River vive días cruciales, busca consolidarse en la Copa de la Liga y cómo viajará a Venezuela para el debut en la Libertadores
Dejar atrás el sacudón del viernes pasado. Ese es el objetivo de River para los próximos dos partidos que marcarán el pulso del ánimo de un equipo que sufrió un cachetazo inesperado. Luego del 0-4 en el amistoso con Independiente Rivadavia que encendió las alarmas y modificó los planes de trabajo de la semana, el Millonario visitará este viernes a Huracán para solidificarse en la cima de la Zona A de la Copa de la Liga Profesional y luego pondrá su cabeza en el gran objetivo del semestre: la Copa Libertadores, que le ofrecerá un incómodo debut en Venezuela el próximo martes .
La semana de trabajo comenzó agitada después de la decisión de Martín Demichelis de cancelar el fin de semana libre tras el golpazo en Mendoza, donde un equipo alternativo cayó de manera estrepitosa. El cambio, que incluyó un solo día de descanso el lunes y que obligó a algunos futbolistas a modificar planes familiares, generó una explosión mediática inesperada, que hasta el propio secretario técnico Leonardo Ponzio eligió aclarar. “A veces hay que tomar decisiones para seguir encaminados en lo que queremos y la decisión fue volver a entrenar después de ese partido para sacarse lo que habíamos vivido. A veces, cuando te dicen como jugador de fútbol que tenías algo y después no lo tenés, te enojás, pero después hacés una reflexión y la realidad es que me iba a dar vergüenza tener dos días libres después de lo que había sucedido. Fue la mejor decisión. Después los chicos se entrenaron de manera fenomenal ”, aclaró Ponzio, en Radio Continental.
Es que un nuevo rumor instalado sobre un conflicto interno en el vestuario tras el partido, a raíz de supuestas quejas de algunos futbolistas por la decisión del DT, volvió a generar un inesperado foco de tensión. Según pudo saber LA NACION, tanto en el entretiempo como al finalizar el partido hubo una charla intensa y vehemente del entrenador por el nivel colectivo del equipo y, concretado el 0-4, avisó el cambio de planes: a pesar de que estaba planificado que tanto sábado como domingo serían jornadas libres, Demichelis les comunicó a los jugadores que se iban a entrenar (el plantel ya había tenido descanso lunes y martes de esa semana y el miércoles no pudo trabajar por las lluvias). El cambio generó algún malestar puntual de los jugadores que ya tenían organizados los días de descanso con sus familiares, pero la situación no fue conflictiva. Los futbolistas comprendieron que el rendimiento ni siquiera generaba ánimos para disfrutar esos días, y el fin de semana se realizaron dos entrenamientos que, puertas para adentro, aseguran que tuvieron la misma dinámica positiva del último tiempo .
“Nadie se esperaba ese resultado, porque el resultado te mueve. Pero después te pones a hablar con Martín y él saca sus propias conclusiones. Yo hablé con los más grandes para que tomemos conciencia de que estos partidos marcan a muchos. Estos amistosos te dan la posibilidad de meterse en un once. Te marcan para bien o para mal”, contó Ponzio. Y agregó: “Fue un partido en el medio del torneo, venías de salir campeón, de quedar primero y de ganar de local, pero después de ese partido parece que todo eso no sirve. Todo partido con esta camiseta se tiene que ganar , o hay que hacer las cosas prolijas, volvemos contentos en el avión y, al otro día, empezamos a entrenar”.
De esta manera, y para bajar pequeñas tensiones externas e internas, River sabe que necesita un resultado positivo para sostener su invicto oficial actual de 17 partidos y consolidarse entre los cuatro clasificados en la Copa de la Liga. Para esto, Demichelis recuperó el miércoles a Claudio Echeverri y Pablo Solari, quienes regresaron de México tras jugar dos amistosos en la Fecha FIFA con el Sub-23, y ambos integrarían la nómina de convocados, sin descanso previo al debut copero. En tanto, Franco Armani, Nicolás Fonseca y Paulo Díaz recién se sumarán este jueves, por lo que únicamente el arquero de la selección argentina sería titular .
De los once futbolistas que fueron de la partida en la caída en Mendoza una semana atrás, Sebastián Boselli o David Martínez en la zaga y Facundo Colidio en la delantera podrían ser de la partida, aunque el entrenador evaluará también a Solari para acompañar a Miguel Borja. De esta manera, River entraría al Palacio Ducó con Armani; Herrera, González Pirez, Boselli o Martínez y Enzo Díaz; Aliendro y Villagra; Nacho Fernández y Barco; Solari o Colidio y Borja. Tanto Ramiro Funes Mori (sinovitis en la rodilla) como Franco Mastantuono (distensión en el recto anterior de la pierna derecha) no podrán ser tenidos en cuenta.
Una vez finalizado el juego en Parque Patricios, la cabeza de River se depositará directamente en la Copa Libertadores, ya que el sábado tendrá su único entrenamiento antes de la expedición a Venezuela. Debido a las restricciones que impuso el gobierno de Nicolás Maduro a los aviones con matrícula argentina, que tienen prohibido sobrevolar el espacio aéreo venezolano, el Millonario irá en chárter el domingo por la mañana rumbo a Cúcuta, Colombia, y al aterrizar se trasladará en ómnibus rumbo a San Cristóbal, ciudad donde jugará el martes a las 21.30 ante Deportivo Táchira en el Polideportivo de Pueblo Nuevo.
Cúcuta está ubicada en la cercanía de la frontera con Venezuela, a unos 50 kilómetros de San Cristóbal. Desde allí, la delegación se tomará un ómnibus que cruzará una zona montañosa en un viaje de al menos una hora y media de duración. Ya el domingo por la noche descansará en Venezuela y el lunes se entrenará en una cancha ubicada a 40 kilómetros de la ciudad con una particularidad: es de césped sintético, ya que no hay de césped natural. Aunque el Millonario todavía se enfoca en la clasificación de la Copa de la Liga, la Copa Libertadores, con todos sus condimentos, ya se empieza a jugar.