Sequía en el canal de Panamá: el fenómeno del Niño fue clave, según un estudio

Un carguero en el canal de Panamá en septiembre. El año pasado, las autoridades tuvieron que reducir de manera drástica el número de buques autorizados. (Nathalia Angarita/The New York Times)
Un carguero en el canal de Panamá en septiembre. El año pasado, las autoridades tuvieron que reducir de manera drástica el número de buques autorizados. (Nathalia Angarita/The New York Times)

Un equipo de científicos ha concluido que el bajo nivel del agua que bloqueó el tráfico de mercancías está más relacionado con el ciclo climático natural que con el calentamiento provocado por la humanidad.

Un equipo internacional de científicos ha llegado a la conclusión de que la reciente sequía experimentada en el canal de Panamá no se produjo por el calentamiento global, sino debido a las precipitaciones por debajo de lo normal relacionadas con el ciclo climático natural de El Niño.

Durante la mayor parte del año pasado, los bajos niveles de los embalses ralentizaron el tráfico de mercancías en el canal. Al no tener el agua necesaria para subir y bajar los barcos, durante el verano pasado las autoridades tuvieron que reducir drásticamente el número de buques a los que permitían el paso, lo que ocasionó costosas dificultades a las empresas navieras de todo el mundo. Solo en los últimos meses han vuelto a aumentar los cruces.

Los problemas hídricos de la zona podrían agravarse aún más en las próximas décadas, señalan los investigadores en su análisis de la sequía. A medida que crezca la población de Panamá y se expanda el comercio marítimo, se espera que la demanda de agua represente una parte mucho mayor de la oferta disponible para 2050, según datos del gobierno. Eso significa que cuando el fenómeno del Niño se presente en los años venideros podría provocar perturbaciones aún mayores, no solo en el transporte marítimo mundial, sino también en el suministro de agua para los residentes locales.

“Incluso pequeños cambios en las precipitaciones pueden tener un impacto desproporcionado”, dijo Maja Vahlberg, consultora de riesgos del Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, quien contribuyó al nuevo análisis que se publicó el miércoles.

En general, Panamá es uno de los lugares más húmedos de la Tierra. En promedio, la zona que rodea al canal recibe casi 2,5 metros de lluvia al año durante casi toda la temporada que va de mayo a diciembre. La lluvia es esencial tanto para el funcionamiento del canal como para el consumo de agua potable de la mitad de los 4,5 millones de habitantes del país.

Sin embargo, las precipitaciones del año pasado fueron una cuarta parte menores a lo normal, lo que lo convirtió en el tercer año más seco del país en casi siglo y medio de registros. Esta sequía se produjo poco después de otros dos periodos que también ocasionaron dificultades en el tráfico por los canales: uno sucedió en 1997-98 y el otro en 2015-16. Los tres coincidieron con las condiciones de El Niño.

“Nunca hemos tenido una agrupación de tantos eventos intensos en tan poco tiempo”, dijo Steven Paton, director del Programa de Monitoreo Físico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá. Él y los demás científicos que realizaron el nuevo análisis se preguntaban: ¿Fue solo mala suerte? ¿O estaba relacionado con el calentamiento global y, por tanto, era un presagio de lo que está por venir?

Para responder a esta pregunta, los investigadores analizaron tanto los registros meteorológicos de Panamá como los modelos informáticos que simulan el clima mundial en distintas condiciones.

Los científicos descubrieron que la principal causa del bajo nivel de agua en los embalses del canal fue la escasez de lluvias, y no las altas temperaturas que provocan una mayor evaporación. Los registros meteorológicos sugieren que las precipitaciones de la temporada de lluvias en Panamá han disminuido modestamente en las últimas décadas. Pero los modelos no indican que el cambio climático inducido por los seres humanos sea el causante.

“No estamos seguros de cuál es la causa de esa ligera tendencia a la sequía, si se trata de una anomalía o de algún otro factor que no hemos tenido en cuenta”, afirma Clair Barnes, investigadora climatológica del Imperial College de Londres que ha trabajado en el análisis. “Las tendencias futuras en un clima que se calienta también son inciertas”.

El Niño, por el contrario, está mucho más relacionado con precipitaciones por debajo de la media en la zona, según los científicos. En cualquier año que se presente El Niño, hay un 5 por ciento de probabilidades de que las precipitaciones sean tan escasas como en 2023, según sus cálculos.

Por el momento, las condiciones de El Niño se están debilitando, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. Se espera que La Niña, la fase opuesta del ciclo, se experimente este verano.

Los científicos que analizaron la sequía del canal de Panamá están afiliados a World Weather Attribution, una iniciativa de investigación que examina los fenómenos meteorológicos extremos poco después de que se produzcan. Sus conclusiones sobre la sequía aún no han sido revisadas por expertos.


Raymond Zhong
reporta de temas climáticos y medioambientales para el Times. Más de Raymond Zhong

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