Schengen: Los ciudadanos de Rumanía y Bulgaria celebran la apertura de las fronteras europeas
Cuando el reloj marcaba la medianoche, tanto el ministro del Interior búlgaro, Atanas Ilkov, como la ministra del Interior rumana, Katalin Predoyu, se encontraban en el puesto de control fronterizo, el puente del Danubio, para inaugurar oficialmente el derecho a viajar libremente en la zona Schengen, el espacio sin fronteras de Europa. Los ciudadanos rumanos y búlgaros se unieron en la frontera para esta celebración.
Los 25 millones de residentes de ambos países se suman ahora a los casi 450 millones de ciudadanos de la UE que ya pueden circular libremente por el espacio Schengen. Ha tardado mucho en llegar, ya que los dos países ingresaron en la Unión Europea hace 17 años y las negociaciones para entrar en el espacio Schengen empezaron en 2011.
Cuando la Comisión Europea les dio luz verde en diciembre, fue una señal importante de que ya podían sentirse miembros oficiales de la Unión Europea.
Se acabaron las colas en las fronteras
El espacio Schengen se estableció por primera vez en 1985 y ahora incluye a 29 países, la mayoría de los cuales son naciones de la UE, así como algunos países no pertenecientes al bloque, entre ellos Islandia y Suiza.
Hasta hoy, los residentes de estos países han tenido que hacer largas colas en las 30 fronteras terrestres entre Rumanía y Bulgaria a la espera de los controles oficiales.
Para búlgaros y rumanos, esto significa que ahora podrán conducir a Francia, España y Noruega sin pasaporte. Los conductores y pasajeros ya no tendrán que mostrar ningún documento de identidad y los coches podrán pasar sin control.
Sin embargo, al menos durante los seis primeros meses, se realizarán controles aleatorios de los viajeros en la frontera para disuadir las actividades delictivas, con especial atención a los vehículos más grandes.