Restaurante de Fresno, favorito por décadas, revela su secreto para retener clientes
Uniquely es una serie de Fresno Bee que cubre los momentos, lugares y personalidades que definen lo que hace que vivir en el área de Fresno sea tan especial.
Un jueves por la mañana a finales de junio, Pete González apoyó su bicicleta de carretera contra la pared de ladrillo rojo de Adrian’s Mexican Food, se acercó a la ventanilla de servicio e hizo su pedido habitual: un burrito de chile verde y un taco de carne deshebrada.
González, originario de Fresno y criado a unas manzanas del restaurante, cerca de Romain Park, recorrió en bicicleta más de cuatro millas desde su casa actual, cerca del centro comercial Fashion Fair, para almorzar en Adrian’s, donde es cliente habitual desde hace 30 o 40 años.
Después de todo, dijo, sirve “lo más parecido a comida casera que hay en la ciudad”.
Situado entre una tienda de llantas y una de productos de tabaco, Adrian’s es un negocio sin adornos que solo admite dinero en efectivo. No hay sitio para sentarse. El mostrador está protegido por ventanas de hierro forjado.
Pero Adrian’s es una institución en Fresno. Este negocio familiar de 44 años es famoso por sus tortillas de harina hechas a mano, sus burritos para el desayuno y su sencilla pero adictiva salsa roja.
“Mucha gente lleva años viniendo aquí”, dice González.
Una tarde cualquiera, jornaleros, familias y transeúntes se agolpan en el estacionamiento del Adrian’s, devorando burritos en el mostrador o tomando horchata mientras esperan sus pedidos. Otros comen en sus autos.
En la actualidad, Yolanda (Ruiz) Díaz administra el restaurante con su familia, un negocio que ha pertenecido a la familia Ruiz desde que su padre lo compró a los propietarios originales a principios de los noventa.
“Ver a los clientes habituales todos los días me hace feliz”, dice Díaz. “Y tener a la familia junta, trabajando juntos”.
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Uno de estos clientes habituales es Luis Medina, vecino en Sanger, quien un jueves de finales de junio estaba junto a la acera de Belmont con su compañero de trabajo mientras esperaba su burrito de asada, el mismo burrito que lleva pidiendo desde hace 20 años. (Su compañero pidió una chimichanga).
Aparte de su pedido habitual, a Medina le gusta Adrian’s porque la horchata no es demasiado dulce. “Está en su punto”, dice.
¿Cuándo abrió Adrian’s en Fresno?
Los dueños originales estiman que Adrian’s abrió en 1979.
Antes de eso, era un negocio de hamburguesas llamado Western Burger, recordó la antigua propietaria de Adrian’s, Tomasa Bonilla. Su primo llevaba el negocio de hamburguesas y su madre, Felicitas (Phyllis), ayudaba a administrarlo.
Al cabo de unos años, su primo se cansó de llevar la hamburguesería. Fue entonces cuando Bonilla decidió hacerse cargo y abrir un negocio centrado en servir las recetas mexicanas de su madre.
En una entrevista telefónica, Bonilla, de 78 años, dijo a The Bee que inicialmente abrieron el negocio con platos mexicanos y americanos bajo un nuevo nombre, Adrian’s –pronunciado “Adriáns”, en español– en honor a su hermano menor.
Cuando abrió por primera vez, Adrian’s vendía burritos de frijoles a 99 centavos, mientras que los burritos combinados con carne se vendían a $1.25.
Bonilla recuerda que su tío solía llegar temprano para preparar las tortillas de harina frescas que necesitarían para el día.
La experiencia de los trabajadores agrícolas migrantes inspiró el enfoque de la tortilla de harina
Bonilla dice que la decisión de centrarse en las tortillas de harina hechas a mano se inspiró en la experiencia de sus familiares como trabajadores agrícolas migrantes que seguían las cosechas a través de California a finales de la década de 1930.
Antes de establecerse en Fresno, la familia trabajó en las zonas de Santa María y San Luis Obispo, en la costa central, y luego se dirigió a las zonas de Coalinga y Huron, en el centro del Valle de San Joaquín, seguidas de Santa Rosa y Salinas, al norte.
“Todas las madres y abuelas se levantaban temprano y preparaban todas las tortillas y hacían los tacos (y burritos) para el trabajo”, recuerda Bonilla. “La tortilla de maíz no era práctica”.
A lo largo de los años, Bonilla abrió unos cuatro restaurantes diferentes por la ciudad con éxito desigual. Finalmente vendió otro Adrian’s situado en las avenidas Marks y Shaw a otro empleado, que rebautizó el negocio como Marian’s Méxican Restaurant. Hoy en día sigue abierto.
Durante sus años en Adrian’s, Bonilla recuerda a los trabajadores de campo que llegaban temprano para recoger el almuerzo del día, a los clientes de los negocios locales, a los peatones y a los grandes pedidos del Community Regional Medical Hospital.
“Muchos médicos”, dice. “Estaban allí todo el tiempo”.
A principios de los 90, Bonilla y su hermana, Gloria, vendieron el negocio a uno de sus empleados, Gabriel Javier Ruiz.
Adrian’s en Fresno sigue siendo un asunto de familia
En una calurosa tarde de lunes de finales de junio, Díaz, de 43 años, trabaja junto a su familia en la ajetreada cocina de Adrian’s.
Tres hermanas se ocupan de los pedidos, su cuñado René Gallegos prepara burritos de asada y su tía, Eneida Méndez, usa un pequeño rodillo de madera para dar forma a las tortillas de harina antes de colocarlas en la parrilla. Otros primos, sobrinas y sobrinos también ayudan en el negocio familiar, cuando no están ocupados con sus estudios en Fresno State, dijo Díaz.
“Es solo familia”, dijo.
Adrian’s pertenece a su familia desde hace unas tres décadas, cuando su padre, Ruiz, compró el negocio.
El menú se ha mantenido prácticamente igual a lo largo de los años, dijo Díaz. Hoy, algunos de los más vendidos son los burritos de carne asada, chile verde y burritos de desayuno con chorizo y tocino. Adrian’s también vende sus tortillas y salsa a la carta.
Díaz aún no sabe si alguno de los hijos de la próxima generación querrá hacerse cargo de Adrian’s algún día.
“Ya veremos”, dice riendo.
Por ahora, la familia Ruiz está comprometida a ofrecer la misma calidad que los clientes han llegado a amar en los últimos 40 años.
“Estamos aquí para ofrecer un gran servicio al cliente... y una gran comida”, dice Díaz.
En cuanto a Bonilla, atribuye el éxito del negocio a la larga reputación de sus tortillas de harina y su cocina casera: Sin frijoles enlatados, sin salsas enlatadas.
“Creo que con eso empezó todo”.