San Mateo del Mar, reconstruirse después de una matanza
SAN MATEO DEL MAR, Oax., enero 5 (EL UNIVERSAL).- Todo ocurrió en segundos. Gritos, gente corriendo, fuego, pánico. Un conflicto en medio de la pandemia de Covid-19 terminó en el asesinato de dos mujeres y 13 hombres a manos de una multitud enardecida en el municipio indígena Ikoot de San Mateo del Mar, Oaxaca.
Las personas asesinadas "fueron golpeadas, apedreadas, les arrojaron blocks de concreto; sus extremidades, cercenadas con machetes, y sus cuerpos, incendiados", de acuerdo con los testimonios que recabó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que conforman la recomendación 54VG/2022.
Han pasado más de cuatro años desde la noche del 21 de junio de 2020 y, al día de hoy, nadie sabe decir quién encendió la chispa de aquel linchamiento.
"Éramos una comunidad unida que, después de esto, se vino abajo. Aquí la gente sigue dolida", dice Ramiro Escudo, nativo del lugar.
Tras la matanza se instauró un clima de desconfianza en este municipio de 15 mil habitantes. Aquí, donde 90% vive en pobreza, se instauró el silencio.
Sin embargo, quedó una herida abierta, visible en los rostros de los "mareños", que a finales de 2023 crearon la Comisión de Paz y Concordia de la Nación Ikoots (Copacni) con una sola misión: restaurar la paz interna y entender cómo llegaron a agredirse entre ellos.
Divide y vencerás
La matanza fue la expresión de una serie de vulneraciones que arreciaron con las elecciones de 2019, cuando se declaró presidente municipal a Bernardino Ponce, cercano al empresario Jorge Leoncio Arroyo que, sin ser originario de San Mateo del Mar, buscaba injerencia en la toma de decisiones. Parte de la comunidad lo rechazó; otra, lo respaldó.
Durante la pandemia de 2020, el 2 de mayo, autoridades de una agencia de San Mateo del Mar, Huazantlán del Río, detuvieron a personas que presuntamente iban en estado de ebriedad, incluyendo a cinco mujeres que afirman que fue una consecuencia de haber participado en las elecciones previas.
Según testigos, en la madrugada del 3 de mayo, un grupo de 30 ciudadanos intentó liberar a los detenidos. Agredieron físicamente a los policías comunitarios y quemaron viviendas. En este evento, Filemón Villalobos Gómez, parte del grupo que rechazaba el proceso electoral, fue asesinado. La Fiscalía de Justicia de Oaxaca dijo no tener información sobre detenciones por el crimen.
Tras los hechos, el grupo que hizo los destrozos y que respaldaba al presidente municipal instaló un plantón que duró más de un mes.
La llama de la masacre
En la mañana del 21 de junio de 2020, los habitantes de San Mateo del Mar celebrarían una asamblea para dialogar sobre el conflicto. Pero, mientras se trasladaban a la sede, un grupo armado, presuntamente vinculado al empresario Arroyo y al presidente municipal, les disparó. Seis personas resultaron heridas.
Pidieron apoyo al gobierno estatal, sacaron a los heridos y el resto de los comuneros siguió el camino a Huazantlán del Río. En el sitio se encontraron con aquellos que mantenían el plantón desde mayo.
"El pueblo se desesperó porque no había autoridad, aunque se pidió que se atendiera este problema", recuerda Romeo Fajardo, coordinador de la Copacni.
En la noche la tensión aumentó y una multitud —que algunos calculan de 300 personas y otros de más de mil— comenzó a agredir a quienes habían tomado el inmueble.
Elementos de la policía estatal declararon a la CNDH que "la multitud estaba muy violenta (...) amenazaban con prender a las personas con gasolina al igual que a los elementos policiales". En el lugar había 32 policías estatales, 12 de la Guardia Nacional, ocho de la policía municipal y dos ministeriales. Sin embargo, no apagaron la violencia.
Lo que vino es incierto. Gritos, gente corriendo, fuego, pánico.
Las autoridades no ofrecieron bitácoras sobre los hechos. Esta omisión imposibilitó reconstruir a detalle lo ocurrido. Las negligencias en la atención al pedido de auxilio antes y durante el linchamiento, les valió una recomendación de la CNDH.
La única certeza, hasta el momento, es el saldo: 15 muertos y 30 lesionados en una misma noche.
En la causa penal 206/2020 se acusa a 161 personas por los delitos de feminicidio y homicidio doloso. Desde finales de noviembre de 2024 se pidió a la fiscalía el estatus de la investigación, pero hasta el cierre de edición no dio información.
El pueblo que se levanta
En la cabecera municipal de San Mateo del Mar están reunidos los representantes de las 16 agencias y otros dirigentes. Es julio de 2024 y esta es la quinta mesa de trabajo junto a autoridades, para dar cumplimiento a las recomendaciones que hizo la CNDH al gobierno estatal. Apenas este año se iniciaron los trabajos para suturar la herida.
"Es difícil pensar en que nosotros mismos llegáramos a hacer esto", dice un asistente. En general, los pobladores hablan de una acción colectiva, pero no de lo individual.
A través de estos diálogos, la comunidad busca la "nulidad inmediata" de las carpetas de investigación por lo que consideran "faltas al debido proceso", incluyendo la de cuatro personas ya detenidas. También que se sancione al empresario Jorge Leoncio Arroyo, pues lo señalan de "autor intelectual". Pero, sobre todo, reconciliarse internamente, una labor de la Copacni.
Imelda, una de sus integrantes, busca a las familias de las víctimas directas. Realiza un trabajo de sensibilización, busca recuperar la confianza. "Es muy difícil. No nos quieren escuchar, es cansado", dice.
Flor Estela Morales, titular de la Coordinación para la Atención de los Derechos Humanos de Oaxaca, explica que se reconoce a toda la comunidad como víctima porque "incluso para quienes no estuvieron involucrados, su vida cambió".
Un grupo multidisciplinario, compuesto por antropólogas, tanatólogas y sicólogas impulsa actividades para la reconstrucción interna, entre ellas el bordado.
"Notamos que había distancia entre ellos. Entre las mujeres había una desconfianza importante. Hicimos el taller para sensibilizar sobre las emociones que han quedado guardadas", explica Ayranis López, una de las antropólogas.
Empezaron a abordar los problemas, los miedos y los dolores. Este respaldo institucional es parte del reconocimiento de las omisiones.
La Copacni y el gobierno trabajan en un "plan de reparación integral" que no sólo busca resolver lo que trajo el conflicto sino las causas que los llevaron a ese momento: la pobreza, el abandono y la desconfianza para con las autoridades.
Para Miguel Ángel García, de la organización Maderas del Pueblo, la división interna es útil para desarticular la organización en contra de megaproyectos. En el pasado, San Mateo del Mar se opuso a la instalación de parques eólicos y recientemente al Corredor Interoceánico. Volver a la unidad parece urgente ante los desarrollos cercanos.
"Lo que queremos es que la comunidad siga unida, que nuestro tejido social esté íntegro para la defensa de nuestra madre tierra, de nuestro mar y de nuestra cultura", recalca Juan Zubieta, síndico.
Se buscó por todos los medios posibles al expresidente municipal Bernardino Ponce y al empresario Jorge Arroyo, sin que al cierre de edición se les haya localizado.