Residentes de Key Biscayne exigen acciones sobre entrenador de gimnasia acusado de abusos

Residentes de Key Biscayne acudieron en masa a la reunión del concejo del martes por la noche, reaccionando a las acusaciones contra un entrenador de gimnasia local que supuestamente abusaba sexualmente de niñas, incluidas quienes eran sus alumnas. Las acusaciones, que se remontan a una década y fueron denunciadas a la policía en su momento, se detallaron recientemente en una investigación del Miami Herald y el Nuevo Herald.

Los residentes exigieron una reunión pública.

“Sean valientes, organicen la reunión comunitaria”, dijo Betty Sime Conroy, residente de Key Biscayne desde hace 59 años y una de las pioneras en la incorporación de la municipalidad.

El concejo acordó celebrar algún tipo de foro público, cuyos detalles se anunciarán, y el administrador de la villa prometió examinar la forma en que el Departamento de Parques y Recreación contrata a sus proveedores.

Fue la primera vez que el concejo se reunió desde que el Herald publicó su investigación esbozando un patrón de presuntos abusos sexuales supuestamente perpetrados por Oscar Olea, de 38 años, un entrenador de gimnasia y propietario del estudio. Olea entrenó durante un tiempo en el centro comunitario con una compañía que actuaba como proveedor. A la reunión asistieron unas 50 personas, una rareza, según algunos residentes. Más de 10 hablaron durante los comentarios públicos a favor de la reunión pública donde los padres pudieran ser educados sobre la protección de los niños y la forma de denunciar los casos de abuso.

Olea no ha sido acusado de ningún delito.

Oscar Olea entrenando en un gimnasio en Kendall.
Oscar Olea entrenando en un gimnasio en Kendall.

La policía abrió una investigación previa sobre Olea a finales del año pasado cuando los padres de dos niñas, de cuatro y siete años, dijeron al Herald y a la policía que Olea tocó a sus hijas y les habló de forma inapropiada durante las clases de gimnasia. La Fiscalía Estatal de Miami-Dade no presentó cargos, citando como una de las razones las declaraciones incoherentes de las niñas. La policía volvió a investigar a Olea después de que el Herald publicara su investigación.

Los concejales Brett Moss y Oscar Sardiñas dijeron que tenían hijas que tomaban clases con Olea en su estudio, Flipout Workout.

Moss dijo que su hija tomó clases con Olea hasta que dejó de enseñar abruptamente a finales del año pasado, y solo se enteró de porqué cerró el negocio a través de la información del Herald.

Fernando Díez, residente de Key Biscayne que se identificó como padre de una de las alumnas de Olea en Flipout, suplicó al jefe de la Policía, Francis Sousa, que usara todas las herramientas a su disposición en la investigación de Olea. “Esto no puede volver a ocurrir en una de las comunidades más ricas de nuestro condado”, dijo Díez.

John McKenzie, otro residente que habló durante los comentarios públicos, dijo que solía ser voluntario como entrenador en el Centro Comunitario de Key Biscayne y que durante ese tiempo nunca se le preguntó si estaba certificado por Safesport –una organización que se ocupa de las quejas, entrena y certifica a los entrenadores– o que completara una verificación de antecedentes. “Esto no es solo para proteger a los niños, es para proteger al pueblo”, dijo. “Hay que pensar en la responsabilidad”.

Habla el jefe de la Policía

El jefe de la Policía, Francis Sousa, enfrentó a los residentes por primera vez desde la investigación del Herald, describiendo el proceso de investigación del departamento y cómo trabaja con la fiscalía estatal.

Vivian Arias, habitante de Key Biscayne, habla en la reunión del concejo del martes por la noche.
Vivian Arias, habitante de Key Biscayne, habla en la reunión del concejo del martes por la noche.

Intentó generar confianza en la seguridad de la isla y en la eficacia de sus fuerzas.

“En este momento no existe ninguna amenaza criminal activa para nuestra comunidad”, dijo.

Aunque el jefe policial no dio detalles sobre la investigación, sí dijo que la prioridad del departamento durante el proceso de investigación son las presuntas víctimas.

Entre las acusadoras hay una mujer, ahora de unos 26 años, que afirma haber sido agredida sexualmente en repetidas ocasiones por Olea cuando tenía 13 años y recibía clases privadas con el entonces joven de 25 años; otra que supuestamente fue violada cuando tenía 17 años, y una tercera que afirma que Olea mantuvo relaciones sexuales con ella en múltiples ocasiones cuando era menor de edad.

Hace 10 años, la policía tenía dos reportes distintos que mencionaban a Olea y a dos de las presuntas víctimas. La madre de la joven de 17 años dice que habló con el jefe de policía anterior y le contó la violación de su hija, pero nunca presentó una denuncia oficial. La policía no emprendió ninguna investigación.

Días después de que el Herald publicara su investigación, dos de las mujeres que hablaron con el Herald presentaron denuncias formales ante la policía. La tercera, que alega haber sido violada por Olea, se puso en contacto con la policía pero no ha tenido una entrevista formal a pesar de haberlo hecho hace dos semanas. Tenía una entrevista programada, pero se canceló debido a una emergencia familiar del investigador y no se ha vuelto a programar, dijo la mujer al Herald.

Kiko Sarazua, habitante de Key Biscayne, se dirige al concejo y al jefe de la Policía, el martes por la noche.
Kiko Sarazua, habitante de Key Biscayne, se dirige al concejo y al jefe de la Policía, el martes por la noche.

Preguntado al respecto, Sousa reiteró que no respondería a preguntas sobre la investigación. Momentos después dijo que la policía estaba en pleno proceso de investigación, y que si la presunta víctima está descontenta debería hablar con él y no con los medios.

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Después de que Sousa hiciera su presentación, los cinco miembros del concejo y el alcalde pudieron hacerle preguntas.

El concejal Franklin Caplan preguntó a Sousa si existe alguna forma de que la policía intervenga cuando hay acusaciones que no necesariamente alcanzan el nivel de cargos penales.

Olea solicitó un permiso al Departamento de Parques y Recreación en 2013 después de haber sido despedido de American Gymsters, el contratista del servicio del departamento de recreación, por cargar a una adolescente de manera inapropiada en el centro comunitario. A pesar de eso y de los informes policiales, uno de ellos sobre el intercambio de cartas inapropiadas con la niña de 13 años, el director de Parques y Recreación, Todd Hofferberth, le concedió un permiso para impartir clases en el parque situado frente a la estación de policía. Olea no tenía antecedentes penales.

Sousa respondió a Caplan diciendo que había entrevistado a Olea. Añadió que la fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, le había llamado ese mismo día para ofrecerle el “pleno apoyo” de su oficina.

María Eugenia Rodríguez, quien habló con reporteros fuera de cámara, dijo de Hofferberth: “Ese señor que tiene mas de 10 años operando aquí.. ese señor deberían botarlo inmediatamente”, dijo. “¿Por qué se le dio licencia [a Olea] para seguir operando y enseñando a las niñas?”.

En una petición que circuló por la villa solicitando la reunión pública, se pedía una mayor transparencia por parte de los funcionarios locales y se solicitaba al departamento de policía, al director de parques y recreación, al secretario de la villa y a otros funcionarios locales que respondieran preguntas de la comunidad.

Louisa Conway, quien había hecho circular la petición, recogiendo cientos de firmas, cuestionó por qué la villa era aparentemente “reacia” a celebrar la reunión pública.

“No quieren aceptar preguntas o abordar las preocupaciones de los padres. Fíjense en el segundo grupo demográfico más numeroso de la isla: los niños de 10 a 14 años. ... Uno pensaría que este gobierno dejaría de jugar al escondite en este asunto”, escribió en un mensaje a una reportera.