El retroceso del glaciar Ventisquero Negro creó un nuevo lago que ya tiene 70 metros de profundidad

El Ventisquero Negro es uno de los doce glaciares del Monte Tronador
El Ventisquero Negro es uno de los doce glaciares del Monte Tronador - Créditos: @Esteban

SAN CARLOS DE BARILOCHE.– El acelerado deshielo provocado por el cambio climático ha derivado en la creación de un nuevo espejo de agua a 80 km de esta ciudad: el retroceso del glaciar Ventisquero Negro, uno de los doce glaciares del Monte Tronador (3475 m), creó un nuevo lago que ya tiene 70 metros de profundidad.

Hace dos años, un estudio del Instituto Federal Suizo de Ciencias y Tecnologías del Agua, la Universidad de Zurich y la Oficina Federal del Medioambiente constató la creación de unos 1200 lagos nuevos en los Alpes suizos por el deshielo de los glaciares.

En aquel momento, los investigadores advertían que, entre 2006 y 2012, la formación de los nuevos lagos se aceleró significativamente: la “prueba evidente del cambio climático en los Alpes” supuso la aparición de 18 lagos cada año y la ampliación anual de las zonas acuáticas con más de 400 m².

En el hemisferio sur, diversos expertos han venido trabajando para estimar el espesor y el volumen de los glaciares del Monte Tronador, un estratovolcán extinto situado en los Andes de la Patagonia Norte a lo largo de la frontera entre Argentina y Chile. Sus laderas superiores albergan una de las cubiertas de hielo contiguas más extensas de la región.

De acuerdo a las conclusiones publicadas en 2020 por un grupo de investigadores del Conicet junto a colegas de Chile y Canadá, los glaciares del Tronador tienen un espesor promedio de 75 metros, aunque en algunos casos superan los 240 metros. En conjunto tienen un volumen de hielo de 4,8 km³. De todos modos, todos ellos están en retroceso.

“Estamos viviendo una época de un gran cambio climático producto de la generación de gases de efecto invernadero. El cambio climático acelera muchos procesos debido a que hay incrementos en la temperatura y cambios en las precipitaciones”, explica a LA NACION Beatriz Modenutti, doctora en Ciencias Naturales y licenciada en Zoología.

La investigadora del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA), dependiente del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue, agrega que, en las regiones montañosas, esos cambios se visualizan fundamentalmente en los glaciares. El casquete del Tronador es uno de los más al norte en la Patagonia, se ubica a 41° de latitud sur.

Modenutti señala que desde hace mucho tiempo se viene viendo una profunda retracción glaciaria, derivada del cambio climático: “Eso lleva a que los glaciares grandes disminuyan su volumen y los más chicos se pierdan. Algunos de estos glaciares van a devenir, de acuerdo a su ubicación en la montaña, en lagos, como es el caso del Ventisquero Negro, que conformó un lago sobre todo en los últimos tiempos”.

Glaciar de valle

En forma general, los glaciares pueden clasificarse en dos tipos: los glaciares de valle, que descienden desde la parte alta de la montaña hasta el inferior de los valles, y los glaciares de montaña, que solo se encuentran en la parte alta. El Ventisquero Negro es un glaciar de valle y su retroceso tiene una velocidad mayor.

Al pie del glaciar Ventisquero Negro (un glaciar cubierto de sedimento que deriva del glaciar Manso), el lago homónimo se viene formando desde el año 2005. Si bien al principio era muy pequeño, durante 2009 se produjo un gran fenómeno aluvional por un incremento notable en las precipitaciones.

“Ese fenómeno fue bastante catastrófico: rompió la morrena (depósito) frontal del glaciar y remodeló la cubeta del lago y el valle aguas abajo. Llegaron bloques de hielo hasta Pampa Linda, a unos 6 km. Eso remodeló la cubeta lacustre (el pozo donde está el lago) y el espejo de agua empezó a crecer desde ese momento hasta tener en la actualidad casi 1 km² y 70 metros de profundidad”, afirma Modenutti, que trabaja en el Laboratorio de Limnología.

El espejo de agua en 2009
El espejo de agua en 2009 - Créditos: @Gentileza: Inibioma

Los investigadores de INIBIOMA trabajan desde hace años en la cuenca del Tronador, el río Manso superior y el lago Mascardi, y venían advirtiendo cambios. De hecho, en 2013 publicaron un trabajo en el que demostraron que había modificaciones producto de la retracción glaciaria: notaron cambios, por ejemplo, en el nivel de transparencia del lago Mascardi, que modifica, a su vez, la manera en que se organiza la comunidad de plancton, organismos que se encuentran en suspensión en la columna de agua.

“Y en el lago Ventisquero Negro venimos trabajando de manera continuada desde 2012. Desde el punto de vista científico, es una oportunidad increíble porque estamos viendo cómo se conforman los organismos del lago. El nuevo espejo de agua todavía está conectado al glaciar, entonces recibe una fuerte influencia. Estudiamos cómo se están conformando y organizando los organismos que van a poblar este lago híper-joven”, destaca la doctora en ciencias naturales.

En tanto, los expertos ponen el acento en la necesidad de brindar información a los turistas y locales, así como crear conciencia medioambiental. En la base del Tronador, los visitantes pueden acceder a un mirador hacia el Ventisquero Negro. Si bien hay cartelería que advierte sobre la prohibición de bajar al lago, la transgresión es habitual.

“Todos estos ecosistemas están sufriendo. Está prohibido descender desde el mirador y lo hacen igual, sin tomar conciencia de que los seres humanos somos agentes contaminantes y generadores de disturbios que agravan aún más la situación del cambio climático”, puntualiza Modenutti.

Y cierra: “El glaciar es un ecosistema vivo, no es hielo inerte. Está lleno de microorganismos. Estamos en presencia de un momento de profundos cambios. Esa enorme biodiversidad se va a perder por el cambio climático. Muchos de esos organismos ahora son los primeros colonizadores de ese lago que se formó hace poco, y a muchos otros no vamos a llegar a conocerlos”.