¿Sabes contrarrestar los efectos del mercurio (atún) para la salud?

Los españoles somos los europeos que más mercurio tenemos en el organismo por el consumo de pescado. Así puedes contrarrestar sus efectos

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La fuente de exposición principal al metilmercurio es el consumo de pescado salvaje y marisco contaminado. Para combatir su toxicidad puedes añadir verduras y alimentos con mucha fibra. (Foto: Getty)

España presenta niveles más altos de los recomendables de mercurio, por encima del resto de estados de la UE, seguida de Francia, Italia o Grecia. En concreto, el consumo de atún y pez espada es el que más incide en estos altos índices de mercurio en los habitantes de las zonas mediterráneas españolas.

En concreto, los habitantes de Murcia, Valencia, Baleares, Andalucía y Cataluña son los que más presencia de este metal tóxico tienen.

Si bien el consumo de pescado es beneficioso para la salud pues es una fuente importante de nutrientes como ácidos grasos omega-3 de cadena larga, proteínas de alta calidad, selenio y vitamina D, entre otros; algunos peces –fundamentalmente los grandes depredadores- contienen metilmercurio (MeHg), un tipo de mercurio cuya ingesta, principalmente a través del pescado y marisco contaminado, puede producir efectos perjudiciales especialmente sobre el desarrollo del sistema nervioso en el feto y el recién nacido, y, según algunos estudios, riesgo cardiovascular en los adultos.

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La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recomienda no tomar más de una o dos latas de atún a la semana. (Foto: Getty)

"No se trata de que tengamos que dejar de comer estos pescados, sino de que se modere su consumo", apunta el profesor Miguel Motas, jefe del Área de Toxicología del Centro Nacional de Salud Ambiental, dependiente del Instituto de Salud Carlos III, quien incide en que la mayor precaución "deben tenerlas las mujeres embarazadas y los niños".

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recomienda no tomar más de una o dos latas de atún a la semana para estos dos grupos poblacionales de riesgo, según Motas, quien señala que el resto "debería tener precaución y equilibrar el consumo de estos pescados con otros más pequeños, ya que no presentan una presencia de mercurio tan grande".

¿Cómo nos afecta?

El mercurio llega al mar como consecuencia de la acción del hombre y se extiende y magnifica a través de la cadena alimenticia. Una de las características del metilmercurio es que se absorbe de manera muy rápida, tardando mucho en eliminarse. Atraviesa las membranas celulares y puede afectar al sistema nervioso de los adultos.

En el caso de los fetos y los niños, la posibilidad de tener daños por la presencia excesiva de este tóxico en la alimentación se multiplican. La exposición intrauterina a metilmercurio por consumo materno de pescado o marisco puede dañar el cerebro y el sistema nervioso en pleno crecimiento del bebé. La principal consecuencia es la alteración del desarrollo neurológico. También puede afectar ulteriormente al pensamiento cognitivo, la memoria, la capacidad de concentración, el lenguaje y las aptitudes motoras y espacio-visuales finas del niño.

Ensalada con atún, huevos duros, tomates, lechuga, pepino y cebolla. La mezcla de ingredientes potencia lo bueno y 'enmascara' lo malo del atún. (Foto: Getty)
Ensalada con atún, huevos duros, tomates, lechuga, pepino y cebolla. La mezcla de ingredientes potencia lo bueno y 'enmascara' lo malo del atún. (Foto: Getty)

Cuando el consumo de pescado supera las cinco veces por semana, los análisis de presencia de mercurio revelan que aumenta exponencialmente. Además, a mayor edad, más presencia de este tóxico por efecto de una dieta sostenida a lo largo de los años. Por sexo, las mujeres presentan un mayor índice de mercurio en su organismo.

El estudio, realizado con 1.900 muestras de sangre, 1.700 de orina y 600 de pelo de personas que residen en toda España, supone la mayor muestra con la que ha contado nunca un estudio de biomonitorización del mercurio en España. En torno al 5 por ciento de las personas que han participado en el trabajo presentan niveles de mercurio que suponen un riesgo para su salud.

Da igual cómo lo compres

La fuente de exposición principal al metilmercurio es el consumo de pescado salvaje y marisco contaminado y no se puede eliminar mediante la limpieza ni el cocinado del mismo pescado ya que más del 90 por ciento de su contenido se encuentra en forma de metilmercurio unido a las proteínas, y no en la grasa. La forma en que se encuentra el pescado (fresco, congelado o enlatado) no influye en el contenido de mercurio. Además, el principal riesgo es que nuestro cuerpo no elimina este metal de nuestro organismo.

¿Mejor al natural?

El atún en lata contiene grasas, altas dosis de sodio, soja y otros añadidos que rebajan su calidad nutricional. Hasta ahora se creía que en caso de tomarlo enlatado había que elegir la versión en agua, nunca en aceite, a menos que sea aceite de oliva virgen extra; pues ¡ojo! Esto no es exactamente lo que dicen los expertos.

Open can of tuna on the wooden background. Top view
Según los expertos, "es imprescindible conocer las concentraciones reales de mercurio de los pescados y mariscos (incluyendo latas), ya que la cantidad consumida de un pescado puede influir más en la carga corporal de un individuo, que el hecho de que un pescado supere o no un límite legal". (Foto: Getty)

“El contenido de mercurio de las latas de atún no depende del líquido de cobertura (aceite, natural, escabeche) sino que difiere según varios factores como la especie del pescado, tamaño u origen”, explica la Dra. Montserrat González Estecha, miembro de la Comisión de Elementos traza de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC).

No obstante, según el Grupo de Estudio para la Prevención de la Exposición al Me-Hg (GEPREM-Hg), existen componentes que modulan la toxicidad del MeHg, como las frutas, verduras y la fibra, que parecen disminuir la concentración de MeHg en el organismo. También es el caso de los ácidos grasos poliinsaturados.

“Su ingesta es importante durante el desarrollo fetal y neurológico de los niños expuestos a MeHg, y se ha sugerido que la ingesta de ácidos grasos de cadena larga poliinstaurados previenen o mitigan la toxicidad del MeHg en general, y los efectos neurológicos y cardiovasculares en particular”, asegura la experta.

Por su parte, el selenio (presente por ejemplo en las nueces de Brasil) ha recibido una gran atención como potencial protector de la toxicidad del metilmercurio en poblaciones consumidoras de pescado. “El estatus de selenio se mide en suero o plasma y conviene recordar que es un elemento esencial pero también puede ser tóxico, con un rango sin efectos adversos muy estrecho”, añade.

Además, la Dra. González Estecha señala que “se ha observado in vitro que alimentos ricos en fitoquímicos como el té verde, el té negro y la proteína de soja, reducen la bioaccesibilidad del mercurio cuando se ingieren simultáneamente con pescado”.

Las hierbas añaden un toque final muy sabroso además de ayudarnos a eliminar metales pesados y aportar antioxidantes y flavonoides anti-radicales libres, y mucha vitamina C –más que ningún otro vegetal- y vitamina A, hierro y manganeso.(Foto: Getty)
Las hierbas añaden un toque final muy sabroso además de ayudarnos a eliminar metales pesados y aportar antioxidantes y flavonoides anti-radicales libres, y mucha vitamina C –más que ningún otro vegetal- y vitamina A, hierro y manganeso.(Foto: Getty)

Consume raciones pequeñas

Además de tomarlo con moderación (2 raciones a la semana máximo), “es imprescindible conocer las concentraciones reales de mercurio de los pescados y mariscos (incluyendo latas) que se consumen habitualmente en España para poder aconsejar a la población, ya que la cantidad consumida de un pescado puede influir más en la carga corporal de un individuo, que el hecho de que un pescado supere o no un límite legal. En este sentido también hay que señalar que una dosis elevada puntual de MeHg puede ser más perjudicial para el sistema nervioso en desarrollo que una dosis baja crónica”, nos explica la Dra. González Estecha.

Con cilantro o perejil

Si le añades estos condimentos podrás contrarrestar sus efectos. Además de ser un potente aliado contra el colesterol malo, el cilantro reduce la inflamación y tiene un efecto ‘quelante’ o depurativo que ayuda a eliminar los metales pesados como el mercurio, el aluminio y el plomo, eliminándolos a través de la orina.

Elige especies variadas y descarta los peces grandes

Hay una regla que no falla: Los peces que más mercurio absorben son normalmente los que más viven y mayor tamaño tienen, como el tiburón, el pez espada, el blanquillo y el atún. Es mejor sustituirlos por sardinas, salmón,lenguado, trucha o bacalao.

¿Cuánto pescado tomas a la semana? ¿Eliges pescados pequeños?

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