¿Qué se siente ser el objetivo de los cañones de agua de China?

Barcos de la Guardia Costera china disparan cañones de agua durante un encuentro con un barco del gobierno filipino en su camino hacia el atolón de Scarborough en el mar de la China Meridional, el 9 de diciembre de 2023. (Camille Elemia/The New York Times).
Barcos de la Guardia Costera china disparan cañones de agua durante un encuentro con un barco del gobierno filipino en su camino hacia el atolón de Scarborough en el mar de la China Meridional, el 9 de diciembre de 2023. (Camille Elemia/The New York Times).

MAR DE LA CHINA MERIDIONAL — Los pescadores filipinos en botes de madera le hicieron señas a nuestro barco, un barco pesquero filipino, desde menos de kilómetro y medio de distancia, pero nadie a bordo se atrevió a moverse. Nos rodeaban dos barcos de la Guardia Costera de China y cinco buques de la milicia marítima china.

Luego, vino el cañón de agua.

Uno de los barcos de la guardia costera china había disparado el chorro de agua de alta intensidad hacia nuestra embarcación para evitar que nos acercáramos a los pescadores cerca del atolón de Scarborough, una cadena triangular de arrecifes y rocas 225 kilómetros al oeste de Filipinas. El golpe de agua sacudió el barco como un terremoto en el mar. “¡Emergencia!”, gritó Armando Hachuela, el capitán del barco, a la tripulación y a los periodistas en cubierta. “¡Adentro, ya!”.

Un reportero de The New York Times estaba entre los periodistas invitados por Filipinas en una de las tres embarcaciones desplegadas por la Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos del país en una misión el sábado 9 de diciembre para proporcionar combustible a pescadores filipinos.

El atolón de Scarborough es un importante punto de conflicto entre Manila y Pekín. China reclama el 90 por ciento del mar de la China Meridional, incluidas aguas a cientos de kilómetros de China continental. Tomó el control del atolón de Scarborough en 2012 después de un enfrentamiento con Filipinas y ha mantenido una presencia constante de guardacostas allí, restringiendo la entrada a la laguna.

El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., ha intensificado sus esfuerzos para resistir el bloqueo de China en estas aguas. También ha profundizado las asociaciones de Manila con Estados Unidos, Japón, Canadá e incluso Vietnam, que también reclama partes de las aguas en disputa, para disuadir a China. Muchos países han instado a Pekín a respetar un fallo de 2016 de un tribunal internacional que invalidó el amplio reclamo de China sobre las aguas. China ignoró ese dictamen judicial y continuó su expansión en la región, con la construcción de islas artificiales y puestos militares.

Después de múltiples enfrentamientos marítimos con buques chinos en los últimos meses, Filipinas comenzó a invitar a periodistas a sus misiones de reabastecimiento a las islas reclamadas por esta nación en una estrategia destinada a mostrar cómo China está ejerciendo su poder militar en las aguas en disputa.

Los barcos de la misión del sábado partieron de un puerto en la provincia de Bataán, en el oeste de Filipinas, y llegaron cerca del atolón de Scarborough después de 18 horas de navegación en agitadas aguas de alta mar. Allí ya se encontraban dos barcos guardacostas chinos de 90 metros de eslora. Poco después, se les unieron varios barcos de la milicia china. Las embarcaciones chinas impidieron que los barcos filipinos llegaran a los pescadores y, finalmente, chocaron con al menos uno de los barcos en un enfrentamiento que duró más de ocho horas.

En una misión de reabastecimiento aparte realizada por Filipinas el domingo hacia el Sierra Madre, un viejo barco oxidado que sirve como puesto de avanzada de Manila en el banco de arena Ayungin, un buque de la Guardia Costera de China disparó cañones de agua contra un barco de reabastecimiento filipino de madera. Los daños sufridos por el barco filipino fueron tan graves que hubo que remolcarlo de vuelta a puerto.

Marcos condenó las “agresiones y provocaciones” de los barcos chinos durante el fin de semana y declaró que su presencia violaba el derecho internacional. “Nadie excepto Filipinas tiene un derecho legítimo o un fundamento jurídico para operar en cualquier lugar” dentro de la zona económica exclusiva del país, sostuvo Marcos.

La guardia costera china defendió sus acciones contra los barcos filipinos como “profesionales, estandarizadas, legítimas y legales”. En declaraciones publicadas durante el fin de semana y el lunes, China advirtió a Filipinas que “controle estrictamente las provocaciones en primera línea y no se dispare en el pie”. La Guardia Costera comunicó que el barco filipino del domingo “se desvió repentinamente de manera poco profesional y peligrosa, y chocó a propósito” con el barco de la guardia costera china.

Durante la misión del sábado, los barcos pesqueros filipinos se alejaron unos metros del banco de arena después de ser bloqueados por las embarcaciones chinas. Luego, los pescadores filipinos remaron hacia los barcos del gobierno utilizando estrechas canoas polinesias e hicieron fila para llenar sus contenedores de combustible.

“Es doloroso”, comentó Dennis Maige, un pescador que estaba en uno de los pequeños barcos. “Ver a filipinos siendo derrotados de esa manera en nuestro propio territorio”.

Luego, los barcos de la Guardia Costera de China desplegaron un dingui para patrullar la zona. Desde el puente de mando de un barco de la milicia china, un hombre gritó en mandarín: “Váyanse”, incluso cuando la embarcación se acercaba a los barcos filipinos. Otro hombre lo siguió gritando también en mandarín: “¡Váyanse!”.

Luego, el barco chino disparó el cañón tres veces contra nuestro barco, dañando sus barandillas y raspando el lado derecho del casco.

En total, nuestro barco fue alcanzado por cañones de agua al menos cinco veces. El radar y la antena resultaron dañados. Manila declaró más tarde que China también utilizó un dispositivo acústico de largo alcance que causó temporalmente graves molestias y debilidad a algunos tripulantes filipinos, pero no hubo evidencia de esto en el barco en el que estábamos.

El enfrentamiento llevó a los funcionarios filipinos a interrumpir el viaje.

Mientras los barcos filipinos se preparaban para regresar a casa, los barcos de la Guardia Costera de China se acercaron.

Carteles con ledes a los costados mostraban un mensaje que advertía a Filipinas: “No tomen medidas inapropiadas que puedan afectar la seguridad marítima”.

c.2023 The New York Times Company