Sector sanitario de Haití cuelga de un hilo mientras médicos y enfermeros huyen de la violencia de las pandillas

Incluso antes que una alianza destructiva de pandillas armadas empezara a quemar hospitales, dispensarios y farmacias en Haití en un asedio de un mes a Puerto Príncipe, el sector sanitario del país estaba en estado crítico.

Médicos, enfermeros y demás personal sanitario estaban siendo secuestrados y asesinados. Tomado por una pandilla de la barriada de Grand Ravine de la capital, el Hospital Sanatorium del barrio de Carrefour-Feuilles se vio obligado a cerrar, dejando a los pacientes de VIH/SIDA y tuberculosis con una opción menos de tratamiento.

“Esto tiene enormes consecuencias”, declaró el Dr. Jean Ardouin Louis-Charles al Miami Herald semanas después que pandillas armadas prendieran fuego a la estructura en agosto. El hospital, dijo, recibe “enfermos de todo el país”.

“Las cosas pronto empeorarán para Haití y para el público”, advirtió Louis-Charles, secretario general de la Asociación Médica Haitiana. En declaraciones a emisoras de radio, Louis-Charles dio la voz de alarma después de que grupos armados empezaran a saquear y destrozar hospitales y centros de salud en el área metropolitana de Puerto Príncipe en los últimos días: “Estamos en medio de una catástrofe humanitaria”.

Con más de 30 centros de salud públicos y privados en la capital obligados a cerrar, ya sea por amenazas o por destrucción, según el Ministerio de Salud de Haití, los haitianos tienen pocos lugares a los cuales acudir en busca de atención, y pocos médicos y enfermeros para tratarlos.

El personal médico ha cerrado sus consultorios y se ha reubicado. Algunos se han ido a provincias fuera de la capital. Otros se han marchado a Estados Unidos y Canadá. Más de 156,000 haitianos han entrado en Estados Unidos como parte de un programa de libertad condicional humanitaria lanzado por la administración de Biden en enero de 2023 para ciudadanos de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Louis-Charles dijo que muchos médicos y residentes médicos están entre ellos, huyendo del inestable país incluso antes de la más reciente intensificación de violencia. Las salidas dejaron al Sanatorio con solo la mitad de su personal en el momento en que la pandilla de Grand Ravine se apoderó del lugar. En el Hospital de la Universidad Estatal de Haití, comúnmente conocido como Hospital General, solo había un médico residente en pediatría.

“Dada la situación en el país”, dijo, el programa de libertad condicional de Estados Unidos “les ha abierto una puerta. Pero para el país tiene enormes consecuencias. Es una fuga de cerebros”.

Samuel Faldor, de 30 años, médico residente de tercer año que trabaja con pacientes de diálisis en el Hospital General, dijo que él y sus colegas se sienten frustrados. A veces se pregunta porqué él hace el esfuerzo si no hay adónde enviar a un paciente, ni medicinas que administrar, ni siquiera una forma de ayudar a aliviar el dolor de la gente.

“Sientes una sensación de indignación”, dijo.

En los pocos casos en que un centro puede estar abierto, los pacientes a menudo no pueden llegar allí debido a los tiroteos o a las barricadas que los habitantes de los barrios han levantado para protegerse de los pandilleros.

“Si alguien recibe un disparo o una puñalada, no tiene acceso a la ayuda”, dijo el Dr. Audie Metayer, quien dirige el centro de tratamiento de diálisis del Hospital General. “Incluso para encontrar sangre, hay que ir a buscarla o el paciente tiene que venir con ella”.

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, parece haber desestimado las preocupaciones de que su país, que proporciona médicos a Haití, se esté retirando. El 18 de marzo, Rodríguez se dirigió a X, antes Twitter, y dijo que la brigada médica de Cuba seguirá trabajando en Haití con las limitaciones impuestas por las circunstancias.

Naciones Unidas ha pedido el fin de la violencia y el acceso sin trabas de la población civil, incluidos médicos y pacientes, a los hospitales, y que las organizaciones puedan prestar ayuda. De momento, no se ha producido ninguna de las dos cosas.

En marzo se documentaron 114 incidentes en los que las operaciones de ayuda se vieron afectadas por la violencia incesante, según informó la ONU. La cifra es cuatro veces superior a la de diciembre.

“Esta violencia más reciente ha provocado el deterioro de una situación ya de por sí grave. Más de 362,000 personas están actualmente desplazadas en todo el país, unas 160,000 de ellas en el área metropolitana de Puerto Príncipe”, declaró el viernes la ONU, antes de advertir que el sector sanitario se ha visto gravemente afectado.