Sentencian a ex enfermera de Chávez a 15 años de prisión en Estados Unidos

Un juez federal condenó el miércoles a una ex tesorera venezolana que previamente se desempeñaba como enfermera del fallecido presidente Hugo Chávez a 15 años de prisión, conjuntamente con su esposo, luego de que la pareja fuera encontrada culpable de aceptar decenas de millones de dólares en sobornos y trasladar parte de su fortuna ilícita a Miami.

Claudia Díaz Guillén y su esposo, Adrián Velásquez Figueroa, padres de dos niños pequeños, le habían solicitado clemencia al juez federal de distrito William Dimitrouleas, quien presidió el caso en el que la pareja fue acusada de recibir sobornos de Raúl Gorrín, un empresario venezolano cercano al gobernante venezolano Nicolás Maduro.

El empresario fue acusado conjuntamente con Díaz y Velásquez, pero continúa prófugo en Venezuela.

Los fiscales dijeron que $136 millones en sobornos pagados por Gorrín fueron transferidos a través de empresas extraterritoriales, bancos suizos, cuentas bancarias del sur de Florida, una empresa de yates de Miami y una empresa fantasma de moda. A cambio, Gorrín obtuvo acceso a contratos del gobierno venezolano altamente rentables relacionados con el corrupto mercado cambiario de Venezuela que generaron miles de millones de dólares en ganancias durante la administración del difunto Chávez.

Al pronunciar la sentencia, Dimitrouleas leyó parte del memorando que habían presentado los fiscales en la que recomendaron una sentencia de 23 años de prisión para Díaz y alrededor de 20 años para su esposo.

“Los más de $136 millones recibidos son una cantidad asombrosa de dinero, capaz de cambiar drásticamente la vida de clase media de los acusados por una vida de múltiples jets privados, yates, viajes de lujo por el mundo , e incluso una línea de moda de alta gama”, señalaba la carta.

“Su participación en un crimen tan audaz fue una elección y merece un castigo sustancial”, escribieron los fiscales federales Kurt Lunkenheimer y Paul Hayden en el memorando de sentencia. “Díaz era una funcionaria pública corrupta que vendió su oficina, y Velásquez era su testaferro, un cómplice codicioso y dispuesto a orquestar los mecanismos financieros necesarios para ocultar sus pagos de sobornos”

Los fiscales se habían burlado de la solicitud de los abogados defensores en la que pedían un castigo de solo dos años de prisión.

El caso de Diaz es el primero en ir a juicio de una serie de casos abiertos en Estados Unidos contra integrantes del régimen y sus socios empresariales.

Díaz es una ex oficial de la marina venezolana de 50 años que se desempeñó como tesorera nacional de Venezuela entre el 2011 y el 2013. Su esposo, Velásquez, de 44 años, fue ex guardia de seguridad presidencial. Díaz reemplazó en la Tesorería de Venezuela a Alejandro Andrade, quien ocupó el cargo entre el 2007 y el 2011, tras haberse desempeñado como guardaespaldas de Chávez, el difunto presidente socialista que murió en el 2013.

Díaz subió al estrado como testigo en su propia defensa durante el juicio de dos semanas y media, pero no pudo superar el testimonio dañino brindado en el estrado por Andrade.

A finales del 2017, Andrade se declaró culpable de una conspiración de lavado de dinero de $1,000 millones. Cumplió tres años de prisión y luego testificó que Gorrín, quien fue acusado al año siguiente, le pagó a él y a Díaz para obtener acceso al mercado cambiario oficial.

Andrade testificó que él fue quien reclutó a Díaz en el esquema de corrupción después que ella asumiera la tesorería hace una década. Su testimonio marcó la primera vez que hablaba públicamente sobre su participación en el complejo esquema de corrupción internacional, que absorbió cientos de millones de dólares de las arcas del Estado mientras la economía del país colapsaba.

En el estrado de los testigos, Andrade detalló cómo Chávez le dio el control total del tesoro nacional en 2007. Andrade, quien era muy cercano a Chávez, explicó que él forjó lucrativas relaciones con tres empresarios con casas de bolsa que operaban en el mercado cambiario y les dió acceso a las extremadamente lucrativas tasas de cambio preferenciales a cambio de sobornos.

Durante el juicio, Andrade dijo que uno de esos tres empresarios era Gorrín, y que éste no solo le pagó grandes sobornos a él sino que también a Díaz cuando ésta le reemplazó a la cabeza de la tesorería, así como a su esposo, Velásquez, quien actuó como intermediario con Gorrín.

Andrade dijo que Gorrín le pidió que se acercara a Díaz para continuar con el esquema de corrupción, cuando ella se convirtió en tesorera nacional en el 2011, y que ella había accedido a compartir las ganancias con él y Gorrín.

“La mitad sería para ella [Díaz] y la otra mitad se repartiría entre Raúl [Gorrín] y yo”, testificó Andrade.