Rusia está usando la estrategia más cruel para acabar con la resistencia de Ucrania

Aunque ya no ocupe tantos titulares, la guerra de Ucrania sigue su curso casi ocho meses después de la invasión de Rusia. Un periodo largo en el que los dos contendientes han ido jugando sus armas para doblegar al contrario. Y que ha sorprendido por la férrea resistencia de los ucranianos.

Primero, las tropas de Vladímir Putin intentaron conquistar todo el país, pero ante los escasos avances lanzaron su ofensiva contra el Donbás. Sin embargo, la contraofensiva de Kiev les hizo retroceder, procediendo el Kremlin a anexionarse de forma unilateral varias regiones y recrudeciendo sus ataques. Y en esta ocasión, el objetivo es claro: la población civil.

Rusia está atacando las centrales eléctricas, dejando sin electricidad a la población ucraniana. (Photo by Metin Aktas/Anadolu Agency via Getty Images)
Rusia está atacando las centrales eléctricas, dejando sin electricidad a la población ucraniana. (Photo by Metin Aktas/Anadolu Agency via Getty Images)

En los últimos días, los ataques rusos están teniendo como objetivo las centrales eléctricas del país y en apenas una semana han conseguido destruir un 30% de las instalaciones. Lógicamente, las consecuencias ya se han hecho notar, con graves cortes de electricidad en numerosas localidades.

Rusia intenta pagar con los civiles lo que no está consiguiendo en el campo de batalla y lanza un aviso claro de que está dispuesta a todo con tal de obtener la victoria en el conflicto. Incluso, dejar a la población ucraniana a oscuras y a merced del frío en plenos meses de otoño e invierno.

Putin busca así desmoralizar a los habitantes ucranianos y provocar un éxodo masivo, que quizás ayude a cambiar las tornas del conflicto. Cabe recordar que en la memoria de los rusos se mantiene muy viva la batalla de Stalingrado en plena II Guerra Mundial, cuando el frío invernal ayudó a desmoralizar y finalmente a derrotar a las tropas nazis.

La situación en Ucrania ahora mismo es crítica porque hay más de 1.100 localidades que se han quedado sin electricidad tras la ofensiva, principalmente en la región de Zhitómir, al oeste de Kiev, y de la ciudad de Dnipro.

El frío ya ha llegado a Ucrania y los civiles hacen lo posible para calentarse. (Photo by Wolfgang Schwan/Anadolu Agency via Getty Images)
El frío ya ha llegado a Ucrania y los civiles hacen lo posible para calentarse. (Photo by Wolfgang Schwan/Anadolu Agency via Getty Images)

Unos meses gélidos

Aunque el otoño ha llegado este 2022 con unas temperaturas más suaves que de costumbre, lo cierto es que a estas alturas ya hace mucho frío en Ucrania. Por ejemplo, en Kiev ha habido días bajo cero, con persistentes lluvias, por lo que la electricidad es fundamental para mantener las casas calientes.

Lo peor está por venir porque entre noviembre y febrero son los meses más fríos del año. El invierno en la capital ucraniana se caracteriza por las copiosas nevadas y las temperaturas gélidas. Normalmente, el mercurio oscila entre los 0 grados y los -10, por lo que las calefacciones son muy necesarias.

Claramente, los bombardeos a las centrales eléctricas mandan el mensaje de que Putin está dispuesto a llevar la guerra a cada casa ucraniana y que sus habitantes sientan en sus carnes las consecuencias del conflicto. Una situación extrema que puede obligar a muchos a marcharse de sus casas ante la imposibilidad de vivir en estas condiciones.

Es una estrategia cruel contra los más vulnerables que, sin embargo, puede ayudar al Kremlin a cambiar la dirección de la guerra, haciendo retroceder a los ucranianos allí donde avanzan. Todavía es pronto para saber qué curso tomará el conflicto, pero lo que está claro es que Ucrania se va a enfrentar a unos meses muy duros. Su capacidad de resistencia marcará sus aspiraciones de cara al futuro.

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