No es sencillo ser un guía de pesca cuando tu lago se seca

La presa Falcon en Roma, Texas, el 20 de julio de 2022. (Jason Garza/The New York Times)
La presa Falcon en Roma, Texas, el 20 de julio de 2022. (Jason Garza/The New York Times)

SAN ANTONIO — En medio de uno de los veranos más calientes de los que se tiene registro en Texas y de una sequía cada vez más grave, la presa Amistad, el embalse internacional que se extiende a través de la frontera de México y Estados Unidos, está solo unos centímetros por encima de su nivel más bajo jamás registrado.

En tiempos más húmedos, el lago es un paraíso recreativo y una fuente vital de agua para los residentes de ambos lados de la frontera. Sin embargo, este verano, el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos ha cerrado muchas de las rampas para botes y las embarcaciones que sí salen han tenido que esquivar las rocas expuestas.

Raúl Cordero, un guía de pesca del lago desde hace 10 años, comentó: “Los torneos de pesca se están moviendo a otros lagos, porque les preocupa golpear algo. Estamos en una necesidad desesperada de agua. Necesitamos un gran huracán. Eso es lo que llena el lago”.

Cordero podría no ser el único que está a la espera de tormentas tropicales. La presa Amistad alimenta el río Grande, que serpentea y vira hacia el sur más de 400 kilómetros a otro oasis artificial en el lago Falcon. Las aguas de ese lugar riegan tierras de cultivo en el valle del Río Grande y suministran agua potable al condado rural de Zapata. Sus niveles han llegado a mínimos que no se habían visto desde principios de la década de los 2000, lo que deja al descubierto los restos de antiguas ciudades sumergidas.

James Bendele, propietario de Falcon Lake Tackle, mencionó: “No organizaremos ningún torneo aquí este año”, para hacer eco de las inquietudes de sus contrapartes en el lago Amistad. “La pesca es buena, pero el acceso al agua es terrible. Tenemos gasolina de 1,29 dólares por litro y problemas fronterizos, pero el agua al mínimo es nuestro problema más grande”.

Allen Berthold, el director interino del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, señaló que el estado todavía no ha experimentado falta de agua potable generalizada, pero conforme los lagos municipales se sequen, los usuarios agrícolas podrían recibir menos agua para riego.

El académico mencionó que la demanda residencial se suma a la tensión. Berthold opinó: “Cuando hace calor, todas las personas desean regar sus jardines. La infraestructura no tiene las dimensiones suficientes para cumplir con la demanda de agua en su punto máximo”.

En Austin, algunos cuerpos de agua se han secado, pero las autoridades dijeron que eso era normal.

Kanya Lyons, una vocera del Departamento de Parques y Recreación de Austin, afirmó: “Siempre ha sido así. Cuando era adolescente, teníamos un par de de semanas para nadar después de las lluvias de primavera y luego, el periodo para hacerlo termina. No recuerdo si en algún momento podías nadar en el verano”.

Indicó que la piscina de Barton Springs de 1,21 hectáreas, que tiene agua de manantiales naturales, es donde los residentes de Austin nadan para refrescarse. Durante todo el año, se encuentra a una temperatura promedio de 20 grados Celsius.

Al sur de Austin, incluso las experiencias acuáticas en el río San Marcos se han visto afectadas por la sequía. El nivel del agua es 25 centímetros más bajo que el año anterior, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, y tan solo 5 centímetros o poco más sobre su límite mínimo de operación.

Star Malone, una empleada de Texas State Tubes, una compañía dedicada a ofrecer paseos por el río, manifestó: “Habitualmente, toma dos horas flotar hacia la parte baja. Ahora toma cuatro, cuatro y media. Lo que causa problemas en nuestro estacionamiento”.

Al igual que la piscina de Barton Springs, el río es alimentado por manantiales. Malone concluyó: “Aunque hace calor y el nivel del agua es bajo, todavía está fresco”.

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