Ser madre es un trabajo de tiempo completo y hay que agregarlo a tu CV

Varias generaciones de mujeres viven al tomarse un tiempo extemporal de sus trabajos y carreras profesionales al dedicarse al trabajo de cuidados y crianza de sus hijos/Archivo: Getty Images.
Varias generaciones de mujeres viven al tomarse un tiempo extemporal de sus trabajos y carreras profesionales al dedicarse al trabajo de cuidados y crianza de sus hijos/Archivo: Getty Images.

¿Experiencia laboral? Claro, la de ama de casa y madre. De 2016 para acá. Tareas: criar dos niños garantizando su óptimo desarrollo. Realizar tareas del hogar (cocinar, limpiar, finanzas) y organizar más de 8 eventos en ámbito escolar y social.

Así se vería un currículum si contara lo que varias generaciones de mujeres viven al tomarse un tiempo extemporal de sus trabajos y carreras profesionales al dedicarse al trabajo de cuidados y crianza de sus hijos. A veces de manera elegida, otras no.

Érika Ávila, una publirrelacionista, pidió su licencia de maternidad en el noveno mes de la pandemia por Covid-19 en su trabajo. La empresa en donde trabajaba le otorgó la licencia de maternidad (que en México se le califica como incapacidad) y además solicitó la extensión por seis meses más, además de recibir un bono y apoyo que otorgaban extra en su trabajo.

Al volver a su trabajo después de este tiempo, ella notó que la empresa no se sentía tan a gusto con que Érika no hiciera horas extras más en la empresa como hacía antes y al mes anunciaron un recorte en el que ella fue una de las empleadas despedidas.

“Al ser mamá era como poner una balanza entre pasar tiempo con mi hija o el tiempo de trabajo extra. Entonces, pues como que vieron que ya no lo haría y yo sentí que en algún porcentaje eso tuvo que ver (con el despido)”, dice Érika en entrevista.

Esta práctica discriminatoria e ilegal contra las mujeres de despedir o dar de baja a una empleada que recién regresa de su licencia de maternidad es bastante común en los departamentos de Recursos Humanos de empresas o instituciones burocráticas.

Muchas madres tienen la responsabilidad total de la crianza; desde amamantar, hasta llevarlos a la escuela e ir por ellos más el peso económico/Getty Images.
Muchas madres tienen la responsabilidad total de la crianza; desde amamantar, hasta llevarlos a la escuela e ir por ellos más el peso económico/Getty Images.

Así lo explica Alma, mejor conocida en redes sociales como @la_de_rh, quien cuenta que conoce cómo se manejan muchas empresas al laborar en el área de reclutamiento.

La de RH es una defensora de los derechos laborales que se ha ganado el respeto y la confianza en la comunidad de redes sociales en donde alcanza más de 140 mil seguidores. La de RH se ha dedicado a promover derechos laborales justos, así como denuncias de trabajos indignos o vacantes de trabajo sospechosas a través de sus redes entre chistes, memes y asesorías gratuitas.

“Te estoy hablando que hace 10 años todavía las mujeres sabíamos que, si nos embarazábamos, lo más probable era que se nos diera de baja después. O que simplemente tú decidieras no regresar a la empresa por la preferencia de la maternidad”.

Una situación así vivió Claudia Ávila, abogada en el área de Derechos Humanos al no encontrar empatía o flexibilidad en su trabajo para poder estar con su hijo. Claudia decidió renunciar a su trabajo una vez qué regresó de tomar la licencia de maternidad de tres meses con goce de sueldo más un año de licencia sin paga.

A Claudia se le dificultaba salir a amamantar a su hijo en el horario de comida y la mal miraban por salir puntual, pese a que ella sentía la incomodidad de tener que lactar nuevamente.

“Era muy pesado para mí y además era muy triste saber que yo no podía casi ver a mi hijo e incluso cuando hacía dibujos, a su mamá la dibujaba chiquita en una esquina de la hoja y ponía a su abuela, a su papá y a todo el mundo con el jugando”, recuerda Claudia.

Además de la presión de la lactancia, se suma la falta de apoyo en las empresas con horarios flexibles/Getty Images.
Además de la presión de la lactancia, se suma la falta de apoyo en las empresas con horarios flexibles/Getty Images.

México, candil de la calle…

Pese a que México encabeza desde 2022 la Alianza Global para el Cuidado a través del Instituto Nacional de las Mujeres en alianza con ONU Mujeres a la que se adhirió la Organización Internacional del Trabajo (OIT), México cuenta con una licencia de maternidad bastante reducida frente a otros países del mundo y de América Latina.

La Ley Federal del Trabajo establece que se otorgan 84 días a las mujeres con goce de sueldo y cinco días laborales a los hombres. El mismo documento presentado por la Alianza Global de Cuidados establece que el estándar de la OIT para la licencia de maternidad debería de ser de 18 semanas, el cual solo cumplen 52 países.

Por ejemplo, Uruguay cuenta con una licencia de maternidad de 98 días hasta con el 100% del salario para el cuidado de los recién nacidos.

Además, al 7.8% de las mujeres de 15 años y más que han trabajado o solicitado trabajo en 2020, les pidieron el certificado de no embarazo como requisito para su ingreso o permanencia; las despidieron, no les renovaron su contrato o les bajaron el salario por embarazarse, por su edad, estado civil o porque tienen hijas e hijos pequeños, no las contrataron, les bajaron el salario o las despidieron, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, 2021 (Endireh).

Un fenómeno que es observado en América Latina es una contradicción en la que la figura de la madre está exacerbada, existe una glorificación a la maternidad, pero no coincide con la desvalorización que se hace al trabajo materno o al trabajo de cuidados, advierte Mariana Lugo, , estudiante del doctorado en Estudios Feministas en la UAM Xochimilco y especialista en maternidad y reproducción.

Sugiere que las empresas y el servicio público ofrezcan servicios de actualización y de capacitación para mujeres que se han dedicado al hogar y a sus hijos que detuvieron su carrera profesional con todos los derechos laborales que eso implica, así como legitimar ese “descanso laboral” porque recuerda que no son “vacaciones”.

“La licencia de maternidad en realidad es muy corta para lo que implica recuperarte corporalmente, emocionalmente, socialmente. O sea, la maternidad llega a hacer un cambio tan impresionante que la verdad esos 40 días que se otorgan en la licencia quedan muy cortos para lo que implica el proceso de adaptación del cambio. Entonces creo que también es como empezar a legitimar ese tiempo y no verlo como algo que puede estar en detrimento de tu ejercicio profesional, sino que puede ser hasta potente”, dice la especialista Mariana Lugo.

Nuevas prácticas de reclutamiento

A Eva Porto, psicóloga y reclutadora de España, le sorprendió mucho encontrarse un currículum de una mujer que anotó como una de sus recientes actividades sus tareas como ama de casa y de madre de dos hijos.

“Si tenéis un gran hueco temporal sin experiencia profesional, os sentís cómodos compartiendo eso y queréis arriesgaros… ¡Podéis probar! (A mí me gustó y sorprendió mucho verlo)”, escribe Eva.

Eva comparte en sus redes sociales contenido en video con consejos sobre cómo hacer currículums y obtener entrevistas laborales. Uno de esos videos es en el que aconseja que ante la pregunta sobre si “piensas tener hijos” que hacen en muchos trabajos (normalmente a mujeres), la respuesta sea siempre no.

“Me da mucha pena tener que subir este vídeo porque es una representación de las situaciones tan incómodas por las que tienen que pasar la mayoría de mujeres. No te preguntan (sobre una posible maternidad) porque les interesa tu vida, simplemente es porque quieren prever una posible baja por maternidad y te descartarán al 100%”, explica Eva en el video al recordar que se trata de una práctica ilegal e incluso aconseja no tomar el trabajo en esa empresa.

Alma @la_de_rh, coincide en ello y lamenta que durante la pandemia el personal reclutador no aprendiera de esta situación, en la que mucha gente tuvo que dejar de trabajar por labores de cuidados de su familia, de sus hijos, de sus parejas enfermas.

“La gente dejó de trabajar por esa razón o porque los corrieron y no había manera de contratarse en otro lugar. Y esa pregunta de ‘¿es que qué hiciste este año?’ Es más estúpida y absurda. Hice lo que tenía que hacer para sobrevivir”, dice La de RH.

Prácticas necesarias para fomentar inclusión

Érika Ávila, publirrelacionista, explica lo cómoda que se siente al trabajar en otro proyecto freelance con un jefe que es padre de familia y que le ofreció opciones para su hija en caso de tener que asistir presencialmente a reuniones, las cuales agradece enormemente.

“Al menos yo sé que tengo ese respaldo y apoyo, pero de verdad aprendes a optimizar tu tiempo, a tener todo como muy bien organizado. Y tener a mi hija cerca a mí me da mucha tranquilidad, no estoy pensando como que ya me tengo que ir o con una preocupación de llegar a algún lado por ella”, dice Érika sobre su trabajo en casa que le permite enfocarse mejor en sus resultados.

Para las mujeres que son madres, ellas coinciden en que algunos trabajos dependiendo el rubro podrían ser más flexibles en horarios, en hacer teletrabajo y en enfocarse en entrega de resultados u objetivos más que en las horas completadas en una oficina de manera física.

“Realizamos un montón de actividades no solamente como desde la alimentación o limpieza personal de nuestros hijos. Tengo conocimientos por ejemplo de prevención de abuso sexual infantil o yo atiendo a mis hijos con herbolarias. Ojalá tuviera un salario porque realmente todo el día me dedico un montón de cosas y también entrego resultados, entonces claro que mis hijos están aprendiendo cosas”, confirma también Alejandra Gasca, quien ha trabajado como cuidadora de menores de manera remunerada.

“Incluso desde nosotras mismas, ¿no? Porque cuando me han preguntado a mí ‘¿y a qué te dedicas? ¿Estás trabajando?’ Yo contesto que no y siento un poco de pena frente a las mamás de los compañeros de mi hijo que trabajan y dicen ‘como yo trabajo yo no tengo tiempo de ir a la junta. A ver si me platicas’”, relata Claudia Ávila sobre la forma en la que todavía se minimiza trabajo de cuidados de los hijos.

La lógica laboral machista

Padre con hijos representa responsabilidad, madre con hijos representa descuidos. Se tratan de ideas que responden a una lógica laboral que se sustenta en un pensamiento dicotómico de prejuicios, de acuerdo con Mariana Lugo.

“Las mujeres se insertan en el mercado de trabajo, pero los hombres no se están insertando en la misma medida al trabajo de cuidados. Es una tensión que se solidifica como el prejuicio sobre un hombre que es padre de familia, se asume que es una persona responsable, pero si una mujer es madre, pues entonces se piensa que puede descuidar la parte laboral”, explica la experta Mariana Lugo.

Ese es el de Alejandra Gasca, ama de casa y trabajadora de cuidados quien cuenta que en varias ocasiones ha tenido entrevistas laborales discriminatorias.

"Fui a pedir trabajo y me preguntaron si tenía hijos y quién los iba a cuidar mientras yo trabajara. Yo pensé: '¿que no eso lo resuelvo yo?’ De inmediato se asume que al ser mamá te ausentarás de tu trabajo y yo creo que no es una pregunta que le hayan hecho alguna de mis exparejas nunca”, cuenta Alejandra quien tiene dos hijos, una hija de 14 años y otro hijo de 7 años de edad.

Las políticas machistas prevalecen cuando una mujer en edad reproductiva solicita empleo/Getty Images.
Las políticas machistas prevalecen cuando una mujer en edad reproductiva solicita empleo/Getty Images.

Alejandra trabajó como recepcionista en un sitio de taxis que le permitía tener horarios más flexibles para cuidar de sus hijos, posteriormente trabajó cinco días a la semana como cuidadora de niños y actualmente trabaja como cuidadora de una persona mayor con discapacidad por 80 pesos (4 dólares) la hora, cinco horas al día y tres días a la semana.

Por su parte, Érika Ávila cuenta con varios proyectos freelance haciendo teletrabajo, ya que afirma que esta es la única forma en la que puede acomodar sus horarios para estar con su hija, tener una entrada de dinero y hacer lo que le gusta, que son las Relaciones Públicas.

Sin embargo, en el caso de Claudia Ávila, confiesa que no sabe “para dónde caminar profesionalmente” y se siente insegura sobre buscar un empleo con horarios fijos y presenciales.

“Ahora estoy pensando en, pues olvidarme de mi carrera. De olvidarme del desarrollo profesional que he tenido hasta ahora en el ámbito de derechos humanos durante trece años y mejor obtener algún ingreso de algún modo, un negocio o algo, algo que me permita seguir estando con mi hijo”, cuenta Claudia.

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