Ricardo Salinas Pliego, el empresario que presume éxito en todos lados, menos en el fútbol

Ricardo Salinas Pliego conversando con Alfonso Romo, exjefe de la oficina del presidente López Obrador.  (REUTERS/Henry Romero)
Ricardo Salinas Pliego conversando con Alfonso Romo, exjefe de la oficina del presidente López Obrador. (REUTERS/Henry Romero)

Ricardo Salinas Pliego se define a sí mismo como un 'Constructor de Realidades'. Así nombró su documental. Y ese mote casa a la perfección con la personalidad que muestra en cualquier aparición pública y, sobre todo, en redes sociales, en donde no escatima en insultos, menosprecios y peleas con todo aquel que le cuestione o que tenga una forma de pensar diferente a la de él.

Él suele acudir a un argumento irremediable: que es millonario. Y el dinero, en automático, se convierte en sinónimo de éxito. Pero hay un ámbito en el que Salinas Pliego no ha podido ser exitoso. Y peor todavía: sus resultados lo evidencian como uno de los peores. El futbol es el talón de Aquiles de un empresario que se vanagloria de convertirlo todo en oro.

El fracaso más reciente es el del Mazatlán, equipo de la Primera División de México. En seis torneos, el desempeño de este equipo ha sido tan negativo que ha provocado un hecho insólito: que el Monarcas Morelia, su predecesor, sea extrañado en la Liga MX —cuando en realidad también era un equipo que siempre peleaba en la parte baja de la tabla, pero al menos tenía carisma—.

Ese equipo enmarcó el debut de Grupo Salinas en el futbol mexicano. Fue en 1999 cuando el propietario de TV Azteca decidió adquirir la franquicia del Atlética Morelia. Le cambió el nombre y, además, el escudo (que luego, con la llegada de Internet, se descubrió que era un plagio absoluto del escudo del KSK Maldegem de Bélgica). Todo parecía salirle muy bien a Salinas Pliego al principio: en el Invierno 2000 su equipo salió campeón venciendo al Toluca, el elenco más poderoso de aquella época.

Para ratificar el mito de Rey Midas, Salinas Pliego había aterrizado con el pie derecho. A 22 años de distancia, aquel se cuenta como su único título de Primera División. Morelia fue solamente el más constante de los equipos de Salinas Pliego. No el único: durante casi 24 años años, el empresario también tuvo participación en Veracruz, Jaguares de Chiapas, Puebla y Atlas. En ninguno de esos clubes pasó algo digno de ser contado mientras estuvieron administrados por TV Azteca —Atlas, por ejemplo, consiguió el sueño de campeonar ya lejos de las oficinas del Ajusco—.

Morelia, equipo que durante 21 años fue la carta de presentación de TV Azteca en el futbol, nunca fue un protagonista del futbol mexicano. Apenas, si acaso, un equipo de chispazos. Jugó otras dos finales además de la que ganó a Toluca (había jugado una más en los 80, cuando no era propiedad de Grupo Salinas) y poco más. No se puede hablar de un equipo que marcara época ni que fuera semillero de talento joven mexicano, ni tampoco de una vitrina de jugadores extranjeros generosos con el espectáculo. Se salvaron milagrosamente de descender en el 2017, en la última jornada con un gol agónico.

En 2020 se anunció que Grupo Salinas ya no quería a su equipo en Morelia: lo iban a pasar a Mazatlán, en donde les esperaba un lujoso estadio nuevo. Un futuro mejor, decían. La carismática historia del Morelia llegó a su fin en Primera. Dentro de todo, hubo recuerdos nostálgicos: el camarógrafo que se cayó en pleno gol, las señoras que jugaban cartas en la tribuna ante el aburrimiento provocado por el juego, el gol de escorpión de Luis Ángel Landín. En Internet le llamaron el 'Moreliaverse', porque en cada acontecimiento chusco o surrealista siempre estaba involucrado el Morelia. Ese era su papel (y en una liga tan ávida de entretenimiento, eso es oro), porque deportivamente eran un equipo de tabla baja. Igual que sus sucesores.

En casi tres años, Mazatlán apenas ha jugado una sola vez el repechaje del futbol mexicano y nunca se ha calificado a la Liguilla en la época moderna que más mediocridad destila, cuando ha sido más fácil que nunca entrar a la fase final. Con Rubén Omar Romano, anunciado como nuevo entrenador del club mazatleco, serán cinco los directores técnicos que han pasado por este equipo. A ninguno la ha ido bien. En el actual torneo, el equipo de Salinas Pliego marcha en el último lugar con un antirrécord perfecto: cuatro partidos perdidos de cuatro. También están en el lugar 16 de la tabla porcentual, solo por encima de Juárez y Querétaro.

El empresario no ha tenido problema en aceptar que el futbol no es un negocio rentable para él: "Ha sido un pinche problema, uno tras otro, porque la gente tiene esta idea de que en el futbol se manejan millones y millones; y qué pasa, los técnicos ganan millones y millones, los jugadores igual ganan millones y millones, y los dueños de los equipos son los que pierden los millones y millones, y no alcanza”, dijo en entrevista con Roberto Martínez. No es rentable en lo económico, según su propia valoración, y en el terreno de juego, Salinas Pliego únicamente ha cosechado fracasos.

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