Santa Fe: matan a un jubilado y sospechan que el asesino quería quedarse con su casa

Un jubilado de 80 años fue encontrado muerto en el sótano de una casa en la ciudadsantafesina de Rafaela y las autoridades sospechan que se trató de un crimen, por lo que detuvieron a un hombre acusado de haberlo matado para usurparle la vivienda.

De acuerdo con lo informado hoy por fuentes policiales, la víctima fue identificada como Bricio Alfredo Montenegro, quien había desaparecido hacía algunos días y era buscado por su familia.

Las sospechas sobre la posible usurpación se deben a las declaraciones de uno de los sobrinos de Montenegro, un empleado municipal que concurrió a su casa ubicada en Avenida Italia 1768 de Rafaela y se encontró con un hombre que le dio versiones absurdas acerca de los motivos por los cuales su tío no se estaba allí.

Esa conversación derivó en una pelea a golpes de puño y mientras el sospechoso fue atendido en el hospital Jaime Ferré, el familiar del anciano realizó una denuncia policial por la usurpación y la ausencia de Montenegro.

Tras ello el sobrino de la víctima realizó averiguaciones por su cuenta y llegó hasta una casa en ruinas que también había usurpado el sospechoso. Con la autorización de la dueña legítima la recorrió y halló manchas de sangre en un sótano inundado utilizado para almacenar neumáticos de autos en desuso.

Investigación

Ante el nuevo aviso a las autoridades, el fiscal Guillermo Loyola ordenó ayer un allanamiento en ese lugar, que arrojó resultado positivo con el hallazgo del cadáver del anciano semisumergido entre las ruedas.

El sospechoso, identificado como Pascual Alejandro F., de 31 años, fue detenido por agentes de la Policía de Investigaciones que lo alojaron en la sede de la Alcaidía de la Unidad Regional V de la policía provincial, de acuerdo con lo publicado por la agencia Télam.

El cuerpo de Montenegro fue reconocido por sus familiares y luego trasladado a la Morgue Judicial de la ciudad de Santa Fe, donde se le realizará la correspondiente autopsia.

Bricio Montenegro residía solo desde hacía muchos años y tenía contacto diario con sus hermanos y sobrinos. La sospecha de los investigadores es que el imputado lo asesinó para quedarse con la vivienda y vivir con sus tres hijos menores de edad.