardará meses en llegar. Un agravio comparativo que ha molestado enormemente como se puede comprobar por la cantidad de críticas vertidas en redes sociales por los internautas.

Más allá de este salto en el orden de vacunación y ese aprovechar un viaje al extranjero para inmunizarse contra el coronavirus existe otra lectura: el daño que quienes supuestamente representan a España a nivel internacional hace a la imagen de la Sanidad Pública. Un servicio en el que, en el afán por honrar a la institución, hasta cuentan con sendos hospitales con sus nombres en los letreros y sábanas. Una acción de homenaje a la Casa Real llevada a cabo por Esperanza Aguirre que supuso un sobrecoste que ahora cobra un significado distinto.

El Hospital Universitario Infanta Elena se encuentra en la localidad de Valdemoro y fue inaugurado en 2007 por la entonces presidenta madrileña, que contó para la foto con la presencia de la hija de don Juan Carlos. El de su hermana abrió sus puertas en abril de 2011, en Parla.

Según publicaba El País en 2014, hubo un baile de nombres poco antes de las inauguraciones en varios casos de los llamados 'nuevos hospitales' de la Comunidad de Madrid. El más significativo de todos fue el del hospital de Vallecas. Cuando Aguirre acudió al acto de finalización su nombre era ese: Hospital de Vallecas. Sin embargo, solo dos meses después y tras una audiencia con el Rey, decidió bautizarle como Infanta Leonor. El cambio, para el que pidió permiso a Su Majestad, incluía este, otro para la Infanta Sofía y uno más para la Infanta Elena.

El portavoz de Sanidad de UPyD en la Asamblea, Enrique Normand, sospechó que esas modificaciones de última hora supondrían un coste adicional sobre el presupuesto de los hospitales y lanzó la pregunta. La respuesta fue que cambiar el nombre al centro de Vallecas costó 272.635 euros, según publicó El País. En los otros dos casos fue más 'económico' y la cuenta por esta modificación los rótulos del Infanta Cristina en Parla y del Infanta Sofia en San Sebastián de los Reyes ascendió a una factura total entre todos de 375.696 euros.

En su día, desde la Consejería de Sanidad madrileña aseguraron que estas modificaciones fueron solo para la señalización ya que el resto de lugares y materiales donde se suele leer el nombre de los hospitales, como sábanas, pijamas y demás, aún no estaban listos.

La noticia de la vacunación de las hermanas del Rey ha puesto de nuevo sobre la mesa la mala imagen que comportamientos así generan y si procede o no el que haya hospitales con el nombre de ambas después de lo ocurrido. Hace unos años, en 2017, a petición de Podemos, se intentó el cambio de nombre en el caso del hospital de Parla, el de la Infanta Cristina. Fue a raíz del ‘caso Noos’ que llevó a prisión a su marido, Iñaki Urdangarin. La petición no prosperó. Enrique Ossorio, portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, se mostró en contra y entre sus argumentos incluyó que cambiar el nombre costaría 500.000 euros.

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