Rodolfo Canicoba Corral: el juez amigo del poder que lleva una vida de lujo

Dejará Comodoro Py a fin de mes tras 27 años como juez; en los últimos siete meses favoreció con medidas al oficialismo

En los últimos siete meses de su carrera como juez federal, Rodolfo Canicoba Corral alivianó parte de la carga del oficialismo en los tribunales. Sobreseyó al exsecretario de Legal y Técnica y actual Procurador del Tesoro, Carlos Zannini, por enriquecimiento ilícito y salvó en otras causas por el mismo delito al extitular de la AFIP, Ricardo Echegaray y al exembajador kirchnerista en Madrid, Carlos Bettini. También el ministro del Interior Eduardo "Wado" De Pedro fue sobreseído semanas atrás por el juez, en una causa en la que se lo investigaba por gastos de viajes de Cristina Kirchner. Dos semanas antes de pedir su jubilación, el magistrado citó a indagatoria a exministros del macrismo por la causa de los peajes.

Pero Canicoba Corral siempre estuvo al tono con el clima de época, porque durante la gestión de Mauricio Macri fue el juez que sobreseyó al ex titular de la AFI, Gustavo Arribas, por la transferencia que había recibido de un valijero del Lava Jato. Lo decidió antes de que llegaran los exhortos que había enviado a Brasil. También dispuso la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), de Omar "Caballo" Suárez, en un momento donde el macrismo estaba en plena cruzada contra los gremialistas. El juez avaló la designación de su cuñado y del hijastro de un amigo suyo en la obra social del gremio. El por entonces ministro de Trabajo, Jorge Triaca, logró el desembarco en el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) de su cuñado y de su empleada doméstica, un escándalo que marcó a fuego su gestión.

Canicoba Corral está a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 6 desde 1993. Por entonces no había Consejo de la Magistratura y las designaciones las decidía el presidente con acuerdo del Senado. La causa más relevante que tramitó su juzgado fue la investigación sobre el atentado a la AMIA, un expediente que heredó en 2003 tras el apartamiento del exjuez Juan José Galeano. Días antes de que pidiera su jubilación, la Cámara Federal había exhortado al juez a que redoble esfuerzos para llegar a los terroristas, al prorrogar por otros seis meses la instrucción de la causa, que lleva 26 años.

Estilo de vida

Canicoba se declara como uno de los jueces más austeros de Comodoro Py: informó $4,8 millones en su última declaración jurada de 2018. Pero su nivel de vida no está reflejado en esos papeles. El magistrado vive en una mansión en Vicente López, suele pasar los fines de semana en Punta del Este -a veces en viajes exprés gracias a la comodidad de jets privados-, tiene permiso para manejar varios vehículos de alta gama y alquila una casona de 1700 metros cuadrados en un exclusivo barrio privado, un alquiler valuado en US$3200 dólares por mes.

El juez forjó amistades duraderas con hombres de la política y poderosos empresarios, vínculos que le facilitaron parte de sus lujos, según él mismo explicó. En los 90 conformó -según recuerdan quienes los vieron en los pasillos de los tribunales- un trío inseparable con el ex camarista Eduardo "Chiche" Freiler y con Guillermo René Scarcella, un profesor de tenis que había recalado en el juzgado del por entonces juez Carlos Branca. Scarcella terminó investigado por lavado de dinero por la UIF, pero en aquellos años vendía pantalones de vestir en los tribunales para ganar unos pesos extra.

Canicoba y Scarcella solían organizar cenas en El Paraíso en la Costanera y eran una pareja imbatible en la "Rody Cup", una campeonato de truco organizado por el hermano del juez Ariel Lijo y del que participaban otros magistrados, fiscales, políticos y empresarios. No era extraño que, en esas reuniones de amigos, apareciera Daniel Scioli, quien luego nombraría a Scarcella como funcionario en la provincia.

El vínculo de Canicoba y Scarcella fue más allá de las tertulias nocturnas. La esposa del juez, Viviana Tejada, ganó millones de pesos con una concesión para el envoltorio de valijas en los aeropuertos, entre 2009 y 2013, con una firma que después pasaría a manos de Scarcella. Un mes después de que Tejada diera un paso al costado en el negocio de las valijas, Canicoba Corral recibió una denuncia contra los ejecutivos de Aeropuertos Argentina 2000, el holding que le había otorgado la concesión a su esposa. El juez los sobreseyó dos veces. "Son sus negocios, yo no los manejo", dijo el juez a LA NACION en alusión al emprendimiento de su esposa.

Canicoba siempre justificó su nivel de vida a los ingresos de su esposa, una empleada del Poder Judicial que trabajó con el magistrado en Comodoro Py y luego montó su propio estudio jurídico. El matrimonio es dueño de por lo menos tres propiedades: un semipiso en la zona más exclusiva de Palermo, un terreno en Uruguay y una casona en Vicente López, donde viven. Los inmuebles aparecen casi completamente a nombre de Tejada.

Canicoba y su esposa compraron la casa de Vicente López el 15 de noviembre de 2010. Sobre la calle Monasterio es una mansión de 1214 m2 que abarca tres direcciones (1643, 1651 y 1661), según se desprende de los registros catastrales. La casona tiene un valor aproximado de mercado de U$1.250.000. Tejada adquirió el 80% de la propiedad y el juez declaró el 20% restante.

La propiedad era de la compañía La Caja de Seguros SA, una firma de la familia Werthein. Canicoba y Tejada pagaron la casa con un préstamo que facilitó la propia empresa que les vendió la mansión.

Además, el juez y su mujer invirtieron en un haras, que pusieron a nombre de su hija de por entonces menor de edad, según registros oficiales a los que accedió LA NACION. En 2018, según el programa Periodismo Para Todos, el juez celebró una fiesta de 15 para su hija en el exclusivo Tattersall de Palermo, que habría costado $3,5 millones de entonces.

Tampoco el juez necesitó declarar como propios la flota de autos de alta gama que pudo utilizar en los últimos años. Canicoba tuvo cédula azul para conducir un Volvo C70 T5 descapotable modelo 2008 y una Kia Carnival EX2.2 CDRI modelo 2017 a nombre de su esposa. Amante de las motos, un hobby que comparte con su hijo Jerónimo, esa pasión lo acercó a importantes hombres de negocios. El empresario farmacéutico Alberto Serventich, uno de los accionistas de Laboratorios Richmond, extendió en noviembre de 2015 cédulas azules para que tanto el juez como dos de sus hijos manejen una BMW R1200GS, una moto cotizada en US$30.000.

La amistad con empresarios de alto perfil también le permitieron al juez disfrutar de la comodidad de los jets privados para viajar los fines de semana a Uruguay. El juez se subió a más de 20 vuelos privados que, en algunos casos, le facilitaron empresarios cercanos. En febrero de 2018 fue a Punta del Este en una nave a nombre de Adams Aviation Services Inc Trustee, una sociedad que opera el empresario hotelero Pablo Elías, otro de los compañeros de truco del juez. Otro ejemplo: en septiembre de 2008, Canicoba Corral se subió al avión Dassault Falcon 20, un nave que estaba a nombre de La Estrella Compañía de Seguros SA, una compañía vinculada a la familia Werthein.

El sueldo de Canicoba Corral como juez -único ingreso personal que, a excepción de la actividad docente, puede acreditar un magistrado- asciende a unos $370.000 mensuales, más un extra por la subrogancia de un segundo juzgado, según fuentes tribunalicias. "Pareciera que mi mujer no pudiera haber tenido más ingresos económicos que el marido; su labor es menospreciada para hacerla aparecer como una mera acompañante de este magistrado, rayanos en una discriminación de género", escribió el juez cuando tuvo que defenderse en el Consejo, que lo investigó por presuntos sobornos, sobresueldos y por su crecimiento patrimonial.

Esas acusaciones en el Consejo de la Magistratura no prosperaron. El juez se irá sin que nadie investigue su patrimonio y obtendrá una jubilación que podría estar por encima de los $300.000.