Sebastián Báez venció a Francisco Cerúndolo y jugará la final del ATP 500 de Río de Janeiro contra Mariano Navone

Sebastián Báez ejecuta un sutil contradrop de revés en la red y deja sin reacción a Francisco Cerúndolo en la primera semifinal del ATP 500 de Río de Janeiro.
Sebastián Báez ejecuta un sutil contradrop de revés en la red y deja sin reacción a Francisco Cerúndolo en la primera semifinal del ATP 500 de Río de Janeiro. - Créditos: @Captura de pantalla

Después del gran impacto local que causó su punto decisivo en la serie de Copa Davis contra Kazajistán, Sebastián Báez logró otro punto alto de su carrera: accedió a la final del certamen ATP 500 de Río de Janeiro, la primera en ese nivel de competencias en su trayectoria. Lo hizo con un triunfo de menor a mayor sobre un compatriota, Francisco Cerúndolo, por 7-5 y 6-0. Y en el último partido del campeonato se enfrentará con otro albiceleste, Mariano Navone, que sigue sorprendiendo. El jugador de 9 de Julio derrotó a nada menos que el defensor del trofeo y 23º del ranking, el británico Cameron Norrie, por 6-4 y 6-2 en la segunda semifinal. En Brasil habrá, entonces, una final 100% argentina en cuanto a protagonistas.

El contexto es una maravilla. Apenas detrás de las tribunas tubulares que le dan un marco de competencia de cierta importancia, están el resto de la canchas del Jockey Club Brasileiro, el hipódromo de La Gávea, el morro Dos Hermanos y otros varios picos circundantes. Y las gradas, cubiertas con espectadores cariocas que esperaban ver a alguno de los tres brasileños que protagonizaron los cuartos de final. Ninguno de ellos llegó y en las semifinales hubo tres argentinos. Una cifra que nunca se había dado en un certamen ATP 500, categoría creada en el año 2009. Río de Janeiro está desarrollando su realización número 10.

Báez fue sobrio en su juego, usufructuó los errores de Cerúndolo y alcanzó la primera final en un ATP 500 en su carrera.
Báez fue sobrio en su juego, usufructuó los errores de Cerúndolo y alcanzó la primera final en un ATP 500 en su carrera. - Créditos: @Fotojump

Ciertamente no fue gran cosa el primer set entre Cerúndolo y Báez. Lo hicieron llevadero los largos peloteos entre dos rivales que tienen más antecedentes entre sí como juveniles que como profesionales (el historial quedó 1-1), pero abundaron en errores no forzados: hubo 15 del muchacho de San Martín y ¡28! del porteño. Una enormidad en comparación con los pocos tiros ganadores: 5 y 8, respectivamente. Las cifras revelan que el que más arriesgó fue Cerúndolo, que estuvo a un tanto de ganar el parcial (ventaja en 5-4, con saque de su adversario), pero terminó perdiendo tres games seguidos y, con ello, el set.

Cerúndolo tuvo un set point en el primer parcial, pero a partir de perderlo su rendimiento se desplomó.
Cerúndolo tuvo un set point en el primer parcial, pero a partir de perderlo su rendimiento se desplomó. - Créditos: @Fotojump

El segundo fue muy diferente. Aquel match point frustrado pareció propiciar un desbarranco de Cerúndolo, que se perdió complemente en el parcial final, incluso fallando en ocasiones muy favorables. Más sobrio en su tenis, y estable emocionalmente, Báez aprovechó la circunstancia y dominó totalmente el set, más allá de que en alguno que otro game debió recurrir a los puntos de ventaja-iguales. Arrasó con nueve juegos sucesivos, triunfó y así, con menos de una hora y media de acción y algo más de descanso que el otro finalista, llegará al partido más importante del ATP Tour en su historia deportiva.

Su tenis dejó una joyita. En cierto punto, Cerúndolo lo “invitó” a la red con un drop. Por cierto, algo largo y no tan bajo. Báez estaba lejos, detrás de la línea de fondo, pero llegó derrapando, y con tiempo suficiente para realizar un contradrop, de revés, algo alto, pero con mucho efecto lateral. La pelota picó al lado de un fleje y salió, lenta, casi paralela a la base de la cancha, alejándose del rival. Francisco asintió con la cabeza e hizo un leve además de aplausos con una mano y la raqueta, reconociendo la estupenda ejecución de Sebastián.

Un toque de magia de Sebastián Báez

Este domingo, no antes de las 17.30 de Buenos Aires (transmisión de la plataforma Star+), Báez tendrá enfrente a otro de los argentinos que vienen impactando con algunos resultados en las últimas semanas. Román Burruchaga consiguió su primer triunfo en el nivel de torneos ATP, Facundo Díaz Acosta se coronó en Buenos Aires proveniente de la clasificación y ahora Navone pasa de no tener victorias en el circuito a ser finalista de un ATP 500 (y todo eso, sin contar que Luciano Darderi, nacido en Villa Gesell, juega por Italia en el Tour). El oriundo de 9 de Julio tiene 22 años y viene confirmando que lo suyo no fue una casualidad, si bien en los últimos games Norrie pareció no sentirse del todo bien.

Mariano Navone en su semana de ensueño en el tenis: pasó de no tener victorias en el nivel del torneos del circuito a ser finalista de un ATP 500.
Mariano Navone en su semana de ensueño en el tenis: pasó de no tener victorias en el nivel del torneos del circuito a ser finalista de un ATP 500. - Créditos: @FOTOJUMP

Pero ya en el set inicial hizo buena diferencia el argentino. Registró 17 tiros ganadores contra 9 errores no forzados, un superávit que contrastó con el déficit del británico, que tuvo 12 y 20, respectivamente. El 6-4 del parcial quedó corto ante esas cifras. Como también el resultado global, que se completó con un 6-2: en la suma de ambos sets, Navone logró 27 winners contra 14 fallas, y Norrie tuvo apenas 15 aciertos frente a ¡37! equivocaciones sin exigencia.

En el últimos descanso entre games el británico pidió asistencia médica. No hubo mucha tratamiento en su cuerpo, pero el europeo pareció no estar pleno en lo poco que quedaba de juego. Más temprano se había llevado una reprobación del público, por haber sacado de abajo. Le salió muy mal la triquiñuela: el servicio fue lento y fácil para Navone, que devolvió fuerte y profundo por la paralela y ganó el tanto sin complicación. De todos modos, Norrie se fue aplaudido por los espectadores luego de la derrota. Será el campeón de Río de Janeiro por unas horas más, hasta que un argentino, Báez o Navone, eleve el trofeo en el Jockey Club local.

Norrie sacó de abajo y fue abucheado

La dimensión de lo que consiguieron Báez y Navone está en varios aspectos: la importancia del torneo –con sus respectivos puntos para el ranking y sus dólares–, el contexto, su repunte anual. El de Río de Janeiro es, en términos numéricos, el certamen más importante de América del Sur. El único ATP 500. Con su consiguiente bolsa de premios: 2.100.230 dólares en total, casi el triple que lo que entregó el campeonato más prestigioso de la región, el ATP 250 de Buenos Aires (24 versiones), que recompensó con 728.185. De aquella cifra, cada uno de los dos bonaerenses se aseguró 211.330 dólares, que son lo que recibirá el perdedor de la final, e irá por los 392.775 que cobrará el campeón.

Y el de Río de Janeiro parece ser para los argentinos un gran atractivo. Más allá de que la legión es una de las colectividades más numerosas del top 100 del ranking, casi todos intentar estar en la Cidade Maravilhosa. Fueron la nacionalidad más representada en las canchas del Jockey local, con siete tenistas, dos más que los españoles (su Armada siempre es nutrida, y más en polvo de ladrillo) y que los... anfitriones. Desde siempre les gusta jugar en Río de Janeiro, donde lograron un trofeo, el que levantó Diego Schwartzman en 2018, cuando se impuso al español Fernando Verdasco en la definición, y alcanzaron otras dos finales, las que Guido Pella perdió en 2016 a manos del uruguayo Pablo Cuevas y la que vio a Schwartzman derrotado por Carlos Alcaraz en 2022.

Aclamación al plateísta Carlos Alcaraz

Esa masividad, por un lado; la localía y la cercanía, por otro, y el conocido polvo de ladrillo, también (aunque ya no es una única superficie de comodidad para ellos), potencian a los argentinos en los torneos de la región. En los tres que han transcurrido hasta ahora (falta el de Chile, de la próxima semana), ocuparon ocho plazas sobre las doce de las semifinales (tres en Córdoba, dos en Buenos Aires y tres en Brasil) y cuatro sobre las seis de las definiciones (una, una y dos). Además, en Río de Janeiro establecieron un pequeño récord para el país: se trata de la primera vez en que hubo tres semifinalistas albicelestes en un certamen ATP 500.

Murray respalda a Sudamérica

Quien parece muy a gusto con Brasil, con Argentina y con Chile es Andy Murray, que, paradójicamente, nunca protagonizó la gira sudamericana del ATP Tour. Sí participó en un circuito menor, el Cosat (para menores de 18 años), en 2003, pero nunca estuvo en Argentina, ni siquiera por Copa Davis (sí acudió su hermano, Jamie, en la serie que el local ganó por 4-1 en 2008).

Sí pisó suelo sudamericano como profesional en 2016, nada menos que en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que lo tuvieron como campeón (le ganó la final a Juan Martín del Potro). El escocés, hoy 50º en el ranking pero ex número 1, publicó en Twitter un mensaje de gran respaldo a la región.

“Opinión impopular: América del Sur debería tener su propio swing en el circuito de tenis con su propio torneo Masters Series. La forma en que los hinchas apoyan los torneos ahí es increíble. Los ambientes son impresionantes y eso es claramente parte de su cultura deportiva. ¡Vamos, @atpour!”, publicó el escocés.

Diego Schwatzman replicó en seguida al tuit del ex bicampeón de Wimbledon. “¡Que @atptour sepa esto, Andy! Cada año nos da menos apoyo. No sólo por cómo los hinchas apoyan los torneos. También, por cuántos jugadores tenemos y hemos tenido en el tope, como sabés. Merecemos más que eso por parte de la atp. ¡Gracias por tus palabras!”, escribió Peque, con varios emoticones.

La respuesta de Schwartzman al escocés