¿Podrían ser los jardines flotantes una solución para los canales contaminados de Miami?

Los canales de Miami-Dade no son precisamente pintorescos. La mayoría de las veces están llenos de neumáticos desechados y bolsas de plástico y tan contaminados por la escorrentía de fertilizantes, heces de perro y fugas de aguas residuales que los expertos advierten con frecuencia que no se debe nadar en ellos.

Pero ¿y si los canales se embellecieran y limpiaran con girasoles amarillos y naranjas, caléndulas y celosías esponjosas y coloridas? Eso es exactamente lo que intentan hacer los investigadores de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y hasta ahora sus pruebas han arrojado resultados prometedores.

“Vimos que, cuanto más crecían las plantas, más limpia estaba el agua”, dijo Jazmin Locke-Rodríguez, asociada postdoctoral del Instituto de Medio Ambiente de FIU. “Y creemos que nuestra investigación es absolutamente escalable”.

Los humedales son un rasgo definitorio del ecosistema del sur de la Florida en los Everglades y las plantas autóctonas que flotan libremente, como la lenteja de agua y el jacinto acuático, filtran el nitrógeno y suministran oxígeno al agua, pero, a medida que los humedales desaparecen debido a las urbanizaciones, uno de los mejores limpiadores naturales de la Tierra se va con ellos, dijo Locke-Rodríguez.

Científicos de todo el mundo han estado experimentando con “humedales flotantes”, balsas artificiales que albergan plantas autóctonas que mejoran la calidad del agua y ayudan a devolver la vida al ecosistema. En la Florida Central, los gobiernos estatal y federal han invertido millones en zonas de tratamiento de aguas pluviales, amplias franjas de plantas sumergidas que limpian el agua sucia que fluye de Lake Okeechobee.

Los investigadores dijeron que estas soluciones basadas en la naturaleza son necesarias, sobre todo porque el cambio climático está calentando el agua. Cuando se producen tormentas, el agua que pasa por las granjas y los jardines recoge las heces, los fertilizantes y todo lo demás y lo lleva al canal, lo que puede provocar la proliferación de algas y la muerte de peces. Si además se calienta, como está haciendo el cambio climático, los efectos son aún peores.

“Como nos enfrentamos al cambio climático, los contaminantes llegan a los canales. Estos dispositivos flotantes cumplen todos los requisitos ecológicos, medioambientales y económicos para tratar el problema de forma sostenible”, dijo Krish Jayachandran, profesor de Agroecología de FIU y asesor del proyecto.

Caléndulas creciendo en una alberca de pruebas en FIU. Margi Rentis/Contributed to the Herald
Caléndulas creciendo en una alberca de pruebas en FIU. Margi Rentis/Contributed to the Herald

Aunque valiosos, es importante mantener los humedales flotantes para que conserven ese valor. La mayoría de los humedales flotantes artificiales usan plantas de humedal y la investigación descubrió que es necesario cosecharlas de forma rutinaria o las plantas mueren, caen al agua y se pudren, devolviendo los nutrientes que absorbieron al lugar de donde los obtuvieron.

Pero, a diferencia de las zonas de tratamiento de aguas pluviales de Everglades, este equipo tiene un nuevo uso para las plantas recolectadas: venderlas.

“Si es importante cosechar estas plantas con regularidad y obviamente puede requerir mucho trabajo, ¿por qué no aprovechamos la cosecha? Esto me llevó a buscar cosas que tuvieran valor al cultivarse”, dijo Locke-Rodríguez.

Por eso decidieron cultivar lo que parecen flores de Pascua recién cortadas en un puesto del mercado de flores. Si todo sale según lo previsto, su proyecto no solo no costaría, sino que formaría parte de un negocio lucrativo en la mayor ciudad importadora de flores ornamentales del mundo.

“Miami es el lugar ideal para la industria floral y durante todo el año podemos cultivarlas y obtener ingresos”, dijo Jayachandran.

Locke-Rodriguez fundó un empendimiento con esta idea en mente llamada Green Thumb Strategies: PhytoFlora, que cuenta con el apoyo de la organización empresarial sin ánimo de lucro SeaWorthy Collective. Su idea se inspira en prácticas agrícolas flotantes como las chinampas de los aztecas en México y los asentamientos en islas arboladas de los Miccosukee en la Florida.

El centro de pruebas sobre el terreno se instaló durante 10 semanas en los canales. Las flores se cultivaron primero en un vivero y luego se trasladaron a una plataforma flotante llamada Beemat, la cual tiene hileras de agujeros para plantar y que las raíces de la planta sobresalgan por la parte inferior, largas, agrupadas y fibrosas como el musgo.

“Ese equipo puede crecer a medida que nosotros crecemos, lo que también me parece una oportunidad apasionante para crear empleos ecológicos”, dijo Locke-Rodríguez.

Flores de celosía cultivadas en depósitos de ensayo. Jazmin Locke-Rodriguez
Flores de celosía cultivadas en depósitos de ensayo. Jazmin Locke-Rodriguez

Más pruebas por hacer

Aún queda un sinuoso camino por recorrer para determinar cuáles son las mejores flores y plataformas flotantes y conseguir el apoyo del condado para emplearlas, además de que el equipo aún tiene que resolver algunos problemas.

Por ejemplo, encontrar el lugar adecuado para el proyecto.

El equipo descubrió que el canal de Coral Gables era demasiado salado como para que crecieran las flores, mientras que, en el canal de Little River, donde los investigadores encontraron agua dulce, las iguanas se comieron los pétalos antes de que las flores florecieran del todo.

Locke-Rodríguez dijo que también están buscando materiales más naturales para plantar las flores que no requieran una estera de plástico. Aunque los estudios demuestran que la estera debería durar 10 años y ser reciclable, algunas personas tienen dudas y temen que el plástico filtre.

En la primera ronda de pruebas, las caléndulas africanas fueron las que mejor limpiaron el agua, pues limpiaron 52% más de fósforo y 36% más de nitrógeno de lo que se eliminaría si se dejara al lento proceso natural de eliminación de nutrientes, pero, en pruebas posteriores que el equipo aún no se ha publicado, los girasoles y la celosía mostraron resultados similares, si no mejores, según Locke-Rodríguez.

No saben exactamente por qué las caléndulas obtuvieron tan buenos resultados, pero tienen algunas conjeturas: por un lado, las caléndulas también echan raíces de sus tallos, lo que ayuda a estabilizarlas y podría significar un mayor consumo de nutrientes.

Las raíces de las flores salen por los agujeros de la estera hacia el agua y absorben el fósforo y el nitrógeno. Margi Rentis/ FIU
Las raíces de las flores salen por los agujeros de la estera hacia el agua y absorben el fósforo y el nitrógeno. Margi Rentis/ FIU

Locke-Rodríguez dijo que plantarían sus flores cultivadas en vivero en los cursos de agua según las estaciones, porque las plantas consumen más nutrientes cuanto más crecen. Cuando es época de lluvias y la escorrentía está en su punto álgido, quieren que las flores también estén en su punto álgido de crecimiento.

“Piénselo: los bebés comen poco y cuando crecen y son adolescentes están en su punto álgido comiendo más, pero, una vez que dejan de florecer, esto disminuye”, dijo Locke-Rodríguez. “Lo mismo ocurre con las flores”.

En esas primeras cuatro a seis semanas, mientras las plantas se familiarizan con su espacio y empiezan a crecer, no necesitan tanta atención, pero, en teoría, podrían salir una vez a la semana a recoger las flores para venderlas.

“Tenemos el protocolo y esperemos que ahora Miami-Dade diga ‘Sí, hagámoslo’”. dijo Jayachandran. “Esperamos un enfoque comunitario para poner esto en marcha”.

Ashley Miznazi es reportera sobre cambio climático de Miami Herald, financiada por Lynn and Louis Wolfson II Family Foundation en colaboración con Journalism Funding Partners.