Semana Santa: el punto crítico camino a la costa que deberán tener en cuenta los automovilistas
MAR DEL PLATA.– La maquinaria vial que se había paralizado con el inicio de la última temporada de verano y que había reanudado operaciones sobre rutas de la costa atlántica hace pocos días vuelve a ingresar en modo pausa frente a la esperada movilización de centenares de miles de turistas que durante este fin de semana largo inédito, con cuatro feriados y seis jornadas consecutivas no laborables, buscarán descanso y entretenimiento en destinos de playas y sierras del sudeste bonaerense.
Reparación integral de la mitad norte de la Autovía 2, finalización de un breve tramo con puentes sobre la ruta 56 y la incorporación de una segunda calzada para extender el recorrido en formato de autopista de la interbalnearia 11. Eran los objetivos retomados con la finalización del período de veda que se dispuso a mediados de diciembre para no afectar la intensa dinámica de desplazamiento del período estival y ahora quedaron otra vez detenidos, desde comienzos de esta semana y hasta mediados de la próxima.
Es que se espera a partir de la tarde de hoy la primera salida intensa de viajeros desde el área metropolitana que, a medida que desanden camino por las distintas alternativas, se encontrarán cerca de banquinas con indicios estos focos de trabajo donde habrá que circular con cuidado, en algún caso con velocidad moderada y en otros, con extrema paciencia.
Los primeros datos confirmados por prestadores de servicios de alojamiento daban cuenta de una ocupación confirmada de casi 70% para Mar del Plata y de hasta 100% en algunos establecimientos de hoteles y aparts de Pinamar, Cariló, Mar de las Pampas y, ya más hacia el centro de la provincia, Tandil. Y siempre con el área metropolitana como principal usina de visitantes.
El punto crítico hacia la Costa
El punto crítico a tener en cuenta por automovilistas –y que dejó una mala experiencia en momentos pico del último verano– está sobre la ruta 56, a la altura del kilómetro 20,5 y hasta el 25,5. Es un corredor de 62 kilómetros que hace poco más de dos años se convirtió también en autovía. Sobre la mano que permite circular en sentido hacia la costa quedan pendientes y están avanzadas las construcciones bajo las cuales cruzarán los cursos de agua de Canal 2 y arroyo El Chancho.
Es un tramo que desde el año pasado y hasta la finalización de los trabajos obliga a que todo el flujo de tránsito se canalice sobre la calzada este, que para salvar la situación se usa ahora con doble sentido de circulación. Es un cuello de botella que en momentos de alto tránsito obliga a hacer ese recorrido casi a paso de hombre, como ocurrió sobre el cierre del año pasado y comienzos del actual.
Son 5000 metros que tienen señalización lumínica y traza acompañada por tambores metálicos que marcan este recorrido de emergencia donde, se anticipa, habrá presencia policial para contribuir a un mayor ordenamiento.
Desde la Dirección de Vialidad bonaerense, organismo que está a cargo de las mejoras que se ejecutan en todas estas rutas, confirmaron a LA NACIÓN que a partir de este jueves y durante todo este fin de semana extralargo no se van a realizar tareas de obras “con el objetivo de dar fluidez al tránsito”.
Esta ruta 56, que en otros tiempos de única calzada era uno de los recorridos con mayor índice de accidentes fatales en la región, es la que permite llegar a las localidades balnearias que están a la altura de Pinamar. Comienza poco antes del peaje de General Conesa, donde vincula con la ruta 11, y permite derivar hacia la costa a partir del empalme –a la altura de General Madariaga– con la ruta 74.
La Autovía 2
Pero sin dudas la mayor concentración de tránsito vehicular para estas fechas turísticas pico se da en la Autovía 2. Durante enero, por ejemplo, se dieron jornadas con promedio de unos 30.000 vehículos y picos de más de 70.000 en fechas coincidentes con el recambio y, quizá, comparables a lo que se verá entre horas previas y comienzo de este fin de semana súperlargo.
Ese corredor también viene afectado por un plan de obras tendiente a recomponer la superficie. Varios tramos ya están avanzados e incluso terminados, mientras otros andan entre etapas iniciales de, fresado, otros ya lucen superficie flamante y, los más avanzados, con señalización horizontal visible y terminada.
Hay distintas postas de trabajo que se reparten desde el empalme con la autopista Buenos Aires La Plata hasta Dolores. Así es que en ese recorrido de casi 150 kilómetros se pasa alternativamente de calzada rugosa y generadora de ruidos a pasajes planos, flamantes y de rodaje silencioso.
Como medida adicional, según informó Aubasa, la empresa que está a cargo de la concesión de este corredor vial, desde este miércoles a las 14 y hasta medianoche, y también este jueves de 6 a 14 se prohibió la circulación de camiones en sentido a la costa atlántica para aportar a posibilidades de tránsito más ágil.
Entre Aubasa y Vialidad están trabajando por estas horas en seguir de cerca y paso a paso la evolución de este masivo movimiento turístico. Frente a la coyuntura que propone la situación de ruta 56 a la altura de ambos puentes están manejando alternativas.
Los viajeros, que en su mayoría toman esa ruta para llegar a Pinamar o Villa Gesell, tienen otra opción por la ruta 2 y desvío a la altura del kilómetro 300, en Las Armas. Allí pueden tomar la ruta 74 y salir al mismo destino con un recorrido que es unos 50 kilómetros más extenso y también por autovía.
En cuanto a la ruta 11, que ya completó su tramo de doble calzada en su frente sur, tiene un tramo de obra entre Mar Chiquita y Villa Gesell. Los trabajos comenzaron hace poco más de un mes por ambas cabeceras pero, a diferencia de lo que ocurre en la Autovía 2, no afecta el normal tránsito ya que todo el movimiento de maquinaria se concentra en tierras linderas, donde se empieza a advertir la segunda traza. Son casi 72 kilómetros que se construirán con un presupuesto que originalmente se fijó en casi 40.000 millones de pesos, inversión que afronta el Gobierno bonaerense.