Rusia ha sufrido pérdidas importantes en Ucrania. ¿Su ejército está debilitado?
Investigadores y funcionarios afirman que el ejército ruso sufrió su mayor índice de bajas en octubre. La llegada de miles de soldados norcoreanos a Rusia también plantea dudas sobre su capacidad.
El ejército ruso logró en octubre sus mayores avances territoriales en más de dos años, cuando se adentró en la región oriental ucraniana del Donbás, pero a un alto costo.
Funcionarios militares británicos y ucranianos, así como investigadores de la BBC, afirman que Rusia sufrió su mayor índice de soldados muertos y heridos durante ese mes. La llegada de miles de soldados norcoreanos a Rusia también está planteando dudas sobre si el Kremlin tiene suficientes soldados para compensar sus pérdidas. ¿Qué sabemos realmente sobre las bajas de Rusia y su capacidad para reemplazarlas?
Las bajas que importan
Es difícil obtener información concreta sobre las bajas rusas, que comprenden muertos y heridos. Moscú tiene un incentivo para minimizar sus pérdidas y rara vez revela información; Ucrania y sus aliados tienen un incentivo para exagerarlas.
Incluso si son exactas, las estimaciones occidentales de bajas suelen agrupar a los muertos con todos los heridos. Los expertos militares afirman que esa categoría es demasiado amplia para explicar plenamente el estado de la guerra. Por ejemplo, los soldados con heridas leves pueden recuperarse rápidamente.
Lo que determina la verdadera capacidad de combate de un ejército son sus bajas irremplazables, irrecuperables o permanentes: los soldados que han muerto o que están tan gravemente heridos que nunca volverán a entrar en combate.
Rusia y Ucrania tratan estas estadísticas como secretos de Estado.
Ucrania guarda con especial celo sus cifras de bajas, restringiendo la capacidad de los periodistas para informar sobre el tema, ocultando información a sus aliados y deteniendo la publicación de datos demográficos.
Algunos periodistas e investigadores rusos independientes han encontrado formas innovadoras de contar los muertos y heridos de Rusia, desenterrando información de diversas fuentes como obituarios, cementerios, pagos por incapacidad y bases de datos de notarios.
Sus cálculos empiezan a mostrar un balance más exacto de la guerra, arrojando luz sobre la capacidad de Rusia para continuar la lucha. También sugieren que Rusia ha perdido más soldados en esta guerra que cualquier otra nación industrializada en un conflicto desde la Segunda Guerra Mundial.
Recuento de obituarios y entierros
Periodistas del medio de comunicación independiente ruso Mediazona y del servicio ruso de la BBC han estado contando los soldados rusos que han muerto en Ucrania desde los primeros meses de la invasión. Sus métodos se basan en recopilar y cotejar información pública, como obituarios y entierros en cementerios.
Este trabajo ha producido la base de datos más completa de muertes rusas en combate confirmadas: 78.000 soldados hasta noviembre, sin incluir a los separatistas ucranianos y a los extranjeros que luchan por Rusia. (Un recuento similar, pero menos transparente, de las pérdidas de Ucrania encontró 65.000 soldados muertos para mediados de noviembre).
El recuento de Mediazona está incompleto: algunos soldados no dejan rastro al morir. Los periodistas estiman que han registrado alrededor de la mitad de todas las muertes de militares rusos.
Recuento de herencias
Otro medio de comunicación independiente ruso, Meduza, colaboró con Mediazona y la BBC en un análisis estadístico de las bajas de guerra.
Su principal herramienta es la base de datos de los notarios públicos rusos, que contiene todos los casos de herencia abiertos por los familiares de los soldados muertos. Para recopilar los datos, los periodistas de Meduza y Mediazona deben burlar a los programadores del gobierno, quienes intentan bloquearles la localización y descarga de los asientos de herencia.
Una vez recopilados los datos, los periodistas utilizan herramientas estadísticas desarrolladas durante la pandemia para calcular cuántos hombres rusos en edad militar se convirtieron en sujetos de procesos sucesorios desde la invasión. Este análisis del exceso de mortalidad llevó a los periodistas a estimar el total de muertes de militares rusos en casi 150.000 a finales de octubre.
Recuento de heridos
Tras estimar el número de soldados rusos muertos, los periodistas de la BBC, Mediazona y Meduza colaboraron en la siguiente tarea: cuantificar los heridos graves de Rusia en el campo de batalla.
Consultaron a expertos militares, analizaron las listas de personal filtradas y examinaron las estadísticas sobre el pago de indemnizaciones a los veteranos. Llegaron a la conclusión de que por cada soldado ruso muerto, unos dos más resultaron gravemente heridos.
Esta proporción es una aproximación, advirtieron. Fluctuará a lo largo de la misma guerra, a medida que cambien las armas, el equipo médico, el clima y las tácticas.
Sumando el número estimado de muertos y heridos graves, Meduza calculó que el ejército ruso había sufrido un total de 405.000 pérdidas irreemplazables a finales de octubre. Utilizando un método similar, Olga Ivshina, de la BBC, estimó en 484.000 las pérdidas irremplazables rusas en el mismo periodo.
Evaluación de la inteligencia militar
Las agencias de inteligencia militar de Ucrania y de muchos países de la OTAN elaboran sus propias estimaciones de bajas rusas. Todas afirman que Rusia ha perdido entre 600.000 y 700.000 soldados muertos y heridos hasta octubre.
Estas agencias no revelan sus métodos. Las cifras que hacen públicas suelen representar el rango superior de sus estimaciones internas e incluyen heridos leves, según funcionarios y analistas militares familiarizados con los cálculos.
El Pentágono dijo anteriormente que había estimado las pérdidas rusas (así como las ucranianas) basándose en una variedad de fuentes que incluían imágenes de satélite, intercepciones de comunicaciones, declaraciones gubernamentales, publicaciones en redes sociales y artículos de noticias. Los funcionarios estadounidenses señalan que las cifras resultantes son “evaluaciones de baja confianza”.
Analistas militares y estadísticos dijeron que la falta de transparencia y el carácter general de las estimaciones occidentales de bajas rusas las convertían, en el mejor de los casos, en una instantánea poco fiable de la guerra.
Qué significa todo esto
Sin duda, las pérdidas son solo una cara de la moneda. En una guerra de desgaste como la de Ucrania, el suministro de nuevos soldados es otra variable crucial.
En junio, el Ministerio de Defensa ruso contaba con 33 millones de hombres aptos para el servicio militar, según una base de datos gubernamental obtenida por Meduza. Esta cifra contrasta con los seis millones de soldados potenciales que vivían en Ucrania antes de la invasión rusa de 2022. Poco más de la mitad de ellos se han registrado desde entonces en la base de datos del servicio militar del país.
Unos 900 hombres se alistaron en las fuerzas rusas cada día en el primer semestre de este año, según un análisis de los datos presupuestarios rusos realizado por Janis Kluge, experto en Rusia del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, una organización de investigación.
Se sienten atraídos por las crecientes primas de reclutamiento, los salarios y las indemnizaciones que cambiarán la suerte financiera de la familia de un recluta, independientemente de si vive o muere. El Kremlin también ha buscado nuevos combatientes más allá de sus fronteras, atrayendo voluntarios de decenas de países en desarrollo y soldados de su aliado Corea del Norte.
Este ritmo de reclutamiento ha permitido al ejército ruso no solo reponer bajas, sino también crear nuevas unidades. Este mes, el Pentágono dijo que el Kremlin había reunido una fuerza combinada de 50.000 soldados rusos y norcoreanos para expulsar a las fuerzas ucranianas de la región rusa de Kursk.
Andrew E. Kramer colaboró con reportería desde Kiev, Ucrania, y Julian E. Barnes y Eric Schmitt desde Washington. Oleg Matsnev colaboró con investigación desde Berlín.
Anatoly Kurmanaev
cubre Rusia y su transformación tras la invasión a Ucrania. Más de Anatoly Kurmanayev
Andrew E. Kramer colaboró con reportería desde Kiev, Ucrania, y Julian E. Barnes y Eric Schmitt desde Washington. Oleg Matsnev colaboró con investigación desde Berlín.
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