Roselle, la perrita guía que salvó a su dueño ciego al ayudarlo a evacuar las Torres Gemelas el 11-S

Michael Hingson se encontraba temprano en su oficina en Nueva York, preparando un seminario al que acudirían varios invitados. Ordenó comida para ofrecerles un desayuno a los asistentes y organizó la sala de conferencias. Todo parecía estar listo, pero esa reunión jamás se llevó a cabo.

La oficina de Hingson se encontraba en el piso 78 de la Torre Gemela norte y esa mañana era la fatídica del 11 de septiembre de 2001.

A poco de haberse alistado para su junta, relata la televisora Pix11, Hingson sintió un terrible estallido y una brutal sacudida. El primero de los aviones secuestrados ese día se había estrellado contra su edificio, unos 15 pisos arriba de la planta donde se ubicaba la oficina de Hingson.

Micheal Hingson con su perrita guía Roselle. (Captura de video Pix11 / Guide Dogs for the Blind)
Micheal Hingson con su perrita guía Roselle. (Captura de video Pix11 / Guide Dogs for the Blind)

Él y los demás presentes en su oficina cayeron en la cuenta de que algo desastroso había sucedido y que tenían que evacuar el edificio cuanto antes. Eso representaría para cualquier persona un momento de extrema tensión y dificultad, pero había un factor adicional en el caso de Hingson: él nació ciego y para desplazarse requería entonces de la ayuda de Roselle, su perra guía.

Inicialmente, algunas de las personas allí presentes gritaron que había fuego y humo en lo pisos superiores y comenzaron a entrar en pánico, contó Now This News.

Pero como narró Hingson a Pix11, la perrita no percibió inicialmente ningún peligro pues, en ese momento, pese al infierno que se registraba pisos arriba, en la planta 78 reinaba una extraña quietud.

Eso justamente le dejó en claro a Hingson que mantener la tranquilidad en ese terrible momento era posible y necesario para poder sobrevivir.

“Roselle estaba sentada, moviendo su cola y bostezando como diciendo ‘¿quién me despertó?’. Eso me dijo que nosotros podríamos tratar de evacuar de una manera ordenada y que entrar en pánico no iba a ayudar”, dijo Hingson.

Los presentes descartaron usar los elevadores y procedieron a bajar por las escaleras, que estaban cargadas con un olor a combustible. Fue entonces cuando Roselle comenzó a mostrar sus maravillosas capacidades. Con ayuda de su perrita, Hingson comenzó a bajar los 1,463 peldaños de escañeras que separaban su oficina de la calle. Y no solo eso: el ejemplo de un hombre ciego evacuando de modo ordenado y constante motivó a otras personas que se encontraban en esa escalera en ese momento tan ominoso.

“Todo el camino escaleras abajo, el hecho de que yo le decía continuamente a Roselle el buen trabajo que estaba haciendo ayudó a muchas otras personas, porque ellas me vieron concentrado y responsable de mi situación”, comentó Hingson.

Así, cerca de media hora después del choque del avión, Hingson, su perrita y las otras personas que estaban en su oficina llegaron al lobby del edificio, donde policías les indicaron que debían salir de allí por el riesgo de derrumbe.

Nuevamente, la perrita Rosello se desempeñó de modo admirable. Ellos salieron a la calle y al poco tiempo se derrumbó la primera torre, cubriendo con una nube de polvo y escombros una amplia zona del sur de Manhattan.

“Ella hizo exactamente lo que tenía que hacer”, contó Hingson a Pix11, quien confió en la guía de su perrita en momentos en que cualquier persona habría entrado en gran desesperación. Roselle lo condujo calmada y segura por las calles de Nueva York sin dudar y lograron, esa noche, protegerse de la nube de escombros y, más tarde, volver a casa a salvo tras experimentar y sobrevivir uno de los mayores desastres de la historia contemporánea.

Eso sucedió hace 20 años y desde entonces Hingson no ha dejado de sentir agradecimiento por su perrita Roselle, quien le salvó la vida y ayudó también a que otros se salvaran en medio del horror del atentado terrorista.

Roselle murió en 2011, a los 14 años de edad y, según comentó Pix11, Hingson recuerda de modo especial la salvadora tranquilidad que mostró su perrita en el momento más crítico.

Él recuerda esos momentos en el libro ‘Thunder dog’ (https://michaelhingson.com/), en el que cuenta su historia de supervivencia y que ha publicado en homenaje a Roselle.