¿Un nuevo sistema de salud en México? El reto es descomunal


Un acuerdo nacional, basado en el consenso de expertos, evidencias, experiencia y una adecuada y minuciosa planeación a largo plazo impulsada por todos los sectores, academias, sociedades y expertos, se debe de realizar para verdaderamente crear el sistema de salud que en México se necesita.

Nuestro sistema de salud ha transitado por un proceso de cambios constantes, por lo menos con cinco virajes de importancia en los últimos 50 años, como el inicio de la descentralización, el fortalecimiento de la atención primaria, la vacunación y la consolidación de la descentralización, todo entre las décadas de 1980 y 1990. Asimismo, tuvimos la creación del seguro popular y el sistema de protección social en salud en los primeros años del siglo XXI, la modificación al Insabi y la nueva federalización con el IMSS Bienestar.

En cada uno de estos cambios hubo incertidumbre, como la hay ahora, pero a medida que se consolidaba uno de estos cambios se iniciaba otro nuevo. Los procesos de adaptación duran más de seis años; los últimos cambios han sido muy rápidos, por lo que nos han llevado a un sistema de salud inestable, variable, inconstante e inseguro.

Todos los que somos parte del sistema de salud hemos sido educados en un sistema indeterminado, con inestabilidad y abandono, al que estamos acostumbrados y que finalmente repercute en la falta de atención a la salud de los mexicanos.

¿CÓMO CONSTRUIR EL NUEVO SISTEMA DE SALUD?

El sistema de salud también ha tenido logros durante estos años como la disminución de la mortalidad materna e infantil, entre muchos más. Sin embargo, actualmente es insuficiente, subfinanciado, fragmentado y desordenado, lo que, sumado a un estilo de vida poco saludable y a la falta de corresponsabilidad en la salud, resulta en una elevada prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas, elevada tasa de complicaciones en la atención médica y baja esperanza de vida comparado con otros países de la zona.

No reconocer está situación resultará, como ya ha sucedido, en un fracaso. Construir el sistema de salud necesario para México es una enorme tarea y una gran responsabilidad que necesita la participación de todos los sectores porque va a ser muy costoso y complejo; pero tarde o temprano se va a tener que realizar y hoy se tiene la oportunidad por una coyuntura de cambios sociopolíticos, estructurales y globales para hacerlo.

Es urgente financiar los requerimientos de todos los niveles de atención e incrementar de forma paulatina y acelerada el porcentaje del PIB invertido en salud. Esto nos lleva a una decisión que se debe estudiar y discutir: ¿de dónde se van a generar los recursos económicos adicionales al presupuesto habitual? De impuestos federales o estatales, cuotas obrero-patronales, pagos directos de los usuarios, impuestos al pecado u otras. Además, es necesario realizar una reforma tributaria donde se etiquete y canalice los recursos específicos para salud desde su recaudación.

Se necesita un plan estratégico que asegure continuidad más allá de los periodos administrativos, con adecuada planeación en el desarrollo de recursos humanos, ampliación de la infraestructura de todos los niveles de atención, dotados de tecnología y basados en la prevención de enfermedades para construir un sistema universal, claro, moderno, seguro, resolutivo, constante, estable y justo.

NO DEJEMOS PASAR LA OPORTUNIDAD QUE NOS BRINDA EL PRESENTE

La pandemia de covid-19 nos mostró la necesidad y la urgencia de transformar la forma en que atendemos la salud en el país. Debemos de fortalecer, incentivar y basarnos en la prevención de enfermedades, en la educación de los trabajadores de la salud y de la población, en la detección de enfermedades crónicas y las emergentes, en la comunicación asertiva, en la producción nacional y regional de insumos para la salud, entre otras.

Actualmente el consenso es nulo en el diseño e implementación de un nuevo sistema de salud, y no existe un diálogo para lograrlo. Debemos tener claro que las políticas en salud no deben contaminarse con corrientes ideológicas y que los trabajadores de la salud somos los responsables de este sistema y su inminente y necesaria evolución. Pero algo es seguro, que si seguimos realizando las mismas acciones tendremos el mismo resultado.

Hasta que no se tenga una idea común seguiremos vagando entre sistemas, sin construir la salud que México necesita; pero ante la coyuntura de los cambios generacional, tecnológico, social, poblacional, global y más tenemos la oportunidad de iniciar el dialogo para afrontar este reto, para la construcción, paso a paso, del sistema que tanto necesitamos, evitando las ideologías de grupos y creando una idea común.

Esta oportunidad no debemos dejarla pasar, tenemos todo lo que necesitamos para afrontar este reto. Se tiene la capacidad y profesionalidad, solo nos falta humildad y la voluntad de hacerlo. Trabajemos juntos en la construcción de la salud de México. N

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Rodrigo Romero Feregrino es coordinador general de la Asociación Mexicana de Vacunología. Es médico cirujano por la Facultad de Medicina de la UNAM y maestro en Vacunología por la Universidad de Lausana. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.