Los símbolos nazis en los frentes de batalla ucranianos enfatizan asuntos históricos espinosos

Un combatiente voluntario ruso del Ejército ucraniano, en el centro, con un parche de Galizien y otro con una Totenkopf, en el sur de Ucrania el 5 de noviembre de 2022. (Ivor Prickett/The New York Times)
Un combatiente voluntario ruso del Ejército ucraniano, en el centro, con un parche de Galizien y otro con una Totenkopf, en el sur de Ucrania el 5 de noviembre de 2022. (Ivor Prickett/The New York Times)

KIEV, Ucrania — Desde que Rusia comenzó su invasión de Ucrania en febrero de 2022, el gobierno ucraniano y los aliados de la OTAN han publicado, y luego borrado de manera discreta, tres fotografías al parecer inofensivas de sus redes sociales: un soldado de pie entre un grupo, otro descansando en una trinchera y un trabajador de emergencias posando delante de un camión.

En cada fotografía, los ucranianos de uniforme llevaban parches con símbolos que se hicieron famosos en la Alemania nazi y que desde entonces han formado parte de la iconografía de los grupos de odio de extrema derecha.

Las fotografías, y su eliminación, recalcan la complicada relación del Ejército ucraniano con los símbolos nazis, una relación forjada bajo la ocupación soviética y alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

Esa relación se ha vuelto en especial delicada porque el presidente ruso Vladimir Putin ha declarado falsamente que Ucrania es un Estado nazi, una afirmación que ha utilizado para justificar su invasión ilegal.

Ucrania ha llevado a cabo iniciativas durante años mediante la legislación y la restructuración militar con el fin de contener un movimiento marginal de extrema derecha cuyos miembros lucen con orgullo símbolos impregnados de la historia nazi y defienden opiniones hostiles hacia los izquierdistas, los movimientos LGBTQ y las minorías étnicas. Sin embargo, algunos miembros de estos grupos llevan luchando contra Rusia desde 2014, cuando el Kremlin se anexionó de manera ilegal parte de la región ucraniana de Crimea y ahora forman parte de la estructura militar más amplia. Algunos son considerados héroes nacionales, incluso cuando la extrema derecha sigue marginada políticamente.

La iconografía de estos grupos, incluyendo un parche con la calavera y las huesos cruzados que llevaban los guardias de los campos de concentración, además de un símbolo conocido como el Sol Negro, aparece ahora con cierta regularidad en los uniformes de los soldados que luchan en el frente, incluyendo a soldados que afirman que esos símbolos significan la soberanía y el orgullo ucranianos, no el nazismo.

A corto plazo, esto amenaza con reforzar la propaganda de Putin y dar pábulo a sus falsas afirmaciones de que Ucrania debe ser “desnazificada”, una postura que ignora el hecho de que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski es judío. En términos más generales, la ambivalencia de Ucrania respecto a estos símbolos, y a veces incluso su aceptación de los mismos, corre el riesgo de dar nueva vida a iconos que Occidente lleva más de medio siglo intentando eliminar.

“Lo que me preocupa, en el contexto ucraniano, es que la gente en Ucrania que está en posiciones de liderazgo, o no reconocen y entienden cómo estos símbolos son vistos fuera de Ucrania o no están dispuestos a hacerlo”, comentó Michael Colborne, un investigador en el grupo de investigación Bellingcat que estudia a la extrema derecha internacional. “Creo que los ucranianos tienen que darse cuenta cada vez más de que estas imágenes socavan el apoyo al país”.

En un comunicado, el Ministerio de Defensa ucraniano afirmó que, como país que sufrió mucho bajo la ocupación alemana, “subrayamos que Ucrania condena categóricamente cualquier manifestación de nazismo”.

Hasta ahora, las imágenes no han erosionado el apoyo internacional a la guerra. Sin embargo, ha dejado a diplomáticos, periodistas occidentales y grupos de defensa en una posición difícil: llamar la atención sobre la iconografía puede hacer el juego a la propaganda rusa. No decir nada permite que se divulgue.

Incluso los grupos judíos y las organizaciones contra el odio que tradicionalmente han denunciado los símbolos de odio han permanecido en silencio. En privado, a algunos líderes les preocupa que se considere que hacen suyos los argumentos de la propaganda rusa.

Las cuestiones sobre cómo interpretar estos símbolos son tan divisivas como persistentes, y no solo en Ucrania. En el sur de Estados Unidos, algunos han insistido en que hoy la bandera confederada simboliza el orgullo, no su historia de racismo y secesión. La esvástica era un importante símbolo hindú antes de que fuera cooptada por los nazis.

En abril, el Ministerio de Defensa de Ucrania publicó en su cuenta de Twitter una fotografía de un soldado que llevaba un parche con una calavera y dos huesos cruzados, conocido como “Totenkopf” o Cabeza de la Muerte. El símbolo concreto de la foto se hizo famoso por una unidad nazi que cometió crímenes de guerra y vigiló campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.

El parche de la fotografía muestra la Totenkopf sobre una bandera ucraniana con un pequeño número seis debajo. Ese parche es la mercancía oficial de Death in June, una banda neofolk británica de la que el Southern Poverty Law Center ha dicho que produce “discursos de odio” que “explotan temas e imágenes del fascismo y el nazismo”.

La Liga Antidifamación considera el Totenkopf “un símbolo común de odio”. Pero Jake Hyman, portavoz del grupo, aseguró que era imposible “hacer una inferencia sobre el portador o el Ejército ucraniano” basándose en el parche.

“La imagen, aunque ofensiva, es la de una banda musical”, señaló Hyman.

La banda utiliza ahora la fotografía publicada por el Ejército ucraniano para comercializar el parche Totenkopf.

El 27 de abril, The New York Times preguntó al Ministerio de Defensa ucraniano por el tuit. Varias horas después, borraron el mensaje. “Tras estudiar este caso, llegamos a la conclusión de que este logotipo puede interpretarse de manera ambigua”, explicó el ministerio mediante un comunicado.

El soldado de la fotografía formaba parte de una unidad de voluntarios llamada Lobos Da Vinci, que comenzó como parte del ala paramilitar del “sector derecho” de Ucrania, una coalición de organizaciones y partidos políticos de derechas que se militarizó tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia.

Al menos otras cinco fotografías en las páginas de Instagram y Facebook de los Lobos muestran a sus soldados con parches de estilo nazi, incluido el Totenkopf.

Unidades como los Lobos Da Vinci, el más conocido regimiento Azov y otras que comenzaron con miembros de extrema derecha se han plegado al Ejército ucraniano, y han sido fundamentales para defender a Ucrania de los soldados rusos.

El regimiento Azov fue celebrado tras resistir durante el asedio de la ciudad meridional de Mariúpol el año pasado. Después de que el comandante de los Lobos Da Vinci fue asesinado en marzo, recibió un funeral de héroe, al que asistió Zelenski.

“Creo que algunas de estas unidades de extrema derecha mezclan bastante de su propia mitificación en el discurso público sobre ellas”, afirmó Colborne. “Pero creo que lo mínimo que se puede y debe hacer en todas partes, no solo en Ucrania, es no permitir que los símbolos, la retórica y las ideas de la extrema derecha se filtren en el discurso público”.

c.2023 The New York Times Company