Si todos los estadounidenses fueran veganos se podría alimentar a 350 millones de personas más, según un estudio

Hamburguesas de doble carne, huevos con grandes trozos de bacon, cascadas de pollo frito, salchichas con evocaciones austríacas, polacas, alemanas, fajitas Tex-Mex y desde luego enormes cortes, rib-eye, t-bones y costillas BBQ. El consumo de carne y el placer carnívoro en Estados Unidos son vastos y están imbricados hasta el tuétano en la cultura, la sociedad, la economía.

Pero ello tiene un costo que, si se evitara o mitigara, abriría un panorama de sustentabilidad y capacidad alimentaria de gran calado y con posibilidades de bienestar adicional para millones de personas.

El ejercicio parte de la hipótesis de que si, súbitamente, los 327 millones de estadounidenses se volvieran veganos y se alimentaran exclusivamente de productos vegetables, la reasignación de los recursos dedicados a la producción avícola, ganadera y demás actividades de producción de alimentos provenientes de animales permitiría alimentar a otras 350 millones de bocas, de acuerdo al un estudio publicado en Proceedings of the Nacional Academy of Sciences.

Y eso podría hacerse, se afirma, optando por alimentos vegetales igualmente nutritivos que los provenientes de animales.

Un área de tierra dedicada a la agricultura puede proveer más nutrientes, incluidas proteínas, que si se dedica a la ganadería. (Archivo Yahoo)
Un área de tierra dedicada a la agricultura puede proveer más nutrientes, incluidas proteínas, que si se dedica a la ganadería. (Archivo Yahoo)

Esto se debe a que la producción de animales para consumo humano requiere un uso de recursos –tierras, aguas y diversos insumos– sustancialmente mayor que el cultivo de plantas. Por ejemplo, en términos de aprovechamiento de la tierra, la producción de huevos implica una pérdida de 40% de la producción de proteínas que podría lograrse en la misma área si ésta se dedicara a la agricultura.

Esa pérdida sube al 50% en la avicultura (sobre todo en la producción de pollo), 90% en la crianza de cerdos y 96% en la de vacas para carne. De acuerdo al comentario del portal Quartz, el espacio de tierra que produce cuatro gramos de proteína de ganado vacuno podría producir 100 gramos de proteína vegetal.

Adicionalmente, el costo medioambiental y económico de la ganadería y la avicultura es sustancialmente mayor que el de la agricultura.

Aunque resulta poco probable, y para muchos indeseable, que se elimine por completo el consumo de carne en la dieta humana, es cierto que en el contexto de un constante incremento poblacional en el planeta y de crecientes riesgos por los efectos presentes y futuros del cambio climático, ampliar los recursos alimentarios de la humanidad es un imperativo claro.

Una posibilidad para lograr alimentar a los 9.400 millones de habitantes que se estima vivirán en 2050 (un 22% más que en la actualidad) es hacer un uso más eficiente de los recursos disponibles, con mayor eficiencia y productividad y con menor deterioro del entorno. Y una de las vías propuestas es, justamente, reducir el consumo de proteína animal y sustituirla por proteína vegetal de valor nutritivo comparable.

Hay, además, otros caminos. Por ejemplo, reducir el desperdicio y las pérdidas de alimentos (que son ingentes sobre todo en los países desarrollados, y suman cerca de un tercio de todo lo producido), elevar el consumo de proteínas provenientes de insectos, hacer aún más nutritivos los vegetales que actualmente se consumen (con manipulaciones naturales o genéticas que incrementen su valor proteínico), consumir complementos proteínicos y hasta producir carnes sintéticas en laboratorio que ofrezcan proteínas equivalentes a los animales pero sin haber provenido de un animal sacrificado para su consumo.

Una hamburguesa vegana, elaborada totalmente con productos vegetales. (Archivo Yahoo)
Una hamburguesa vegana, elaborada totalmente con productos vegetales. (Archivo Yahoo)

Con todo, además del interés de los productores de carne por preservar su industria, un cambio sustantivo en la dieta de los estadounidenses para abandonar la carne a gran escala implica un cambio sociocultural de enorme magnitud, que requeriría para lograrse una profunda transformación de la mentalidad y, presumiblemente, factores externos que presionen al respecto.

Por ello, que la población entera de Estados Unidos se vuelva vegana permanece en el escenario hipotético, pero sus conclusiones son válidas y aportan posibilidades para ampliar las opciones alimentarias pues incrementar el consumo de proteínas de fuentes vegetales y alternativas y reducir, sin eliminar, el de las animales es una vía factible que podría potenciar recursos. Algo crucial para un futuro en que el contexto medioambiental podría ser sustancialmente diferente –por efecto del cambio climático– y requerir soluciones de peso.

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