Sergio Ramírez: “Para Rubén Darío, la Argentina fue también su patria, y lo es también la mía”

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez participa en una reunión en la sede del Instituto Cervantes, en Madrid, España, el 13 de septiembre de 2021. (AP Foto/Manu Fernandez)
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez participa en una reunión en la sede del Instituto Cervantes, en Madrid, España, el 13 de septiembre de 2021. (AP Foto/Manu Fernandez)

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez agradeció este martes al gobierno argentino el ofrecimiento de ciudadanía, así como a la también escritora Gioconda Belli, ambos artistas celebrados en el mundo y de alcance universal pero despojados de su propia nacionalidad por el régimen de Daniel Ortega.

Ramírez celebró la decisión del gobierno argentino, expresada primero por el canciller Santiago Cafiero y refrendada por la vocera presidencial, Gabriela Cerruti. El ofrecimiento se hizo de hecho extensivo a todos los nicaragüenses en la misma situación de apátridas.

“Muy agradecido al canciller Santiago Cafiero ante su gesto solidario de ofrecerme la ciudadanía argentina ante el despojo que he sufrido de la mía. Siempre recuerdo que para Rubén Darío Argentina fue también su patria, y lo es también la mía”, dijo a LA NACION el novelista nicaragüense, ahora residente en Madrid.

Policías antidisturbios abren fuego con escopetas contra estudiantes universitarios que participan en una protesta en Managua, en 2018
Policías antidisturbios abren fuego con escopetas contra estudiantes universitarios que participan en una protesta en Managua, en 2018

Sergio Ramírez formó parte de la junta del gobierno que se creó tras el triunfo de la revolución sandinista, en 1979, cuyo coordinador era Daniel Ortega. Ocupó luego la vicepresidencia, pero más tarde el sesgo autoritario de Ortega los distanció. Cuando Ortega volvió al gobierno, en 2007, estaban desde hacía tiempo en veredas opuestas.

Otro tanto se puede decir de Gioconda Belli, que colaboró con la revolución sandinista contra la dictadura anterior, en la década de 1970, y también acabó tomando distancia de Ortega por su irreductible despotismo.

“La oportunidad de construir una alternativa democrática en Nicaragua no es fácil, es compleja, me parece que falta mucho trabajo todavía que hacer”, dijo Ramírez la semana pasada, durante una entrevista con LA NACION horas después de haber sido despojado de su nacionalidad. Ramírez tiene ciudadanía española desde 2017, cuando la fue concedida tras ganar el Premio Cervantes de Literatura.

Estudiantes protestan contra Ortega en demanda de la libertad de los presos políticos, en febrero de 2020
Estudiantes protestan contra Ortega en demanda de la libertad de los presos políticos, en febrero de 2020 - Créditos: @INTI OCON

El régimen de Ortega anunció la semana pasada que había revocado la ciudadanía de 94 disidentes y ordenado la confiscación de sus propiedades, entre ellos Ramírez y Belli.

Días antes Ortega había deportado a 222 presos políticos que sacó de las cárceles solo para depositarlos en un avión y enviarlos sin escalas a Estados Unidos, donde fueron recibidos en el aeropuerto internacional Dulles de Washington por otros exiliados y simpatizantes.

La movida del régimen de Ortega fue condenada en el mundo y ratificó el progresivo descenso a los infiernos de su gobierno, por haber desbordado por completo los cauces institucionales. Sobre todo, desde la represión de las masivas marchas de protesta de 2018, que marcó la ruptura definitiva con cualquier simulacro democrático.