El riesgo de que el juicio del asesino de Parkland sea un circo | Carta del Lector

¿Existe la libertad en valor absoluto? O como dice Massiel, es más fácil encontrar rosas en el mar. El hombre, tan sólo bioquímica y electricidad, se considera libre, como dijo un filósofo, porque es dueño de su voluntad, pero desconoce los factores internos que le llevan a tomar una actitud determinada.

Nikolas Cruz, nacido el 24 de septiembre de 1998, realizó un acto masivo contra los alumnos de la escuela Marjory Stoneman Douglas High School, el 14 de febrero de 2018, en el que perecieron y fueron heridos infinidad de alumnos y muchos hogares se vistieron de luto por tal acontecimiento y arrastrarán esa pena y esa ausencia mientras vivan.

¿Quiénes conocen los hechos negativos que este muchacho pudo haber percibido desde su más tierna infancia, y sin libertad absoluta, le llevó a perpetuar, guiado por oscuros sentimientos incontrolables, esta terrible matanza? No se trata de justificarlo, ni defender lo indefendible, se trata de tratar de dar luz a este hecho guiado por las más densas nieblas de la psique humana, tan desconocida, que ojalá más nunca se vuelva a cometer.

Han pasado cuatro largos años para que se dé inicio al juicio que, según las leyes de la sociedad en que se vive, han de condenarlo a cadena perpetua o a pena de muerte. En el mismo se han recreado tanto por fiscales, defensores, familiares, testigos, todo el proceso de ese macabro día.

Sin embargo, esto haría recordar a Nerón que para entretener a su pueblo le daba pan y circo. Pues el juicio parece toda una obra de circo, un largometraje de Hollywood, en que se podrían recrear, sentida o masoquistamente, hechos que marcaron para siempre a los familiares y estudiantes de dicha escuela.

Nikolas Cruz se declaró culpable de los 17 cargos que les son imputados. ¿Es necesario montar esta especie de juicio detalladamente? Los jueces ya tienen las evidencias y la declaración de culpabilidad del acusado por lo que estarían en condiciones de, según su formación y cómo percibieron los hechos durante el juicio, dictar sentencia, demostrando que tienen la piedad con Cruz que este no supo, o no pudo tener con sus víctimas.

¿Por qué seguir recreando paso por paso las situaciones de aquel día inolvidable? Sería positivo que a Nikolas Cruz le acaben de sentenciar, bien cadena perpetua en la cual vivirá cada día de su vida con el recuerdo atormentador de los hechos por él cometidos –podría suicidarse-, o la pena de muerte, con la cual, al morir y desintegrarse su cuerpo desaparecerán para él, convertido más tarde en polvo, todo ese pasado atroz.

Quizá, habría que enjuiciar a los vendedores de armas.

Jesús Lázaro, Miami.