MAR DEL PLATA.- La resignación y la ilusión se cruzan por una y otra mano de la Autovía 2 en el acceso a esta ciudad. Los autos con turistas que se van, desconsolados, cargados con heladeras plásticas y reposeras que casi no pudieron tocar la arena en toda la semana. Otros, aún con pronóstico malo para los próximos días, avanzan hacia la costa y se juegan la carta de tener pronto la chance de disfrutar de las playas como corresponde, ya sin remeras ni abrigos como los que se ven desde hace días, a orillas del mar.

Es verano, al menos así lo ratifica el almanaque. Y algún día tendrá que salir a escena. Esa función sigue postergada y el cambio de estación casi no se notó. Salvo un buen rato de sol durante el último sábado de diciembre, el cierre de 2024 y el arranque de este año fue un solo de nubarrones, varias lluvias y temperaturas otoñales. Llamarles primaverales sonaría a elogio exagerado. Este sábado por la tarde Mar del Plata registraba 18,3°C, una marca por debajo de los destinos patagónicos como Río Gallegos y El Calafate y solo por encima de Río Grande y Ushuaia.

Entonces hay obligados cambios de planes y gastos. Y lo que se ahorra en protector solar se va en un paseo de compras por algún centro comercial. El presupuesto que estaba reservado para algún alquiler de carpa o sombrilla en un balneario se convierte en ticket para el teatro o el circo. El reposo sobre una lona en busca de bronceado se cambia por una caminata por la Banquina de Pescadores.

“No es solo perder días de playa, sino también dinero, porque entretener a los chicos se hace más caro”, explica Sandra Valenzuela, llegada desde Tucumán con su esposo y sus tres hijos. Habían alquilado un departamento hace dos meses. “Llegamos la noche de Año Nuevo, no podemos creer que casi no pudimos meternos al mar”, contaron a LA NACIÓN.

De los peores en años

El mal tiempo ha sido el común denominador. Diciembre fue, casi de punta a punta, de los peores en años. El arranque de este 2025, ni hablar. Salió a la cancha entre lluvias, vientos y hasta granizo y todavía no dio una sola señal de subirse al carril que lleva al buen tiempo, una estación que no termina de quedar a la vista en el horizonte cercano. “Recién después de Reyes”, apunta un experto en meteorología y solo asegura mejores temperaturas, en camino hacia los 30°C. ¿Sol? Habrá que ver para creer.

Esto es un verdadero drama para algunos negocios del turismo, en particular el de los servicios de playa. Los paradores hacen base con los alquileres temporarios de los marplatenses, que representan más del 60% de la clientela que alquila sombra. Pero la demanda por día o períodos cortos se esfumó. Allí el golpe más duro es para quienes están al frente de locales, que venden desde comidas hasta trajes de baño. Invirtieron mucho y por ahora la venta es a cuentagotas.

El problema no pasa tanto por la cantidad de turismo que recibe la ciudad. A pesar del contexto, los números son buenos de la mano de los que eligieron fecha y definieron reservas con bastante anticipación. “El rival hoy no es Brasil, sino el tiempo”, afirma un hotelero que tiene el 60% de habitaciones ocupadas este fin de semana. “Me faltan los ‘sin reserva’, los que resuelven el viaje con el pronóstico meteorológico en mano y la malla puesta”, apunta.

Aquí hay expectativas de que una garantía de sol de corrido reactivará pronto esas escapadas espontáneas que en su mayoría tienen punto de origen en el área metropolitana y el Gran Buenos Aires. Un fenómeno que se advierte mucho en temporada baja y se afirmó durante los últimos veranos. También hay buenas señales para la segunda quincena de enero, siempre la más demandada.

Otras propuestas

Y al mal tiempo, buenos resultados en las boleterías de propuestas recreativas fuera de la playa. El teatro, por ejemplo, completó casi cuatro semanas de diciembre con más tickets vendidos y con más cantidad de funciones que en el mismo período del año pasado. Así lo confirmó el empresario teatral Carlos Rottemberg, que vincula estos muy buenos números no solo con la presencia de turismo, sino con la política de “Precios amigables”, que fijó valores tope y para toda la temporada.

Juan Manuel Cechetto, encargado de la muestra Viven dinosaurios, es de los sorprendidos por la cantidad de público que vienen recibiendo, con un fuerte protagonismo de niños y adolescentes. “Anticipamos cuatro horas la apertura porque no hay tanta opción de playa y la demanda que teníamos era muy importante”, explicó a LA NACIÓN sobre las jornadas que ahora empiezan a las 10 en lugar de las 14, siempre hasta las 22. “El mal tiempo esta vez ha jugado a nuestro favor”, detalló sobre esta propuesta con 30 dinosaurios animatrónicos presentados a tamaño real.

El puerto es otro gran foco de demanda cuando el cielo es un solo de grises y se asocia con algo de viento. Había colas en restaurantes, mucha gente por el paseo que lleva hasta el amarre de las clásicas lanchas amarillas y estaba cubierta con capacidad completa de pasajeros una de las varias salidas que hace el crucero Anamora.

“Esta vez nos está tocando trabajar mejor a nosotros y estamos funcionando muy bien, con mucha gente”, reconoció Eduardo Mayer, responsable de esta embarcación de paseo y presidente de la Cámara de la Recreación de Mar del Plata. “Ya va a llegar el sol y habrá buen movimiento para todos”, indica a LA NACIÓN, optimista frente a lo que vendrá.

El responsable de un restaurante de la zona de Punta Mogotes también fue contundente al reflejar lo que se está viviendo. “Estamos trabajando a pleno, ahora también de mediodía”, señaló sobre los clientes que, por el mal tiempo, ahora incorporan la salida gastronómica también en el horario del almuerzo.