Los Rolling Stones arrancan de nuevo

En un tríptico de tres fotografías, de izquierda a derecha: Keith Richards, Mick Jagger y Ronnie Wood de The Rolling Stones, en Nueva York, en agosto de 2023. (Thea Traff/The New York Times).
En un tríptico de tres fotografías, de izquierda a derecha: Keith Richards, Mick Jagger y Ronnie Wood de The Rolling Stones, en Nueva York, en agosto de 2023. (Thea Traff/The New York Times).

En 2022, 17 años después de que los Rolling Stones lanzaran su álbum más reciente de canciones originales, Mick Jagger decidió que la banda había titubeado y procrastinado lo suficiente. Las sesiones habían ido y venido, y las canciones inacabadas se acumulaban. Charlie Watts, el baterista de toda la vida y piedra angular rítmica de la banda, había fallecido en 2021, pero la banda siguió de gira, sin material nuevo.

“Nadie cumplía el papel de capataz”, recordó Jagger. “Nadie decía: ‘Esta es la fecha límite’”. Así que el cantante hizo precisamente eso. El resultado es “Hackney Diamonds”, una colección ruidosa, arisca e irredenta de nuevas canciones de una banda que se niega a suavizarse con la edad.

Para el nuevo disco, la asociación compositora, en ocasiones conflictiva, entre Jagger y Keith Richards encontró una manera de realinearse. Cerca del final de las sesiones, incluso lograron terminar de escribir una canción, “Driving Me Too Hard”, juntos en una habitación, como lo habían hecho en sus primeros años.

“Somos una dupla rara”, dijo Richards en una entrevista en video desde la oficina de su mánager en la ciudad de Nueva York, rodeado de mercadería y recuerdos de los Rolling Stones. Su cabello gris estaba recogido con una banda para la cabeza y la portada enmarcada del álbum de 1981, “Tattoo You”, con el rostro tatuado de Jagger, colgaba sobre él. “Lo amo con todo mi corazón y él a mí, y dejémoslo hasta ahí”.

“Hackney Diamonds”, que se lanzará el 20 de octubre, es al mismo tiempo una nueva explosión y una recapitulación. Profundiza en el estilo de larga data de los Stones: vigorosos riffs de guitarra, la voz orgullosamente destemplada de Jagger, fundamentos de blues y la interacción de una guitarra siempre improvisada.

“Ya sabes, es así, pero tal vez podría ir de otra manera”, explicó Richards. “Sin la improvisación, no sería nada en primer lugar. Me refiero a que no hay reglas para el rock 'n' roll. Es la razón por la que existe”.

En un tríptico de tres fotografías, de izquierda a derecha: Keith Richards, Mick Jagger y Ronnie Wood de The Rolling Stones, en Nueva York, en agosto de 2023. (Thea Traff/The New York Times).
En un tríptico de tres fotografías, de izquierda a derecha: Keith Richards, Mick Jagger y Ronnie Wood de The Rolling Stones, en Nueva York, en agosto de 2023. (Thea Traff/The New York Times).

En las nuevas canciones de la banda, Jagger canta sobre la frustración, el anhelo, el escape, la resistencia y la trascendencia. “Angry”, el tema que abre el disco, se mueve entre la conciliación y la exasperación. El tema medio punk “Bite My Head Off” —en el que Paul McCartney toca un bajo distorsionado y punzante— es una reacción contra los intentos de alguien de controlarlo todo. Y la melancólica y campestre “Depending on You” lamenta un romance perdido: “Yo hacía el amor pero tú tenías otros planes”, canta Jagger.

Sin remordimiento alguno, las canciones son orgánicas y están tocadas a mano, no están cuantificadas en una red informática; aceleran y desaceleran con pulso humano. El álbum honra el estatus legendario de la banda, con apariciones especiales de McCartney, Stevie Wonder, Lady Gaga y Elton John.

Jagger se burló de la idea de que los Rolling Stones son una institución. “Es sólo una banda”, afirmó.

Pero Ronnie Wood, el guitarrista que se unió en 1975, valora las seis décadas de continuidad de la banda. “Eso ha sido lo mío todos estos años, mantener mi institución en funcionamiento”, afirmó en una entrevista en video desde su departamento en Barcelona, España. “Cuando Mick y Keith se peleaban, hacía todo lo posible para que se reconciliaran, o al menos que hablaran y que los motores volvieran a rugir”.

El título del disco proviene de la jerga londinense. Hackney es un municipio del este de Londres que durante mucho tiempo tuvo una mala reputación, aunque últimamente se ha vuelto más sofisticado. Wood explicó que los “diamantes de Hackney” son fragmentos de vidrios rotos de los parabrisas de los automóviles después de que los robos los dejan, en una palabra, destrozados.

“Muchas de las canciones del álbum tienen esa explosión”, señaló Wood. “Este es un álbum que realmente te grita en la cara”.

Durante la creación del disco, la banda recuperó “un sentido de urgencia”, aseguró Jagger en una entrevista en video desde París, con pinturas de elegantes nobles franceses en la pared detrás de él. Por supuesto, los antiguos miembros de los Rolling Stones —Jagger, de 80 años, Richards, de 79 y Wood, de 76— no se estaban volviendo más jóvenes.

Jagger contó que también se había dado cuenta de que “necesitábamos involucrar a alguien que pudiera sacar el látigo”.

Ese alguien fue Andrew Watt, quien ganó un Grammy como productor del año en 2021. Watt, de 32 años, ha creado éxitos pop con Miley Cyrus y Justin Bieber y ha revolucionado álbumes de etapa final de la carrera de Ozzy Osbourne e Iggy Pop. Además, Watt es guitarrista y fanático de los Rolling Stones y ha estudiado todos los temas del catálogo de la banda.

Como productor, estuvo “orientado a los resultados”, dijo Watt. “Yo era el recién llegado. Así que no tenía todo el bagaje que viene con una banda que ha trabajado junta por más de 60 años. Hay mucha historia entre todas las personas en la sala, especialmente entre Mick y Keith. Así que la única manera que se me ocurrió de navegar mejor esas aguas fue moverme con rapidez”.

Después de años de sesiones inconclusas y de dudas acomplejadas, los Stones crearon “Hackney Diamonds” en lo que Richards llamó “una guerra relámpago”: en cuestión de meses en lugar de años.

“Trabajamos rápido, pero esa era la idea”, afirmó y agregó, riendo: “Aún me estoy recuperando”.

El ajustado calendario de grabación hizo a un lado las dudas, afirmó Jagger. “Nos gusta hacer cuatro o cinco tomas. Decimos, ‘OK’ y seguimos adelante”, relató. “Así que nadie tuvo tiempo de pensar en realidad: ‘Bueno, ¿es esta una buena canción? ¿Deberíamos haber grabado esta canción?’, porque me vuelvo introspectivo, ya sabes. ¿Es esta canción tan buena como la otra? ¿Es esta canción similar a otra que ya hice? Puedes descubrirlo luego. Sigamos avanzando”.

Se pospuso una gira, retrasada por las demoras en la fabricación de los vinilos y por los estadios que ya estaban reservados para las giras de Beyoncé y Taylor Swift. Pero el álbum se completó; de hecho, ya para el 14 de febrero estaba grabado, aunque no completamente mezclado.

Jagger dijo: “Creo que nos llevamos muy bien en este disco. Por supuesto que tenemos desacuerdos sobre cómo deberían ser las cosas, pero creo que eso es bastante normal. A veces siento que Keith piensa que me gusta todo demasiado rápido. Pero sé lo rápidos que deberían ser, porque soy una persona totalmente orientada al ritmo”.

También lo es Richards. “El ritmo es lo más importante en tu maldita vida”, aseguró Richards. “Mucho de lo que escuchas no es lo que escuchas, es lo que sientes. Y eso es una cuestión de ritmo”.

El ritmo de los Stones se fundó en Watts, quien falleció a los 80 años. “Habría habido unos Rolling Stones sin Charlie Watts, pero sin Charlie Watts no habrían existido Los Rolling Stones”, afirmó Richards. “Fue uno de los tipos más cordiales que conocí, muy tolerante con los demás. En realidad, evitó que yo asesinara a algunas personas. Ahorita que pensé en su nombre, comencé a sollozar. Gracias por hacerme llorar”.

El último álbum completo de Watts con la banda fue “Blue & Lonesome”, un conjunto de versiones de blues, en 2016. Pero la batería de Watts, de sesiones con el productor anterior de los Stones, Don Was, impulsa dos canciones de “Hackney Diamonds”. Una de ellas, “Live by the Sword”, también incluye al bajista original retirado de los Stones, Bill Wyman, y un piano honky tonk a dos puños de Elton John.

Cuando los problemas de salud de Watts impidieron que siguiera tocando, los Rolling Stones continuaron la gira con un nuevo baterista: Steve Jordan, que Watts le había recomendado a Richards en la década de 1980, cuando Richards fundó X-Pensive Winos.

“Charlie era como un espectáculo de fuegos artificiales y Steve es como un tren”, dijo Wood. “Con el fallecimiento de Charlie y el testigo entregado a Steve Jordan por parte de Charlie, fue un momento muy especial. Estábamos ensayando en Boston cuando Charlie falleció. Estábamos ensayando cuando nos enteramos, y teníamos un día libre. Entonces pensamos: Charlie no querría que nos quedáramos sentados ahí todos deprimidos. Así que volvimos de inmediato al trabajo y continuamos, mantuvimos la llama encendida”.

c.2023 The New York Times Company