Shocker, el triste final del luchador más guapo de la lucha libre mexicana

Schocker | Foto: Kris Connor/Getty Images
Schocker | Foto: Kris Connor/Getty Images

Shocker, el máximo exponente de la vanidad en los encordados, no competirá más en la lucha libre mexicana. El autoproclamado “1000% Guapo” decidió ponerle fin a su polémica carrera de 30 años sobre la lona. Antepuso la salud por encima de la sed de gloria y revancha. Pero encontró una forma de seguir vigente en el ring: se convertirá en maestro de futuros talentos.

Jair Soria, el hombre detrás del personaje, anunció su retiro del deporte a los 51 años. Confirmó que se encuentra en rehabilitación tras lidiar con adicciones. Además, que está próximo a operarse de la fractura de mandíbula que lo aqueja desde 2017; misma que empeoró por descuidos cotidianos propios y recibir golpes en el área lastimada cuando peleaba.

“Vamos a esperar que todo salga bien, que las cosas se hagan de forma correcta, para ya no regresar a luchar. Pero sí regresar un poco de lo que me dio la lucha libre. Sí me van a ver arriba de un cuadrilátero, posiblemente creando nuevos valores. A la gente que me extraña, que vean YouTube, ahí hay muchos videos para que se den cuenta quien era el guapo. Dejo el ring por mis lesiones y por salud. Lo dejo por mi propio bien porque me quiero mucho”, reveló en entrevista con Más Lucha.

La trayectoria de Shocker terminó en medio del rezago. Luego del incidente de su mandíbula, nunca logró ser el mismo. Lo intentó, solo que no logró los resultados que esperaba. En suma, el escándalo aún lo persigue. Ha procurado alejarse de sus errores del pasado. En 2017, destrozó el cuarto de un motel en Coyoacán y atacó a una sexoservidora; tres años después, atravesó un divorcio.

A la par, el Consejo Mundial de Lucha Libre dejó de considerarlo como un habitual en sus carteles. Salió por la puerta de atrás en enero de 2022. Aunque su batalla más constante, lejos de las arenas, fue contra el alcoholismo y la drogadicción. En octubre, fue encarcelado previo a una función en Chiapas, por confrontar a automovilistas e impactar sus vehículos.

En prisión, intentó suicidarse. Nadie pronosticaba que la estrella del pancracio sufriera un final así. Porque, en el entretenimiento deportivo, ser guapo le permitía sobreponerse a cualquier adversidad. Lo hizo en 1999, una vez que Mr. Niebla lo despojó de su incógnita. Su antiguo compañero de equipo, histórico rival y eventual mejor amigo favoreció su renacimiento como luchador.

Manifestó que el veterano Negro Casas lo llamaba "guapo" constantemente. Emparejó la costumbre con una idea que retomó de una gira a Japón. Contendió con el local Yoji Anjo, que acostumbraba a exaltar una cifra particular: el 200%. La razón era simple, solía otorgar el doble de su esfuerzo en cada encuentro. Shocker pensó que, como buen mexicano, sería capaz de brindar mucho más; un 1000% de entrega.

Con tal de adquirir una personalidad poco antes vista y hacerse odiar por el público, no se cansó de resaltar su apariencia. Contaba con el físico, ya que antes de adentrarse a la industria había brillado en la lucha olímpica por herencia de su padre, el excampeón Rubén “Pato” Soria: él jamás se lo impuso, sino que aprendió con el ejemplo de casa. También perteneció a la Marina de Estados Unidos.

Entonces, se tiñó el cabello rubio. Adecuó el slogan al de "1000% Guapo" y fue un éxito. En vez de detestarlo, lo amaron. La estrategia no paró ahí. Trató de ser tan especial que ideó el concepto de la Universidad de los Guapos. Como no podía ser de otro modo, se instauró como su rector en la ficción. La belleza es subjetiva, no hay duda, por eso todos los aficionados se identificaban con la agrupación.

La realidad es que sólo unos pocos gladiadores cumplían con el perfil que Shocker requería. Bestia Salvaje, El Terrible, Máscara Mágica y Scorpio Jr. fueron algunos de sus compañeros más relevantes. Pronto alcanzó los cinturones individuales y de parejas de mayor jerarquía en la Arena México. Le arrebató las cabelleras a consagrados como Vampiro Canadiense, Tarzan Boy, Halloween y Emilio Charles Jr. Era su época dorada. Tenía a la grada en su bolsillo.

Su demanda creció. De manera inesperada abandonó el Consejo Mundial en 2006, confesó que en Triple A le pagarían más. Al mismo tiempo, trabajó en Estados Unidos con la promotora Total Nonstop Action (TNA). Un año duró su aventura. Retornó a La Seria y Estable con un aura inigualable. Sólo Místico y El Hijo del Perro Aguayo se le comparaban en la época.

Los fieles de la empresa no olvidaron su partida. Le costó convencerlos para reconquistar sus corazones. Había pasado a la compañía rival, no era para menos. Lo consiguió a partir del carisma. Lo que no pudo deshacer fueron sus problemas personales, lo invadían en cada unas de las actuaciones que realizaba ante las cámaras. No perdió la intención, mas afrontó un declive estrepitoso.

Muchas veces me equivoqué, no los respeté (a los fans). Fui muy egoísta con Dios, con mi familia, con mi público. Pero preferí la droga y el alcohol; la cocaína, el cristal. Preferí el dinero y no llegó, porque no lo valoré. No supe disfrutarlo con mis padres, con mis hijos. No supe disfrutarlo con Jair. Permití que mis deseos fueran más fuertes y grandes. Le fallé a todo mundo”, señaló entre lágrimas a El Blog de la Lucha.

En el último tramo de su etapa en activo, abrió un canal de YouTube. No era utilizado en el Consejo Mundial, no deseaba perder presencia. Y sí, sus seguidores no le dieron la espalda. Más de 140 mil suscriptores lo respaldan. Asimismo, lanzó su taquería Taco Shock y empezó una colecta de fondos para pagar su operación de mandíbula. El tiempo como atleta de Jair Soria culminó, pero Shocker siempre será el luchador más guapo de México.

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