Revelan la verdadera identidad de una mujer que se suicidó en Texas en 2010

El día de Nochebuena de 2015, Erica Lori Ruff condujo hasta la entrada de la casa familiar y se pegó un tiro. Dejó una nota de suicidio de 11 páginas, en la cual no hacía la menor referencia al mayor secreto de su vida.

No se llamaba Erica Lori. Nunca fue la mujer que dijo ser.

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Lori Erica Ruff. Foto: Fox News

Y no fue hasta sus suegros encontraron una caja de seguridad escondida en el interior del armario del dormitorio que emergió la extraordinaria historia.

En la caja -que la mujer le había pedido a su esposo que no tocara-, estaban una serie de papeles que dejaron al descubierto las diferentes identidades que había adoptado.

Con la destreza de una espía de primera clase, fue adoptando identidades y borrando su pasado.

En mayo de 1988, la mujer solicitó en California el certificado de nacimiento de una niña de 2 años de edad, Becky Sue Turner, quien murió en un incendio de 1971 en una casa en Fife, Washington. Usó la partida de nacimiento para obtener una tarjeta de identificación válida en Idaho con el nombre de Becky Sue Turner, expedida el 16 de junio de 1988.

En julio de 1988 se mudó a Dallas, donde, según documentos judiciales, cambió su nombre a Lori Erica Kennedy. Días más tarde, solicitó y recibió un número de Seguridad Social y así obtuvo una licencia de conducir de Texas en 1989, a los 19 años.

Se inscribió en una universidad comunitaria de Dallas en 1990 y se graduó de la Universidad de Texas en Arlington con un título en administración de empresas en 1997.

En el momento en que se casó con Jon Blakely “Blake” Ruff, de Longview, Texas, en enero de 2004, su identificación falsa era sólida. Se mudaron a Leonard, a unas 60 millas al noreste de Dallas.

Sólo ahora -seis años después de la muerte de la mujer- Joseph Velling, un investigador de la Seguridad Social y genealogista forense resolvió el misterio de su identidad.

Velling reveló que la mujer era Kimberly McLean, una adolescente que huyó de la casa de su madre en Pennsylvania en 1986.

El investigador apeló a Colleen Fitzpatrick, un genealogista forense, quien tomó una muestra del ADN de la hija que “Lori” y Blake tuvieron en 2008. Fue enviada a las compañías 23andMe y Ancestry.com, que identificaron un parentesco con Michael Cassidy, en Filadelfia.

Cuando Velling fue a ver al hombre y le mostró la foto de “Lori”, este la identificó de inmediato. La tía del hombre, Deanne, era la madre de Kimberly.

Tras el divorcio de sus padres, Deanne se casó con otro hombre, pero Kimberly nunca se adaptó a esa nueva vida. A los 18 años huyó de la casa, advirtiendo a su madre que no la buscara nunca más.

Deanne, ahora con 80 años, también se hizo la prueba de ADN que confirmó su relación con Lori -o más bien, con su hija desaparecida Kimberly.