Ricardo Mollo habló del regreso de Divididos al Cosquín Rock y de la chance de sacar nuevo material

"Cuando veníamos a la prueba de sonido me puse una remera de Woodstock, porque es eso. Es la emoción, la sensación de cuando era chico y había un festival y era como todo un acontecimiento inolvidable", le dijo ayer Ricardo Mollo a Rolling Stone sobre el regreso de Divididos al Cosquín Rock, a 15 años de su última presentación. "Para mí sigue teniendo ese mismo sentimiento y sobre todo siendo nacional".

Una hora antes del histórico retorno, Mollo recibió a la revista en el camarín del grupo para hablar sobre cómo encontró la 20° edición del festival, la nueva generación de artistas, los próximos planes de Divididos, y más. Después de la charla, cerca de las 20, subió al Escenario Norte junto con sus compañeros Diego Arnedo y Catriel Ciavarella. Se acercó al borde, estiró su brazo y abrió la palma de su mano para ver si estaba lloviendo. Algunas nubes negras deambulaban por el cielo del Aeródromo Santa María de Punilla, pero al ver que no caía agua, levantó su pulgar en señal de aprobación. A partir de ese momento, en las casi dos horas que siguieron las canciones de Divididos arrasaron al público como un tifón. Desde "Cajita musical", pasando por "El 38", "Amapola del 66", "Paisano de Hurlingham ", hasta "Ala Delta" y los bises con "Crua Chan" y "Nextweek" de Sumo, la aplanadora del rock and roll dio uno de sus espectáculos clásicos de virtuosismo, velocidad y distorsión frente a más de 50 mil personas. Una fórmula que no falla.

¿Por qué ahora se les ocurrió regresar a la 20° edición del Cosquín Rock luego de 15 años de ausencia?

Número redondo. Pasaron muchas cosas y hacía mucho tiempo que no tocábamos en festivales. Así que fue una decisión un poco de arrancar el año con festivales. Hicimos lo de Mar del Plata. Ahora el Cosquín que es un gran momento. Y ahí vamos.

Cambiaron muchas cosas desde que tocaron la última vez. Hay escenarios nuevos, hay música urbana, trap. ¿Cómo ves lo que está pasando?

Creo que es hacía donde tendría que apuntar la humanidad. Porque la diversidad es lo único que nos puede ejercitar la tolerancia a todos y además abrir la cabeza. Me parece que más que nada tiene que ver con eso, no es aceptar, es ver qué están haciendo los otros y qué de eso a vos te puede resonar por simpatía. Para mí es sano.

¿Tenés algún artista que te guste o que estés siguiendo de esta nueva camada?

No, vi cosas interesantes. La otra vez en el Mastai a Wos y me encantó la actitud, la cabeza del pibe. Y que además se manifieste a través de una música que no es la que quizás yo escuché toda la vida. Pero el sostén está muy bien para lo que él está diciendo. Son expresiones nuevas, está buenísimo.

Más allá de la música urbana ¿Algún guitarrista que te haya llamado la atención?

Guitarristas un montón. Patito Sardelli -de Airbag- toca muy bien la guitarra, ya lo conozco hace muchos años. Pero lo que más hay en este país son buenos guitarristas, bateristas, tecladistas, bajistas. Por ahí lo que estaría bueno es que haya bandas que duren muchos años.

¿Qué recuerdos de su presentación en el Cosquín de 2005 te trajo volver?

El gran momento es que no vamos a tocar a las cuatro y media de la mañana. Eso está bueno. La última vez yo andaba en un autito que me habían prestado, un Corsa creo que era. Estaba arriba, en el pan de azúcar y bajé a tocar. Después a las cinco y media, seis de la mañana subí en un estado de mucho sueño, cansancio. El recuerdo que tengo es el de estar amaneciendo y yo manejando ahí entre todas esas curvas que tiene el camino. Son grandes momentos de encontrarse con público y bandas de todo el país. Hay muchas bandas de Buenos Aires, pero hay otras que uno tiene la posibilidad de escucharlas en esta situación.

¿Te acordás cuál fue tu primer festival?

Fue en un cine, porque no había tantas movidas. En Palomar, el cine Helios. El festival de la música moderna. Vi bandas de ese momento, ninguna conocida. Después esporádicamente vi otras bandas en un festival donde aparecieron grupos con integrantes que después fueron parte de otros grupos más conocidos. Te estoy hablando el año 69. Me acuerdo del grupo Memoria, un montón que hoy no existen.

¿Qué tiene Cosquín Rock de particular para vos?

Es un plan perfecto, porque el que tiene ganas de venir a Córdoba, es una provincia con un paisaje y una hermosura. Yo estoy acá desde el martes, vine a pasear, a tomar aire. Es un gran plan para el que le gusta la música y quizás tiene ganas de pasar tiempo con su familia, su pareja, amigos. Ir con una carpa, a la casa de alguien. Y termina en esto que pasa. Ves la gente llegando al lugar y es lindo, es emocionante. Es ceremonial y esas cosas no hay perderlas, un montón de gente que tiene una energía apuntada hacia un lugar. Y eso genera más buena energía. Un momento de encuentro con otro que no sabés quién es pero que podés compartir cosas que te van a construir y a través de tu vida van a ser recuerdos hermosos: "estuvimos en el Cosquín 2020" y por ahí estás hablando en 2040. Yo no lo voy a ver (risas).

¿Qué están haciendo ahora con Divididos además de estas fechas? Están regrabando su discografía?

No, hicimos nuestro primer disco 40 Dibujos ahí en el piso, que ahora se llama Haciendo cosas raras, por cuestiones legales tiene otro nombre y otra portada. Pero creo que después de haber terminado eso empezamos a pensar que por ahí estaría bueno seguir trabajando sobre las ideas que tenemos para un disco nuevo.

Entonces no sigue esa idea. Queda solo 40 Dibujos regrabado...

Por ahora sí. Por ahí mañana no (risas). Hoy estamos más para juntarnos en la sala a sacar las cosas nuevas que tenemos. Ya hay dos temas terminados con letra y habría que tocarlos mucho para empezar a pensar en grabarlos.

¿Hay alguna fecha de cierre?

No, nunca más. Las fechas son solo presión y después terminan sucediendo las cosas cuando realmente van a suceder.

¿La idea es hacer un disco o sacar esas canciones sueltas?

Solas se van a ir juntando en algún lado y van a terminar siendo un disco, que hoy no funciona como formato lamentablemente para mí. Pero que quizás en algún momento sí. Es hacer canciones. Es un proyecto poco ambicioso, es simplemente tenemos ganas de grabar este tema, y lo hacemos.

¿Qué otros planes tienen para este año?

Lo que venga. Seguir tocando, eso siempre. El Teatro de Flores, que es nuestro lugar, así fetiche si se quiere. Tocamos en Rosario a mediados de marzo -el 21/3- y después hay una posibilidad de ir a Chile y otras cosas que van saliendo y que vamos analizando. Hacer cosas que nos gusten y que estén bien.