Por qué Rusia y Noruega frenaron sus ambiciones en el Ártico pese a la riqueza de recursos en la zona y las nuevas vías marítimas
El Ártico ha vuelto a ser noticia gracias al presidente electo de EE.UU., Donald Trump.
El republicano ha reiterado su deseo de comprar Groenlandia por un supuesto interés de seguridad nacional. Según analistas, la principal atracción es la enorme riqueza mineral del territorio.
Sin embargo, los proyectos en algunas regiones de la vasta región polar en los últimos tiempos se han paralizado.
Las condiciones de trabajo en el Océano Ártico son extremadamente difíciles en invierno, algo que conoce bien el pescador noruego Sondre Alnes-Bonesmo.
El sol salió por última vez a finales de octubre pasado y no está previsto que vuelva a aparecer hasta mediados de febrero.
Además de la oscuridad, las temperaturas pueden descender por debajo de los 40 grados bajo cero. Y las tormentas son capaces de generar enormes olas.
Alnes-Bonesmo, de 30 años, trabaja dos turnos de seis horas al día durante cinco semanas en un buque llamado Granit. Es uno de los mayores pesqueros de arrastre en aguas árticas al norte de Noruega, frente a las costas de Groenlandia. Y no para en invierno.
Como era de esperarse, dice que prefiere la luz interminable del verano. "Me gusta cuando hace buen tiempo, ya que no nos estrellamos contra las paredes [de hielo] y otras cosas, como ocurre durante las tormentas, cuando las olas pueden ser bastante grandes".
Alnes-Bonesmo participa en la llamada "fiebre fría" del Ártico, un juego de palabras con la "fiebre del oro".
Inició de lleno en 2008, cuando se supo de la existencia de vastas reservas de minerales e hidrocarburos en toda la región ártica. Junto con las pesqueras se esperaba que fueran más accesibles a medida que el cambio climático reduce los niveles de hielo.
Esta reducción del agua congelada también ha abierto cada vez más las rutas marítimas del Ártico, al norte del territorio continental canadiense y de Rusia.
Tanto es así que en la década de 2013 a 2023, el total registrado de distancias anuales recorridas por los buques en el mar Ártico aumentó más del doble, pasando de 9,8 millones a 20,7 millones de kilómetros.
La esperanza a largo plazo es que los buques de carga puedan viajar de Asia a Europa y la costa este de EE.UU. a través de las aguas árticas por encima de Canadá y Rusia.
Pero la pregunta que se hace Alnes-Bonesmo es la siguiente: ¿ha llegado él mismo demasiado tarde a esa fiebre ártica?
Los proyectos detenidos
Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, gran parte del desarrollo económico previsto para la región ártica se paralizó al deteriorarse las relaciones entre Rusia y Occidente.
"Rusia tenía grandes planes en el Ártico", afirma Morten Mejlaender-Larsen, director de operaciones y tecnología árticas de la empresa noruega DNV, que establece reglas y normas para el sector marítimo.
"Empezaron a construir centros regionales de salvamento completos con barcos y helicópteros para facilitar tanto el transporte marítimo para los proyectos de gas, petróleo y carbón en Siberia, como para el transporte marítimo a lo largo del Paso del Noreste [al norte de Rusia]", explica.
"Pero desde la invasión de Ucrania, la navegación internacional en el Paso del Noreste prácticamente ha cesado, con la excepción de unos pocos buques chinos", añade Mejlaender-Larsen.
Añade que Noruega también paró la exploración de petróleo y gas en la región.
"No esperamos ver más avances en el Mar de Barents al norte de la Isla del Oso". Esta pequeña isla noruega se encuentra a unos 400 km al norte de Noruega continental.
La reducción de las ambiciones noruegas en el Ártico ha complacido a los ecologistas, que siempre han advertido del impacto de las perforaciones en busca de hidrocarburos tanto en la fauna como en el frágil medio ambiente de la región polar.
El mes pasado, Greenpeace acogió con satisfacción la decisión del gobierno noruego de detener la primera ronda de concesión de licencias para la explotación minera en aguas profundas del Ártico, entre las islas noruegas de Svalbard y Jan Mayen.
"Condiciones extremadamente difíciles"
Los analistas afirman que, aunque las malas relaciones con Rusia son una de las principales razones por las que Noruega se muestra reacia a invertir dinero en proyectos árticos, su interés por la región polar ya se había enfriado.
Helene Tofte, directora de cooperación internacional y clima de la Asociación Noruega de Navieros, afirma que, en retrospectiva, las perspectivas del transporte marítimo en el Ártico habían sido "exageradas".
Señala que, a pesar del impacto del cambio climático, el Ártico sigue siendo un lugar difícil en el que operar. "Las condiciones en el Ártico pueden ser extremadamente difíciles, incluso cuando la ausencia de hielo marino permite el paso", afirma.
"Grandes partes de la ruta están lejos de las capacidades de respuesta a emergencias, como búsqueda y rescate, y de los recursos de limpieza medioambiental", continúa.
"El aumento del transporte marítimo en esta zona exigiría importantes inversiones en buques, preparación para emergencias, infraestructuras y sistemas de previsión meteorológica, para una ruta que es impredecible y tiene una temporada de operaciones corta. En la actualidad, no tenemos indicios de que nuestros miembros lo consideren comercialmente interesante".
Mejlaender-Larsen señala que se creyó "que gracias al calentamiento global habría veranos allí".
"Eso nunca ocurrirá. Con -40 °C, aunque se calienta 3°C, seguirá sin hacer calor", señala.
Por otra parte, el profesor Arild Moe, del grupo de investigación noruego Fridtjof Nansen Institute, afirma que toda la fiebre fría del Ártico se basó en suposiciones exageradas. "La euforia fue excesiva", afirma el experto en prospecciones de petróleo y gas en la región.
"A lo que se referían los informes de 2008 no eran reservas reales, sino recursos potenciales y muy inciertos que serían arriesgados, caros y difíciles de localizar y explotar".
¿Qué busca Trump?
En cuanto al renovado interés de Trump por Groenlandia, que es un territorio autónomo de Dinamarca, las autoridades locales y danesas se apresuraron de nuevo a responder que no estaba en venta.
El profesor Moe afirma que la "declaración cruda y poco diplomática" de Trump demuestra que Estados Unidos, bajo el gobierno de Trump, tiene en la isla intereses tanto económicos como de seguridad, incluidos sus "ricos recursos minerales".
El gobierno danés también respondió anunciando un enorme aumento del gasto en defensa para Groenlandia.
En otros lugares del Ártico, se espera que Trump permita un aumento de las exploraciones de petróleo y gas en Alaska, concretamente en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, que es rico en recursos.
Esta extensión de 7,6 millones de hectáreas es el mayor refugio de vida silvestre de Estados Unidos. Ya en 2020 Trump autorizó perforar en una sección del mismo.
Mientras tanto, Canadá sigue construyendo un puerto de aguas profundas en Grays Bay, en la costa norte de Nunavut, su territorio más septentrional, que está cerca del centro del Paso del Noreste, la ruta marítima ártica al norte del territorio continental canadiense.
De vuelta en el pesquero Granit, el pescador Alnes-Bonesmo dice que, aunque ha ganado un buen dinero, las cuotas de pesca siguen bajando para intentar preservar las poblaciones en las aguas árticas noruegas.
No obstante, se muestra filosófico: "Después de unos años en el mar, el Océano Ártico me da más miedo, pero también he llegado a respetarlo y valorarlo por todo su poder y belleza".
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.